trece.

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«Izuku»

-No no, Daiki, ay.., ¿qué haces?

Suelto una risilla, tanto por el nene como por mí por siquiera preguntar algo que claramente no me va responder.

Mi niño tiene apenas tres mesecitos de nacido y ya es un tremendo loco. Todo se lo quiere echar a la boca, patalea con una fuerza impresionante, todo le da curiosidad y no deja de moverse como maldito gusano con sal.

Suelto una risilla más mientras le vuelvo a poner por milésima vez su guantecito, pero él simplemente se lo vuelve a quitar, haciéndome soltar una risotada por lo adorable y habilidoso que es.

-¡Daiki, por el amor a Dios, déjatelo un minuto completo!

El nene me responde con un sonidillo adorablemente gracioso, haciéndome reír otra vez.

Este bebé es mi luz de cada día.

Y mi anticonceptivo también.

-¡Hey, ya volví! -dice Denki, abriendo la puerta, entrando con el biberón de su nene hecho-. ¿No ha llorado?

Niego con la cabeza, moviendo mis brazos para pasarle el nene a su mami. -No, pero se ha quitado los guantes un millón de veces para chuparse la mano. Parece que no ha comido en días.

Él suelta una risita, tomando a su bebé, arrimándole el biberón, viéndolo devorarlo de inmediato.

Le ve directo a sus ojitos, como si fuese la cosa más hermosa del universo y, aún así, estar tan, tan agotado de su sola presencia. -Este bebé es un grano en el culo.

Suelto una risilla, asintiendo y dándole la razón. No voy a mentirle, la verdad es que lo es.

-Pudo haber sido un bebé normal, ¿sabes? -dice, abrazándolo más, dejando un besito en su cabecita-. Pero tenía que ser un hibrido y pedir comida cada maldita hora del día.

Sonrío, viéndole allí, tan calmado, hablando de algo que ahora ya hace con mucha naturalidad. Parece que de verdad está aceptando el origen de su bebé, y por el bien de ambos.

-Ah, por cierto -me dice-. Bakugo estaba buscándote. Me pidió que te llamara.

-Oh.., -hago, caminando incluso ya para la puerta-. ¿Sabes para qué?

Niega con al cabeza -Está en su oficina trabajando. Supongo que tiene que ver con asuntos del reino.

-Oh.., ok -asiento-. Iré para allá.

-Mhjm -hace, pero agrega en tono juguetón-; Buen provecho.

Suelto una risotada, rodándole los ojos también. -Cierra la boca.

Y así, sin nada más por escuchar, salgo.

Denki fue ascendido a ser prácticamente un mayordomo, ya no hace trabajo pesado, ahora solo es un apoyo a funciones domesticas pero sin una rutina específica. Tampoco supervisa a los demás sirvientes, él cree que no debe ni merece supervisar u ordenar algo que no hace mucho hizo. Prácticamente es parte de mi circulo íntimo, pero como aún se siente incómodo de que le paguen por ser mi amigo, Bakugo le dejó ese puesto, y aún se esfuerza mucho en cumplir deberes y mantener todo en orden para mí, casi como mi mano derecha.

Y aún así, aún cuando está chingue y chingue que no quiere dejar la esencia de su trabajo, parece que se le olvida en momentos como este, cuando hace sus comentarios y sus putas caras burlonas cuando voy con Bakugo.

Yo a él le cuento todo. Somos dos comadres que se chismean hasta de qué color cagamos. Y eso incluye el que le diga también cada puta sensación y momento que paso con aquel maldito alfa cabezón.

Fated King. |BKDK OMEGAVERSE| [ESP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora