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*Nota: Hola lectores, quiero que sepan que este capítulo tiene varios escenarios en el, osea que no será una sola escena, sino varias en un solo cap. Para que no se confundan.*

*Latido*

Nunca me había detenido a pensar en cuán importante era el tiempo que pasaba con él y cuán doloroso fue el final. La maldita derrota contra la muerte. El suave descenso de su cuerpo en la cripta familiar. Las voces que me repiten cuanto lamentan mi pérdida. Y la hija de perra viendo el resultado de su codicia desde su celda.

*Latido*

Cuando pudimos regresar a la casa, se sintió como si toda la pesadilla que vivimos jamás hubiera pasado. Gabriel estaba sano, estaba vivo y finalmente podíamos tener esa vida juntos.

Los minutos se volvieron horas y las horas días. Días llenos de felicidad, de risas, de conversaciones profundas en el desayuno, de muchos besos y mucho sexo.

Todo había vuelto a la normalidad y ya el terror del pasado había quedado enterrado. Él era libre, Hope estaba encerrada y todos los involucrados pagarían un caro precio por todo lo que hicieron.

-Deberíamos casarnos...-una risa escapa de mis labios antes de levantar la cabeza para mirarlo. Extrañaba ver su cuerpo desnudo y que él sintiera seguridad para enseñarlo.
-Creo que olvidas que estamos casados, cariño...-ahora el que ríe es él. Se levanta lentamente y se sostiene por un codo para quedar encima mío y que mis ojos no se despeguen de los suyos.
-Me refiero a que nos casemos y que sea una boda que ambos recordemos para siempre...-sus palabras conmueven mi corazón de una forma tremenda. Paso un dedo por la línea de su labio inferior y sonrío ligeramente.
-¿En serio quieres hacerlo?...-pregunto en un susurro y con voz dudosa. Parezco una niña ahora mismo.
-Haría todo contigo, cariño...-una risa emocionada escapa de mis antes de ser sustituida por un gemido provocado por un dedo que baja en línea recta por mi abdomen.

A pesar de toda la felicidad que sentía por nosotros, algo todavía me hacía sentir incómoda. Ese hombre. Esa mirada seguía apareciendo en mi mente de vez en cuando, solo para recordarme que ese desgraciado trabaja para esa bruja y que anda suelto por la calle.

-Algo anda mal...-digo en un susurro más para mí que para cualquier persona.-se siente mucha paz...-ella coloca una mano sobre la mía y la aprieta ligeramente.
-Es normal que te sienta así después de tanta batalla con esa mujer pero ya pasó, ella ya no puede hacerles daño...-niego lentamente con la cabeza en respuesta y me acerco para susurrarle.
-Ella todavía nos observa desde la distancia...-solo de imaginar a ese hombre espiandonos me pone la piel de gallina.-nos observa a través de él...-la profundidad en la que me afecta que ese hombre todavía esté suelto es demasiada.

*Latido*

Giro en la cama para abrazarlo y sentir su calor mientras duermo pero cuando paso un brazo alrededor de su cuerpo, solo siento frío. Abro los ojos y Gabriel está a mi lado muerto, lleno de sangre y su cuerpo helado.

*Latido*

Me levanto de golpe en la cama, en medio de gemidos y llanto por la horrible imagen de su cuerpo ensangrentado a mi lado. Él me rodea con sus brazos y acuesta su barbilla en mi hombro.

-Solo fue una pesadilla, pequeña...-sujeto con fuerza sus brazos con mis manos y dejo salir todo para lograr conciliar el sueño después.
-Lo siento, sé que actúo como una niña pequeña...-acuesto mi cabeza en su hombro y cierro los ojos con fuerza. No he parado de llorar.
-Tranquila, imagino que es normal en este punto del embarazo, ¿no?...-no me explico como comienzo a reír en medio de lágrimas. Estos malditos cambios de humor son insufribles.

La doctora pasa la máquina por mi abdomen y nos deja ver a ese pequeño champiñón que crece ahí dentro. Gabriel aprieta mi mano con fuerza y yo giro para mirarlo pero su mirada está puesta en la pantalla.

Cuando la doctora nos dice que todo estará bien, él relaja el ceño y le regala una ligera sonrisa. No tengo que tratar de guardar esas sonrisas en mi memoria porque las veré por el resto de mi vida.

*Latido*

Pasear con él de esta forma por las calles, tomados de la mano y sonriendo como un par de idiotas solo lo había visto en mis...Me detengo de golpe en el sitio y él gira su rostro para mirarme.

-Hey...-levanto la mirada lentamente hacia sus ojos y de repente todo se vuelve borroso por las lágrimas.
-¿Estoy soñando?...-pregunto en un susurro ahogado y él se acerca negando con la cabeza.
-No cariño, no es un sueño...-todo esto veo tan irreal que casi creo que es solo una mala pasada de mi mente.

No...Todo esto es irreal. Esto jamás pasó, esto no existió pero...¿Que demonios ha hecho mi mente con la realidad? ¿Nuevamente se niega a dejarme ver las cosas? ¿Por qué demonios no me enseñas la realidad? ENSEÑALA MALDICIÓN... ENSÉÑAME A GABRIEL...

*Latido*

El enorme pasillo de hospital. El señor Stoker al final de este. La esperanza de decirle el veredicto. La esperanza de que ahora estuviera estable y listo para recibir las noticias. La esperanza de verlo.

-Él llegó al hospital muerto, Valeria...-solamente negué con la cabeza y me tapé los oídos para no oír nada más. Me hice una idea diferente en la cabeza para mantenerlo vivo por más tiempo.

Giro mi cabeza cuando la puerta de su habitación se abre, cuando el hombre de bata blanca pasa por la puerta, ahí puedo ver a Gabriel acostado en la cama.

Retrocedo lentamente, sin despegar la mirada de ese cuerpo, ese que solía tener vida y que pertenecía al hombre que amo. Lo veo y solo me parece dormido, pacíficamente dormido.

"Mi tiempo se agota..."

Sus palabras se repiten en mi cabeza una y otra vez con velocidad, taladrando un agujero en mi cerebro para recordarme que...Que él sabía.

Mi amor. El amor de mi vida. El hombre que me salvó la vida muchas veces, que arriesgó su vida por muchos, a quien le había arrebatado todo y aún así peleaba con todas sus fuerzas, ese hombre a quien amé a más no poder se había ido.

Gabriel Stoker ha muerto...

Prometida Liberación. ¤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora