8 Milagro de Allah

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Trebson, 1494

La noche está fría, los vientos y los truenos no se calmaban. Selim había tenido que ir a Topkapi en Estambul para apoyar a su padre con un tema Imperial.

Ayşe Hafsa había entrado en labor de parto, los último meses que habían pasado rogó a Allah para que su hijo naciera bien y no hubieran complicaciones.

— Por Allah, señora — dijo Hacı Agha — ¡Avísenle a la doctora que el parto se adelantó!

El movimiento por todo el palacio hizo que las demás gözde se despertarán inmediatamente, Ayşe Hafsa estaba dando a luz.

— Naip Harem — dijo Hacı Agha — Ayşe Hafsa Kadin está dando a luz.

— Que preparen todo y envía una carta a mi hijo para que llegue lo antes posible al palacio — ordenó — ¿Que noticias me tienes del Şehzade Ahmed?

— Como lo supusimos, los hermanos de nuestra Alteza se preparan para la guerra por el trono desde ahora — dijo — por Allah, que bueno que Ayşe Hafsa está dando a luz. Espero que está sea una señal señora.

— Se que lo es — dijo — ¿Aynişah Sultán duerme?

Hacı asintió.

— Por Allah señora del harén, una criada dio a luz — avisó un Agha — ha nacido una pequeña y diminuta princesa.

                             ***

Meleki Hatun había dado a luz.

Şehzade Selim no estaba en la capital por lo que el bebé de aquella concubina tenía que ser nombrado por alguna autoridad del harén del príncipe.

Aynişah Sultán fue despertada, Gülbahar apesar de ser la señora del harén y regente de aquel lugar quería que la princesa otomana nombrará a su nieta.

— Las nubes oscuras deben irse — dijo Gülbahar Harem enfrente de la princesa — es muy pequeña.

Aynişah tomó a la niña en sus brazos, realmente era muy pequeña y parecía que tal vez no viviría mucho porque algo se lo hizo saber.

— Mi nombre es Aynişah Sultán, hija del Gran sultán del mundo. En nombre de mi padre y de mi hermano Şehzade Selim te nombro a ti Hatice, pequeña y preciosa princesa — dijo Aynişah Sultán sonriendo.

Cuando ella dijo aquellas palabras la criada se había dormido, ya no despertó.

Hatice

Hija de una concubina del harén que había muerto en labor de parto.

                             ***

Los gritos de Ayşe Hafsa se escuchaban por todo el harén, la joven estaba en labor de parto y el dolor era insoportable, no había medicina que calmara lo que una mujer sintiera en aquellos momentos.

Aynişah Sultán cuidaba mientras del bebé de aquella concubina que había fallecido, aunque sonara loco tenía una idea muy loca en su mente.

La pequeña Hatice necesitaba una madre que la ayudara y amamantara.

— Gülbahar, esa muchacha a muerto y ahora la pequeña no tiene una madre que la cuide — dijo Aynişah Sultán — ¿No crees que podamos, tal vez solo tal vez?

Gülbahar negó con la cabeza.

— Creo que no es una buena idea si pienso lo que está pensando — dijo Gülbahar Harem.

— Yo sé lo que será — dijo — la pequeña crecerá como hija de Ayşe Hafsa, es lo mejor.

Gülbahar no estaba de acuerdo, pero tampoco quería que en el futuro aquella pequeña estuviera sola y nadie la protegiera o ayudara.

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