My Only Direction/ Kylie Jenner.

III.

La italiana se duchó y se vistió de manera sencilla, como lo hacía antes. Ya que en Italia no podía vestirse como una loca ya que siempre estaba en el ojo público y ella era una Bertinelli, los Bertinelli eran perfectos. Y ella no sería la excepción solo por tener sangre latina.

La italiana se pusó un crop top blanco de escote cruzado, tomó su chaqueta de béisbol. También se pusó unos jeans negros, rasgados en las piernas y unas botas de cuero negras. Tomó unos lentes y se peinó el cabello en hondas, pusó su perfume favorito y cogió su celular para ver la hora. Su tía le había avisado que la casa ya estaba comprada y que en ese momento la estaban amueblando, además de que organizaban todo como a ella le gustaba. Su auto llegaba mañana pero que en sus cosas había mandado algunos de sus cuadros y sus pinturas.

Ella había pedido su cámara a los guardaespaldas de Khloe, por lo que sabia que al bajar se la entregarían.
En la sala se encontró con Kourtney, quien al verla silbó.

—Wow, pareces una adolescente y no una de las herederas a la más grande fortuna del mundo. –le alaga y la italiana se ríe.

—Oh, querida, tu te ves magnífica, sin duda eres toda una hermosura. Malditasea aquel que no logré valorar tu belleza. –la alaga y hace que la Kardashian de una vueltecita.

—¿A qué hora nos iremos, no sabes? –le pregunta, Kourtney.

La italiana mira su reloj y se encogió de hombros.

—Ni idea, Koko me dijo que estuviera lista antes de las 8:00 y pues... Heme aquí. –se señala teatralmente y Kourt se ríe. —Oye, ¿Dónde está Bratt? –le pregunta por el guardaespaldas de Khloe.

—Ah, él te está esperando afuera.

La italiana sale y saluda a los demás guardaespaldas, que están custodiando los autos de cada chica. Cuando encuentra a Bratt le agradece por su servicio y le dice que él puede irse con los demás, que ella se quedará a tomarle fotos a su alrededor y que además, ella conducirá el auto de la señorita Kardashian. Bratt le hace caso porque la conoce desde que ella literalmente era una pobre chiquilla mimada.

La italiana se concentró en tomarle fotos a los autos que se olvidó que tenía que ir a tomarle fotos a las hermanas Kardashians-Jenner.

—¡Gabrielle! –de inmediato voltea para ver a una muy bien vestida Khloe con un gesto malhumorado. —Ven acá.

—Ya voy. –dice nerviosa, sabiendo que había olvidado ir a tomarle fotos. —L-lo siento, me emocioné, hace mucho tiempo que no tengo una cámara en mis manos.

Khloe tiene el ceño fruncido.

—¿Y por qué no?

—No había tenido el tiempo, y además... En la empresa familiar no es necesario tomar fotos, asi que ajá. –se encoge de hombros y le da una sonrisa tímida. —Te ves hermosa, muy, muy hermosa, Koko. –le dice con sinceridad y la rubia le sonríe con ternura.

—Aww, bebé, ven acá y tomemonos una selfie antes de que esas perras te acaparen toda. –le dice y de inmediato la chica saca su celular para tomar várias fotos con Khloe.

—Hasta que por fin. –dice Kendall cuando escucha los pasos y se queda viendo a la italiana de arriba abajo. —Wow, los años si que te han cambiado. –dice al ver su abdomen marcado y su fina y delicada cintura.

—Lo se, lo sé. –dice con una sonrisa. —Estan maravillosas todas, sinceramente ya está 100% comprobado que sus bellezas vienen de parte de su madre. –Kris se ríe y niega. —¿No vas a ir a mi fiesta, mami manager? –todas se ríen, porque la italiana dijo eso en español.

—No, solo me arregle para que me tomarás fotos. Está noche me quedaré con mis nietos. –dice con una sonrisa y se gana un puchero triste por parte de la italiana.