16↠✰ 𝘌𝘭 𝘭𝘶𝘨𝘢𝘳 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘳𝘦𝘤𝘶𝘦𝘳𝘥𝘰𝘴. ✰

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— Te tengo una pregunta.

— Que sea rápida, Noceda.

— ¿Cuando fue la primera vez que sentiste amor de verdad?

✴✰✴✰✴

El jardín de los cristales era sin lugar a dudas el lugar favorito de Amity.

Desde que tiene uso de razón, ama aquel lugar y su cubierta de hielo en invierno más que cualquier otra cosa en el mundo.

Un frondoso espacio de verte teñido de plata se mostraba ante los ojos de la empresaria, era tal y justo como lo recordaba. Los hongos tapizados de nieve daban un toque casi único a los altos pinos y los medianos árboles. Se mezclaban los arbustos con la vegetación muerta, y los sonidos casi inexistentes de las aves que no emigraban.

Había que mirar muy bien al suelo, pues no muy lejos se encontraba el pequeño lago congelado, donde Amity solía venir a jugar en los veranos con sus barquitos hechos de corteza de árbol.

Cada memoria casi perdida venía hacia ella brindándole un respiro a su cansado día a día, recordándole que el fondo, su niña interior no se había marchado de su afligido corazón. Seguía allí, más viva que nunca.

— Valla, este lugar está justo como lo recordaba. — Citó Amity con calma, mientras apartaba algunas ramas cristalizadas del camino para poder avanzar.

Luz retumbaba atrás, con un cansancio indescriptible, y por si fuera poco, helada de frío.

— Hemos caminado por hoooooraaaas. ¿No sería más fácil viajar en tu auto? — Casi rogó, mostrando algo de fastidio, cosa de cual la empresaria se mofó. Elevó una ceja, y la miró indiferente, con una sonrisa sarcástica.

Después de todo, la caminata había sido obra e idea, de Noceda.

— ¿Qué tiene de "entretenido" ir cómoda y reconfortante en pleno invierno, dentro de un "aburrido" auto con calefacción automática? — Se burló la ambarina, y la morena hizo una mueca, cruzandose de brazos para de alguna manera mitigar su berrinche y a la vez abrigarse.

Se escuchó la risa de Amity, quien no tardó en detener sus pasos por un instante, descender de su altura de 1.79 metros, y hacer señas a Luz de que se colgara a su espalda para llevarla.

Poco convencida y aún algo irritada, la castaña se subió en Amity sin pensarlo dos veces, cualquiera pensaría que creó un alboroto para estar cerca de la Blight, porque inmediatamente se la veía más tranquila.

La pelimenta se levantó, sujetando las piernas de su acompañante, y se dispuso a caminar nuevamente llevandola cargada.

— Muy graciosa Amity. Muy divertida. — Espetó Luz, mientras se acomodaba en el espardal de la pálida.

Amity caminó unos pasos más, estaban cerca, podía sentirlo.

— Vamos, ¿No me digas que ya te derrotaste? — Provocó, y Noceda se defendió, mientras sus manos rodeaban el cuello de la Blight.

El aliento gélido de Luz en su hombro, dejaba sus mejillas más teñidas de rosa que la temperatura ambiental.

— Que me llevaras a tu lugar favorito fue mi idea, pero no pensé que fuera taaaaaan templado. — Se acunó en ella. Fue entonces cuando la empresaria sujetó más cómodamente sus piernas.

— ¡Eso es porque estamos en invierno! — Pareció exhaltarse, aunque no precisamente por lo que protestaba.

Y mientras Amity se concentraba en no enfocalizar lo que sus manos tocaban e ignorar la cercanía que tenía con Luz.

𝘍𝘪𝘳𝘦𝘸𝘰𝘳𝘬 ❊ 𝘓𝘶𝘮𝘪𝘵𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora