Valeria:
Observo el sitio de un lado a otro en busca de una señal que me indique que una persona importante vive aquí, pero la casa es tan normal y tan fuera de los límites de la originalidad que casi resulta aburrida. Cuando poso la mirada sobre Nath, su expresión me indica que piensa exactamente lo mismo que yo.
Dejo escapar el aire y le hago una señal con la cabeza para que entremos en la propiedad. Definitivamente este sitio no tiene nada fuera de lo común, es solo una casa común y corriente en un barrio común y corriente.
Mientras avanzamos por el camino de entrada, me doy cuenta que todo esta muy bien cuidado, como si el dueño se gastara demasiado dinero en el cuidado tanto del césped como de las estatuas que hay en varios sitios de este. Para ser alguien que se esconde, tiene bastante dinero.
Sin embargo, cuando piso una de las laminas del camino y esta hace un ruido singular, me detengo de inmediato. Cuando bajo la mirada, me doy cuenta de que efectivamente el ruido que hizo fue el de una hoja de periódico bastante viejo y deteriorado.
Me agacho en el sitio y tomo la hoja con una mano para leer lo que dice en las letras grandes: "La muerte le lloró al ángel" Arrugo la nariz ante la estúpida forma que tomaron para dar una noticia, pero más por la siguiente frase sacada de una novela: "¿Fue acaso que la muerte se enamoró de él y le ayudó a ocultar la verdad del gobierno o solo lo ayudó para ocultar sus mentiras?"
Muevo la mano con la hoja hacia Nath y ella deja escapar el aire con latente frustración. Parece ser que no es la primera vez que ve esta noticia y que al ser así, no es de su agrado leer tremenda mierda.
-Se basaron en rumores y en mierdas que no se acercaron ni un poco a la realidad...-dice tomando la hoja con una mano. Para que se ponga así por esto, diría que la noticia debe de ser de alguien conocido y el único que me viene a la mente es mi padre.
-¿Es mi imaginación o este tipo guardó el recorte de la noticia en el sitio menos indicado?...-eso le arranca una risa sin humor. Evité cuanto pude todos los periódicos que hablaban de papá, por eso no puedo compartir ese desprecio con ella.
-La guardé donde pertenece...-alzo la cabeza rápidamente cuando esa extraña voz suena a poca distancia de nosotras.-¿no les han dicho que entrar a una propiedad ajena es un delito?...-esperaba a una figura más letal, pero este remedo de hombre me ha decepcionado nuevamente, especialmente esa mirada llena de astucia y tenacidad.
-¿Es usted Sam White?...-pregunto sin la mínima pizca de temor o molestia en la voz por su maldita mirada que me esta poniendo de la mierda.
-Lo que queda de él...-dice girando en su sitio y comenzando a caminar hacia la casa nuevamente.
-¿Conoció usted a un hombre de apellido Rowell?...-él se detiene de golpe en su sitio, pero no gira para mirarme.-debo suponer por su reacción que así fue...-deja escapar el aire con latente frustración y molestia por mi comentario.
-¿Cómo podría no conocer al famoso ángel que fue más demonio que otra cosa?...-aprieto los puños y la mandíbula con fuerza para evitar decir todo lo que deseo por ese maldito comentario sobre mi padre.-su nombre y apellido perduran en mi mente cómo el del mayor bastardo de la historia...-doy un paso hacia delante con la intención de tomarlo del cuello, pero Nath me sujeta el brazo y me detiene de golpe.-¿fueron enviadas por el bastardo para comprobar que siga cumpliendo con mi condena?...-Nath y yo nos miramos por unos segundos y luego devolvernos la mirada hacia él.
-Vengo a pedir justicia...-digo con fastidio, aun apesar de que Nath me sigue sujetando del brazo para que me calme.
-¿Una mocosa que a penas esta viviendo su vida viene a exigirle a un ex-abogado que le haga justicia? Lamento decepcionarte, pero ya no ejerzo mi labor...-una risa histérica y sin humor escapa de mis labios ante la estúpida idea que se le ha ocurrido.
-Ni aunque volviera a nacer pondría mi vida en manos de uno de los bastardos a los que mi padre describió meticulosamente...-le escupo con furia, a lo que él responde girando su rostro rápidamente para mirarme. Su mirada y la mía tienen una batalla por unos instantes.
-Cálmate, Vale...-dice Nath muy cerca de mi oído. El hombre da un paso hacia mí, sin dejar de mirarme y yo me pongo alerta.
-¿Eres su hija?...-me quito del agarre de Nath y me acerco a él, sin dejar de mirarlo a los ojos para que vea que no me afecta en lo más mínimo.
-¿Y tú uno de los traidores que lo vendió?...-deja salir una risa histérica y sin pizca de humor antes de dar un paso más hasta que las puntas de nuestras narices rozan ligeramente.
-El único maldito traidor fue él por espiarme mientras seguía el caso de Gabriel Stoker...-en cuanto el nombre de Gabriel sale de sus labios todo mi cuerpo se pone alerta.-él y su maldito deseo por probar que esa mujer le estaba haciendo algo a ese chico...-sin percatarme o enviar la orden, mis pies retroceden un paso lejos de él.
-Fue usted...-digo casi inaudible. Gabriel dijo que cuando intentó demandarla, nadie le creyó.-usted fue el que lo hizo fallar...-él frunce el ceño y ladea la cabeza ligeramente ante la enorme confusión que le ha dado lo que le he dicho.
-¿Eres su hermana?...-aprieto los puños lo suficiente hasta que mis uñas comienzan a perforar la piel de mis palmas.
-Soy su esposa...-él abre los ojos un poco más de lo normal y comienza a mirar en todas direcciones. Ahora mismo parece un maldito demente.Sin embargo, la locura del tipo no terminó en miradas asustadas en todas direcciones, sino que continuó con él recorriendo el jardín delantero de un lado a otro, como si buscara algo o a alguien.
-Vete de aquí...-dice abriendo el portón de la entrada mientras observa en todas direcciones.-largo...-me dice con voz más firme que antes. Este tipo se atreve a echarme como a un perro, pero me niego a hacerlo.
-No me iré hasta que me diga porque mi padre lo describió en su diario...-deja salir un suspiro frustrado y lleno de odio hacia mí. Este tipo es un maldito imbécil.
-Lo hizo porque según él yo hundí a Stoker en un sitio sin salida cuando debería haberlo defendido...-el maldito habla en clave y no permite que la grabación quede bien para el juicio.-lo que pase adentro de una casa no es mi problema y mucho menos el tipo de relaciones carnales que tengan las personas que viven en ella...-quiero golpear su cara por decir tremenda mierda cuando él no sabe nada.-ahora largo de aquí o llamaré a la policía...-eso me arranca una risa sin humor. Desearía que la policía supiera que este idiota es uno de los involucrados en el problema de Gabriel.
-Puede hacerlo, créame que estoy deseosa de ver a un policía entrando a la propiedad de un prófugo...-su expresión se llena de diversión y de superioridad nuevamente.
-¿Acaso cree que que yo podría darme el lujo de tener algo a mi nombre? Gracias a tu padre no puedo hacerlo...-él suelta el portón de la entrada y comienza a caminar hacia mí, sin dejar de mirarme.-esta casa me la dio mi último caso, como castigo por haberlo defraudado en la corte...-por primera vez desde que llegamos, mi mirada tambalea bajo la suya.-esta es la cárcel en la que me metió a la fuerza y me vigila constantemente para evitar que escape de ella...-mi sangre se hiela de golpe al imaginar que los hombres que trabajan para Gabriel están viéndome ahora mismo.-¿y sabes que es lo más enfermo de todo?...-acerca su rostro al mío para poder susurrar. Me siento como de piedra.-que me metió aquí para que sintiera en mi carne la agonía que él sintió al haber pasado encerrado en el sitio oscuro de esa mansión...-mis manos han empezado a temblar y mi corazón late con furia en mi pecho.-este es el infierno y él es el diablo...-mi mano se mueve sin que pueda detenerla y se estampa con furia contra su mejilla.
-Mi esposo es un ángel, un inocente que fue lastimado por gente como usted y esa maldita mujer...-una sonrisa se dibuja en sus labios lentamente. Maldito hijo de perra.
-Un inocente no le pediría sexo a quien dice que es su agresora...-mi mente se bloquea y el frío inunda mi cuerpo rápidamente.-él es quien le ha pedido a Hope que tuvieran sexo todo este tiempo y eso hizo que perdiera el caso...-esto no es real. Gabriel jamás haría esa mierda, no es posible.-tú príncipe azul es solamente una zorra de burdel...-una lágrima desciende sobre mi mejilla lentamente. Él no es eso. Gabriel no es...Él jamás haría...No. Gabriel no...¡Maldición!
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Prometida Liberación. ¤
RomanceTercera parte de: Tentación prohibida. ♤ Tras las revelaciones sobre el doloroso pasado y presente de Gabriel, la sed porque se haga justicia aumenta en el interior de Valeria y esta, con su latente deseo, desatará la ira de las culpables y dará ini...