12 El ataque al şehzade

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Trebson, 1499

La guerra apenas comenzaba.

Aynişah Sultán le había enviado una carta a su hermano el Şehzade Selim para prevenirlo de algo inexplicable que acababa de ocurrir en la capital. La joven sabía que la vida de su hermano corría peligro porque un informante le había confirmado de un infiltrado en su palacio.

Por lo contrario Ayşe Gülşah Hatun permanecía en sus aposentos exiliada del harem por las cosas que había echo encontra de Hafsa, la Naip Harem logró que su hijo no la perdonara y no la volviera a llamar a sus aposentos nuevamente.

Una nueva criada había llegado al palacio, Esra Hatun le aviso a Ayşe Hafsa que la joven pasó la noche con el príncipe. Ayşe Hatun, era el nombre de la joven y gözde, no la conocía muy bien ni siquiera la había visto por el harem. Supuso que podría ser algún regalo.

— El príncipe puede estar con miles de mujeres, yo siempre seré la primera en su corazón — dijo Ayşe Hafsa tocando su anillo, aquel que Selim le regaló en su boda.

— La joven es tranquila y respetuosa — le dijo Esra Hatun.

— Que así sea, no quiero problemas Esra — dijo Ayşe Hafsa Kadin.

— Y no debe de pensar en eso señora. El amor que siente el príncipe por usted es inmenso — dijo Esra al recordar la forma en la que Selim miraba a su señora.

— Pensar que lo aprendí amar, mi padre fue claro conmigo querida amiga. Mi padre me advirtió de cualquier error y me pidió que fuera prudente, respetuosa e inteligente — relató lo que vivió en aquel tiempo — Y mis hermanas, ellas me dieron ánimos a mí para poder ser fuerte. Extraño mi pueblo, extraño mi tierra. Pero desde que nació Süleyman y me defendió aquel día con Hümasha me sentí importante y amada.

Selim escuchaba detrás de la puerta la manera en la que su amada esposa se refería a él con su criada, para él Hafsa era la mujer más importante en su vida y la madre de sus hermosos hijos. Era una hermosa rosa de primavera que arrancó de su pueblo y la plantó en su tierra para florecer con él.

Él amaba a su mujer con todo el corazón, desde que la conoció se convirtió en la mujer indicada ante sus ojos, una dama respetuosa, prudente y sobre todo muy inteligente además en su corazón había bondad y era musulmana.

— Amor — dijo Selim con una sonrisa, corrió hacia la Kadin y la enredó en sus brazos — Te amo tanto mi sultana.

Ayşe sonrió.

— ¿Sultana? — inquirió Ayşe Hafsa.

Selim sonrió.

— Sería el esquivamente a Sultán, cuando yo ascienda al trono y sea el señor de este imperio tú serás mi equivalente mi emperatriz mi esposa y la única en mi corazón. Podrán pasar miles de mujeres por mi cama, pero la única en mi alma eres tú — escuchó a Selim.

Los ojos de Selim brillaban con honestidad, amor y lealtad a una promesa que él algún día podría llegar a cumplir si llegara al trono de su padre.

Esra Hatun abandonó los aposentos de Ayşe Hafsa cuando vio que el sultán besó los labios de su amada señora. Sintió incomodidad y envidia de aquel amor entre ambos enamorados. Le parecía maravilloso la manera en la que el sultán miraba a la Kadin.

— Te haré mía Hafsa — dijo Selim con una sonrisa en sus labios — Te amo más que a mi vida.

Selim era un hombre atractivo y poderoso. Cualquiera caería rendido a sus pies.

— Y yo seré suya para siempre — dijo la Kadin entregándose a su señor.

*****

Selim despertó un poco soñoliento y con ganas de desayunar algo junto a su amada señora y amante, el aire que respira y la mayor fuente de poder para él. Fuente de poder porque con ella a su lado él se sentía más fuerte y decidido que nunca. La Kadin despertaba en Selim algo mas fuerte que una sola atracción, algo pasajero, nunca ninguna concubina o gözde lo había echo.

Miró por unos segundos a su amada quien dormía todavía.

— Despierta mi amor — dijo Selim — Corazón mío, amada de cejas hermosas, soy adicto a tus labios.

Ayşe Hafsa Kadin despertó y lo primero que vio fue a su amado príncipe sentado a un lado de ella con una bandeja y aperitivos para la mañana. Selim besó sus labios, disfrutó del dulce sabor de la juventud que desprendía la joven a quien amaba con el alma sobre todas las cosas.

— Maravilloso es verlo antes de que parta mi señor — dijo Ayşe Hafsa con una sonrisa.

Era cierto. Selim partía a la guerra junto a su padre y hermanos, entre los jenizaros era el más favorito y apoyado por el ejército por lo que ganó enemistad con Ahmed y Korkud, el último menos despreocupado pero cizañozo con su padre Bayezid.

— Süleyman es mis único hijos Hafsa — dijo Selim con una sonrisa — Quisiera más hijos de ti.

Nuevamente después de haber desayunado sus cuerpos se unieron en una rutina de sexo y amor.

                                   

                                      ****

El Şehzade Ahmed se había reunido con su padre Bayezid en la capital otomana. Era cierto que era el favorito por excelencia y por su carácter respetuoso y el menos conflictivo a su parecer.
Bayezid era un hombre adulto, nació en el gobierno de su abuelo Murad lll y fue testigo de la guerra por el trono entre su padre y los demás hermanos que murieron en circunstancias extrañas, luego el mismo vivió la guerra junto al Sultán Cem su hermano.

Después de la muerte del Sultán sin trono y sin tierras, el Şehzade Murad hijo de Cem se exilió en Italia sin fuerzas sin tropas y sin hombres que lo ayudaran con lo que una vez su padre intentó: Recuperar el trono de Osman. Se dice que del pasado se aprende bien y eso es lo que Bayezid quería evitar ahora.

— Selim reúne gente para su causa padre — dijo Ahmed con preocupación.

Bayezid en cambio no mostró interés.

— Lo sé como cualquier príncipe busca la manera de sobrevivir y ocupar este trono sin embargo tú eres el príncipe heredero — dijo Bayezid con seguridad.

— Si Allah no lo permite tú un día morirás padre entonces la guerra por el trono comenzará y Selim no cederá es terco y desobediente — dijo Ahmed más preocupado por la habilidad de su hermano menor.

Selim era un hombre más querido por los jenizaros. Era un hombre inteligente, sensato y con muchas cualidades que le faltaban a Korkud y él. Ahmed lo que menos quería era ser ejecutado por su hermano si reclamaba el trono.

— Para eso falta mucho — dijo el sultán otomano — Yo no moriré hoy ni mañana no debes de preocuparte tu padre sultán goza de una espléndida salud.

— ¿Acaso no te preocupa que los jenizaros lo respalden? — pregunto Ahmed.

— En lo absoluto tu hermano es el menos cercano a mi trono, tú estás en Amasya, él en Trebisonda junto al Mar negro, no tengo porque preocuparme — dijo Bayezid con una sonrisa.

Nada de que preocuparse, eso pensaba por ahora Bayezid ll ante el levantamiento de uno de sus hijos y de los más queridos.

*****

— Bülbül es una mujer muy inteligente — dijo Nigar sonriendo — Pero el príncipe jamás aceptó alguna oferta para cuando su padre muera y perdone la vida de mi Korkud. Es muy impetuoso e imprudente.

La sirviente de Nigar le entregó una prenda de Bülbul que usarían para hacer brujería y maleficios encontra de la mujer. Atacarían a la madre de Ahmed y así comenzar una guerra entre Korkud , Ahmed y Selim. Una guerra que Nigar estaba dispuesta apoyar a su hijo en todo por el trono y el poder que ambos creían merecer.

La guerra por el trono y el poder comenzó.

Solo el más fuerte podría sobrevivir.

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