1.2 ↠✰ 𝘜𝘯𝘢 𝘚𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢. ✰

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Una semana.

Una semana desde que Luz estaba en Génesis.

Una semana desde que la habían obligado a dejar su casa e ir a aquel Convento.

Por más que rogó a Philip el hombre no parecía tener indicios de querer cambiar de parecer, y a Luz no le quedó más remedio que ceder, después de todo, no sabía si era peor estar bajo el yugo de aquel tirano o rezando todos los días con un destino final de ser religiosa o novicia. Pero, Luz no era esa clase de chica, no estaba hecha para el hábito, tampoco para ser obediente, sin duda.

Desde que tenía uso de razón, Luz Noceda era una incógnita. Era todo y no era nada. Soñadora, intuitiva, tenía un carácter apacible aunque, era algo desenfrenada. Algunos dirían que era alocada y terriblemente positiva en situaciones donde esa palabra no funcionaría como un sinónimo. Era impulsiva, era libre, como el viento, torpe aunque, eso la hacia ser ella.

Tantos años bajo la tutela de Philip habían logrado apagar esa personalidad. Quien sabe si quedaba algo en el fondo de ella.

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- ¿Luz...?

- Luz...

- ¡LUZ NOCEDA! ¡ARRIBA, ARRIBA! - Los cálidos gritos y la voz cantarina de Viney en las mañanas, además de sentir su peso aplastar sus delgadas fracciones corporales, sin duda eran lo mejor y lo peor de aquel lugar. Al parecer, otra vez se había quedado dormida leyendo "La Buena Bruja Azura"

- Viney, solo 5 minutos. - Rogó la morena, con el rostro atrapado entre aquella flacida almohada, no tan cómoda, sintiendo el peso de la castaña sobre ella, haciéndole cosquillas, Luz parecía retorcerse, tratando de mantener su somnolencia, tarea perdida, había empezado a carcajear con las acciones de Viney.

- ¡B-basta Vi! - Reía suavemente, a lo cual su amiga continuaba su tarea con los costados de su abdomen, haciéndola levantarse. Luz parecía mucho mejor que días atrás, más radiante, aunque sus ojeras seguían siendo un hecho, sonreía, si tenía que agradecerle ese hecho a alguien, esa sería Viney. La primera amiga que había logrado tener en años.

- Agradece que te levanté yo y no la Madre Superiora. ¿Sabes que hora es? ¡Llegaremos tarde a la misa otra vez! - Luz rodó los ojos, no estaba realmente acostumbrada a levantarse a las 8 de la mañana a diario para rezar tres Ave Marías, sin duda. Philip les obligaba a llevar la religión católica, pero a Luz simplemente no le parecía relevante.

- ¿Es necesario rezar todos los días a la misma hora? - Viney se rió del comentario. Ella tampoco estaba en Génesis por voluntad propia, pero se había adaptado mejor que Luz a la idea de ser novicia.

- Según ellos, pues si. ¡Anda levantate Luz! - Se bajó de encima de ella con una agradable sonrisa dibujada en su pecoso rostro, Luz se sentía cautivada con la personalidad de Viney, en todos los años que llevaba de tratar con personas, nunca conoció a alguien como ella, deseaba por una vez tener esa convicción. Luz siempre había carecido de coraje, eso la caracterizaba. O eso era lo que ella pensaba. ¿Realmente algún pensamiento suyo, realmente le pertenecía?

- Mmm. No. - Luz tapó su rostro con la sábana blanca, tenían un peculiar olor a jabones baratos. Viney pareció rodar los ojos con una sonrisa, mientras organizaba las pertenencias en los gabinetes de la morena, aunque sabía de algo que sin dudas haría levantar a Luz de la cama.

- Eda te preparó Medialunas. - Los ojos de Viney hicieron un camino hacia la desordenada encimera llena de libros y algunos restos de basura, Luz no era la persona más organizada, si no fuera por Viney las monjas la habrían reprendido de regaños por el tiradero que había en su cama.

𝘍𝘪𝘳𝘦𝘸𝘰𝘳𝘬 ❊ 𝘓𝘶𝘮𝘪𝘵𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora