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Mei

La noche de soltería, había sido mucho peor que una noche de copas, o eso quiero creer.

—Chicas..., despierten —moví a cada una para luego abrir las cortinas —es..., demasiado tarde.

—Oh..., tengo sueño —Senju volvió a taparse mientras Hina se levantaba y tomaba su celular.

—Es muy tarde..., es hora de la comida.

—¿Tan tarde es? Taiju va a matarme —sonreí levemente por ello, Yuzuha se levantó y entro al baño.

—Emma, despierta, debemos ir a ver a mamá.

—Cinco minutos más Mei.

—Según mi celular, nos dormimos a las cuatro de la mañana —Hina se mostraba tan sorprendida como yo.

—Eso lo explica todo.

Aun así..., miré mi celular, tenía un mensaje de buenos días de Izana, aw, que tierno, le envié uno igual mientras bajábamos al comedor, mamá estaba ahí.

—Oh..., al fin despiertan.

—Mamá..., ¿qué hora es?

—Cerca de las dos, ¿a qué hora se durmieron?

—A la cuatro —conteste mientras tomaba los platos y los dejaba en la mesa —Izana me envió un mensaje a las ocho, al parecer su noche fue más tranquila.

—Recorrimos muchos lugares y vimos muchas películas, ellos sólo fueron hacer relajo, eso no es despedida de soltero.

Reímos por el comentario de Emma, sin duda alguna es la que más se enfada con Izana, asique nos tomamos una foto ya más despiertas para enviárselo, pero, en unos minutos más, recibí un mensaje de Mikey, el abuelo le había quitado su celular.

Y yo que quería hablar un poco con el...

Aun así..., las chicas tuvieron que irse y yo puse varias cosas a la mano para no estar ajetreada al día siguiente, normal.

Esa noche logre dormir como un bebé, me acosté temprano y no desperté hasta el día siguiente una hora antes de lo acordado, mucho mejor.

Al rato de salir de la ducha mamá entro seguido de varias personas.

Peinados..., cosas raras..., en fin..., me veía igual, o eso creo.

—No puedo creer que te casarás, aun recuerdo que la primera vez que te vimos eras una niña confundida.

—Papá..., ahora estoy con ustedes, les agradezco infinitamente el que me hayan acogido.

—Mei... —abracé a papá por su llanto, también quería llorar pero si lo hacía mamá me mataría, al rato bajamos de la limusina —Si sucede algo, no dudes en llamarnos, siempre estaremos para ti.

—Lose papá, ahora, no me dejes caer.

—Nunca —sonreí por ello mientras me acercaba cada vez más a Izana, mi padre biológico también estaba aquí, pero, no fue merecedor de llevarme al altar —No puedo amenazarte, has hecho feliz a Mei, y con ello es suficiente, estoy feliz de que seas tu el que se case con mi hija.

—Es un honor para mi casarme con ella —una vez papá se fue aún limpiando su rostro miré fijamente a Izana —cada día que pasa te pones más bella.

—Y tu más guapo —sonreímos genuinamente para que el padre empiece con la ceremonia.

—Puede besar a la novia.

KODOKU - Izana KurokawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora