31.♤

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*Latido*

-Pido un pequeño receso, su señoría...-debido al dolor que estaba sintiendo en mi interior, agradecí que ese abogado de cuarta haya pedido ese receso o de lo contrario me habría desmayado en la silla del acusado.

*Latido*

Aflojo mi corbata en un débil intento de que el aire entre por mi boca con normalidad. Me sostengo del lavabo con fuerza para intentar controlar el maldito dolor que siento en mis entrañas.

"Puede llegar a hacer metástasis en cualquier momento..."

Me niego a creer que esa mierda se expandió a otro sector de mi cuerpo y hará que me mate más rápido. Me niego a siquiera asustarme por un hecho que sé que no me sucederá.

Abro el grifo para evitar que el abogado y el guardia oigan mis gemidos cargados de dolor. Todo esto se está volviendo como una de esas malditas pesadillas que solía tener antes de que Valeria llegara a mi vida.

Alzo la mirada y la pego en el espejo frente a mí en cuanto ella aparece en mi cabeza. Siempre aparece como un rayo de luz cegador y arrasa con todo lo demás que desvía mi atención de ella.

Bajo la mirada al agua que sigue saliendo del grifo e introduzco ambas manos bajo el chorro para que caiga en ellas y así poder crear una pequeña tina en la que meto mi rostro por unos segundos.

Unas manos recorren mi espalda lenta y delicadamente mientras aún mantengo mi rostro dentro del agua, por lo que alzo la cabeza y miro por el espejo a quien lo ha hecho.

Por un instante creí ver a Valeria a través del cristal, pero cuando la vista se me aclaró finalmente pude ver que era la zorra asquerosa a la que detesto con locura y a la que deseo ver caer.

Me quito con brusquedad de su agarre y me aparto unos pasos para quedar lo más cerca que se pueda de la puerta. Detrás de ella están dos hombres que no permitirán que me haga nada, así que estoy a salvo.

-Mi pequeño esclavo...-dice casi sin aliento y con esa mirada cargada de...¡Mierda! Eso que veo en su mirada es deseo.-te has ausentado por mucho tiempo...-no puedo dejar de mirarla a los ojos ni mucho menos evitar consternarme por ese sentimiento que tiene hacia mí ahora mismo.-te he extrañado mucho...-cuando da un paso hacia mí, yo retrocedo y ella se detiene de golpe cuando planeaba dar otro.-¿me temes?...-esta maldita hija de puta oficialmente ha perdido la puta cabeza.-no me temas, Gabriel...-intenta dar otro paso y yo vuelvo a retroceder otro más.
-¿Cómo mierda entró aquí? Hay dos hombres afuera esperando por mí...-ella me regala una sonrisa antes de avanzar nuevamente pero hacia un lado.
-Los he distraído con cierta persona...-aprieto las manos en puños para que el dolor en mis manos reprima el gemido que amenaza con salir de mi boca por el dolor en mi cuerpo.-necesito que arreglemos nuestra relación, Gabriel...-esta mujer ha perdido el sentido por completo y aún así todos le creen la basura que sale de su boca.
-No existe cosa parecida a una relación entre usted y yo...-digo sin despegar la mirada de ella, que no deja de caminar de un lado a otro como un maldito lobo con su presa.
-Gabriel...-da un paso más grande que los anteriores y yo hago lo mismo hacia atrás para alejarme de ella pero esta vez no puedo evitar que salga el gemido adolorido de mi garganta.-hey...-coloco ambos brazos en mi estómago mientras mis rodillas se doblan en contra de mi voluntad y chocan contra el suelo.-no, no, no, no...-dice mientras se acerca a mí completamente y toca mi rostro con ambas manos.-¿qué te pasa, cariño?...-cualquiera creería que derramo lágrimas por ella o por su estúpido acto de "amor" hacia mí, pero en realidad es por el maldito dolor que siento en mi interior.

Nuestros ojos hacen contacto visual y por un breve instante veo el atisbo del miedo hacia lo que está viendo frente a sí. Pero el miedo es sustituido por la rabia de no poder controlar lo que se le ha salido de las manos.

-Hope...-digo en un susurro poco audible y por un instante, por un breve instante, todo a nuestro alrededor desaparece.-estoy muriendo...-niega con la cabeza frenéticamente y lágrimas inundan sus ojos rápidamente.-hay algo en mi interior que me mata a cada segundo...-trago una roca de saliva y me detengo por un instante cuando siento el punzón en el abdomen.-finalmente sucedió algo que no puede detener...-una risa victoriosa sale de mi garganta sin que pueda detenerla.-te has jodido maldita zorra...-digo antes de reír con más emoción y un poco más alto para que  quien sea que esté afuera me oiga.
-Gabriel...-intenta tocarme el rostro nuevamente pero yo sostengo sus manos con fuerza y se lo impido.-me prometí a mí misma que te tendría algún día y así será, así que no morirás sin mi permiso...-sus palabras me hacen estallar en cólera y antes de que me dé cuenta de mis actos, mis manos se adhieren a su cuello con fuerza.
-¿"Permiso"? ¿Acaso perdió la puta cabeza?...-le pregunto con ironía y antes de sonreír como un maldito lunático.-así le guste o no, moriré pronto y usted no podrá evitarlo...-aprieto con más fuerza el agarre en su cuello y me acerco un poco más a su rostro.
-¿En serio?...-sus uñas se clavan en mis manos y debido a mi debilidad, las logra quitar de su cuello.-dime Gabriel, ¿tú quién crees que te ha puesto ese cáncer?...-por un instante, todo se detiene a mi alrededor y dentro de mi sistema.-había añorado el día en el que se cumpliera mi petición y finalmente sucedió...-mi trasero pega contra el suelo con fuerza cuando pierdo la estabilidad que tenía para estar hincado.-deseaba que recibieras un dolor, el dolor más fuerte y agonizante que el ser humano podría recibir...-alzo las piernas lentamente y coloco mis codos sobre mis rodillas para cubrir mi rostro con mis manos para así impedirle ver mi rabia.

Los gemidos que escapan de mis labios son audibles, agónicos y llenos de desesperación. Me siento tan asfixiado que tengo que quitar una de mis manos de mi rostro y golpear mi rodilla con ella para saber que esto no es una puta pesadilla.

-Incluso en lo que ha sucedido de forma natural, usted se cree la responsable...-una risa sin humor escapa de mis labios y en ella, se oye el cansancio y la agonía de mi alma.-usted me ha matado mil veces, me ha humillado otras mil y me ha hecho una mísera pero esto...-le grito la última palabra con furia y en su mirada veo la sorpresa de ese hecho.-esto solo es mi puerta hacia la libertad de mi alma...-golpeo la puerta con el puño para que quienes estaban afuera entren y me saquen de este sitio.-voy a morir...-la puerta se abre de golpe y los dos hombres entran. Su mirada se clava primeramente en Hope y luego en mí.

"Si existe otra vida después de esta..."

Ellos me ayudan a levantarme con cuidado del suelo y el abogado coloca mi brazo alrededor de su cuello. No dejo de mirarla a los ojos en todo momento.

-No puedes morir a menos que te lo ordene...-dice de repente y sin importarle que ellos dos estén aquí con nosotros.
-¿Que demonios le sucede?...-pregunta el abogado en un susurro al escuchar la locura que ha salido de sus labios.
-Su locura traspasó el límite y ahora se cree la dueña de mi muerte...-digo sin más, a lo que él responde con un "maldita enferma" muy silencioso.
-TU CORAZÓN ME PERTENECE...-grita con desesperación cuando el abogado y yo giramos para salir del baño.

Me quedo meditando por unos instantes en la salida del baño en sus palabras y finalmente giro mi rostro ligeramente para mirarla por el rabillo del ojo.

-Siempre deseando lo que ya le pertenece a alguien más...-giro mi cabeza completa para mirarla a los ojos y que vea que hablo en serio.-por más que patalee y grite de rabia, usted sabe que mi corazón siempre le pertenecerá a ella y eso no cambiará aún después de mi muerte...-la derrota que su expresión me muestra es una victoria saboreada. Y sin decirle más, salgo del baño.

"Si existe otra vida después de esta, le ruego al cielo que no me permita vivirla y que mi alma descanse finalmente..."

Prometida Liberación. ¤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora