10

569 72 0
                                    

Habían sido días de muchos estrés, estaba feliz de que al menos Mikey puede o podrá defenderse sólo en el examen, y quiero comprobarlo por mí misma.

—¿He?

—Nada de "¿he?", apuntaré personalmente su examen para la tarde, quiero que lo haga el sólo, tenle un poco más de confianza.

—De acuerdo.

Convencer a Draken era el primer paso, el resto era simple, estaba segura que lo lograría, o al menos eso quiero creer.

—Bien Mikey, debes estar ahí a las 14 horas, en punto, ¿de acuerdo? 

—¿Qué hay de ustedes? 

—Estaremos en un salón diferente, con otro profesor, cada uno da instrucciones diferentes, asique mas te vale y no quedarte dormido.

—Bien...

Una mentira blanca, eso era, sólo esperaba y no se entere hasta que termine.

—Vaya, si que eres cruel —me sobresalté ante aquella voz, había estado muy cerca últimamente.

—Izana, deja de hacer eso.

—¿Hacer qué?

—Aparecer tan de repente.

—Creo que la única que no me nota eres tu, Mei, pero no importa, un día me notarás sin siquiera verme.

—¿He?

Negué un poco y seguí con mi camino, era un caso perdido.

—Mei, quería preguntarte algo.

—¿Sobre qué?

—¿Qué harás mañana?

—El examen, luego debo reunirme con mis padres, ¿por qué?

—Curiosidad, sólo eso.

—De acuerdo... —dije no tan convencida.

Ignoré ese hecho y seguí con mi camino hacía mi casa, de hecho, creo que ahora, si me hubiera venido bien la compañía de Izana.

Mirar a alguien caminar tras de mi a una distancia prudente, no es algo muy bonito.

—¿Qué quieres? —me giré a ver a esa persona, pero, los recuerdos volvieron a chocar mi mente —¿quién eres?

—Se-se-señorita Mei yo... —me puse al frente de él, era raro.

—¿Qué necesitas? —me acerqué un poco pero sólo retrocedió, extraño.

—Quiero..., ¡quiero enfrentarme a usted! —me sobresalté un poco por su cambio de actitud.

—¿He? ¿por qué?

—¡Por favor! —con reverencia y todo.

—¿Uhm? de acuerdo, acepto.

—¿De verdad? —asentí tranquilamente, pero, creo que el concepto de enfrentamiento no sería algo común.

Corrió hacía mí con su puño alzado, además de sostener su brazo hacía atrás, este chico, sabe Kun Fu, simplemente arrojé mis cosas hacía un lado mientras flexionaba mis piernas y saltaba.

El entrenamiento con Mikey era horrible, pero, era muy bueno enseñando.

—¡Mei! —me distraje un momento por ese grito.

—¡¿Qué?! —esquivé apenas el golpe de su puño, pero, no podría esquivar el de su pierna.

Asique sólo la recibí, mandando hacía atrás.

KODOKU - Izana KurokawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora