5

869 109 0
                                    

Mei

Su cabello rubio brillante, con sus ojos dorados, una sonrisa suave junto a una mirada aburrida y despreocupada mirando al cielo, mientras más me acercaba, más notaba los rasgos que la pubertad empezaba hacerle.

Empezaba a convertirse en una chica preciosa.

—Emma —simple y conciso, un sólo llamado por parte de su hermano, ahí estaba mirándome con su rostro de confusión, el mismo que me hizo hace años atrás.

—¿Por qué tardaron? Saben que no me gusta esperar —incluso su voz había cambiado, dejando de ser tan agudo.

—Nos encontramos con alguien, eso es todo, por cierto...

Su mirada me recorrió completamente, podía notar sus dudad sobre mí, asiqué solo sonreí levemente, mirando sus ojos abrirse notoriamente, nos conocimos un sólo día, en ese entonces, dejamos de sentirnos solas.

Pero, desde que la conocí, también empecé a sentir, y yo tampoco, dejé de pensar en ella.

—Mei... —y ella me recordaba —fuiste muy cruel en no aparecer.

—Lo siento, volví de nuevo, pero, no te encontré y digamos que empecé a ir a un lugar para poder, sentir.

—¿Sentir? o-osea que... —asentí ante sus posibles dudas, y sus ojos brillaron más —estoy feliz de verte de nuevo.

—También estoy feliz por verte, Emma.

Parecía muy cliche la situación, no nos conocíamos de nada, pero, para nosotras era suficiente, un sólo día fue suficiente para tomarnos aprecio. 

—Ne, Emma, debemos irnos —pero su hermano no tenía tacto, a la vez que Ryuguji golpeaba a Sano por interrumpir.

—Mikey, no molestes —reí un poco por ello, causando que me pusiera atención de nuevo por su curiosidad.

—No te preocupes, estoy segura que nos volveremos a ver, tu hermano es mi compañero de clase después de todo, nos veremos más seguido.

—Esta bien, supongo que también debes irte —asentí, escuché el sonido de mi celular, era mi padre, asiqué le indiqué donde estaba —podemos intercambiar números.

—Sí —me entregó su celular y yo el mío, anotando nuestros número, al tiempo que el auto de mi padre se estacionaba a un lado de mí —debo irme, fue un gusto verte de nuevo, Emma, ya hablaremos después.

—¡Sí! ve con cuidado —le sonreí una vez más para subir al auto, y mirarla una última vez.

Había estado muy feliz por verla de nuevo, a la vez que le comentaba a papá sobre quien era, algo que le sorprendió que la volviera a ver, pero que no hubo mucho problema, estaba feliz de que esté feliz.

Al igual que mamá, estuvo al pendiente de todo lo que decía, estaba contenta por ello.

Pasó así casi un año, ahora ella entraría a secundaria yo seguiría a mi segundo año, muchas cosas cambiaron en este, como por ejemplo, la llegada de la familia de mi padre.

—Vaya, pero que niña más exótica —sentía mis mejillas doler, estar vestida formalmente junto a modales impecables, ayudaba mucho, y esta señora agarraba mi cachete ya rojo y adolorido, mamá tampoco se salvó —espero volver a verte pronto querida.

Ese día, mamá y yo pasamos con pequeños trapitos fríos con papá a un lado de nosotras limpiándose la cara.

—Nunca terminas por acostumbrarte —papá parecía algo cansado por ello —creí que nunca llegarías a conocerlos, me sentí aliviado por un momento.

KODOKU - Izana KurokawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora