seis.

1.8K 211 61
                                    

«Izuku»



Maldito.

Lo odio.

Lo odio, lo odio, lo odio.

Odio que me haya dado puto pie para que nos comenzáramos a llevar bien. Odio que me haya dicho que sí a eso que le pedí. Odio que me haya besado. Odio que me haya dado su puta capa. Odio que.., que no sea tan mierda conmigo para seguir odiándolo tanto como lo putas hacía.

Maldito seas, Katsuki Bakugo.

-¿Izuku?

-¿Mhjm? -hago, continuando mi tarea de ponerme este puto trapo encima.

Creí que lo odiaba a él más que nada en el mundo.

Pero odio más que me obliguen a ponerme esta puta ropa horrible.

-Rey Bakugo está esperando por ti -dice Denki, cerrado la puerta detrás, caminando conmigo para ayudarme a ajustar la vestimenta-. Debes darte prisa, no le gusta que se demoren.

-¿Cómo mierda quiere que vaya rápido si sus putas ropas me toman una hora para ponérmelas?

Él suelta una risita, atando la tela, pasando sus manos para alisarla también. -Pero te ves divino, no te quejes.

Le sonrío un poquito, viendo su reflejo en el espejo. -¿Sabes para qué me quiere ver?

Él niega con la cabeza, terminando conmigo, ayudándome a bajar del banquillo. -Ni idea, me pidió solo apresurarte, él estaba firmando papeles y esas cosas.

-Mh.., -hago, haciendo una mueca-. Bueno, ni hablar. Deja ir a ver qué quiere el maldito.

Él suelta una risilla más, le doy una caricia a su pancita y así salgo de la habitación, dejando allí a los dos dentro. Camino para su oficina a paso ni rápido ni lento. No rápido porque me da nervios no saber qué quiere, y no lento porque no es como que no me plazca tanto no verle...

Quiero decir, desde que habló conmigo hace un par de semanas atrás, esa primera y única charla civilizada que tuvimos desde que nos conocimos.., la verdad es que ahora no me siento tan a la defensiva como antes.

Su capa me hizo un enorme, de verdad que enorme favor. Desde el momento en el que toqué la tela y la primera oleada de feromonas entró por mis narices, pude sentir cómo una gran energía nueva me llegaba y me renovaba el ser entero. Por supuesto que no me encanta ese hecho, incluso me avergüenzo de mí mismo por haberme sentido tan bien con solo una puta muestra de empatía suya pero.., la verdad es que no puedo decir que no fue una muy, muy buena acción de su parte.

La capa me duró solo un par de días, me acabé todas las feromonas impregnadas aún cuando sabía que tenía propiedades mágicas para aguantar más que una prenda usual de ropa. Así que cuando fui a devolvérsela, él, sin aviso ni advertencia, hizo otra acción que hasta a mí me sorprendió.

Me marcó con su aroma en las muñecas.

Aún cuando ese gesto es más típico entre manadas, tanto él como yo sabemos que no estábamos listos para fortalecer el lazo de un día para otro marcándonos desde el cuello. Era muy, muy íntimo, al menos para mí, y desde luego que no se lo permitiría.

Sin embargo.., me gustó. Me gustó que lo hiciera de esa manera, en mi brazo, porque también me ayudó y muchísimo. Sus feromonas duran allí no más de tres días, así que él lo volvió a hacer desde entonces por cuenta propia, pareciendo así que piensa tomar responsabilidad y empatía hacia mí y mi bienestar emocional.

Hoy la verdad no sé para qué me quiera, y.., si soy honesto, me está poniendo un poquito nervioso no saberlo también.

Tomo una grandísima respiración tan pronto llego a la puerta de aquella oficina, subo mi mano nerviosa y, así, toco fuerte.

Fated King. |BKDK OMEGAVERSE| [ESP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora