28.♧

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Todo a mi alrededor se mueve tan lento, en silencio y casi parece que va perdiendo el color. Siento una piedra gigante en el pecho, algo que oprime con violencia a mi corazón y traba el aire en mis pulmones.

Mi mirada baila entre el edificio del frente, el hombre que vende salchichas en su carrito, la mujer sentada en la fuente mientras ve a su hija jugar en el tobogán cercano, la mujer con ropa cara que sale de la tienda con una bolsa llena de ropa nueva y la enorme nube de humo que sale de unos labios a poca distancia de mí.

-¿Podría dejar de fumar mientras esta a mi lado?...-el cigarro cae al suelo y la persona se sienta a mi lado. Quisiera mirar a quien tomó asiento a mi lado, pero mi cuerpo no escucha mis órdenes.
-También fue una sorpresa para mí, Valeria...-esa voz pertenece al doctor de Gabriel. Una traicionera lágrima desciende sobre mi mejilla lentamente.
-Usted no lo entiende...-digo limpiando mi mejilla con el dorso. Finalmente poso la mirada en él y su rostro refleja latente confusión.-sé que soy su esposa y que llevamos demasiado tiempo casados, pero...-todo esto es un caos. Entre más lo pienso, más me fastidio de esta mierda.-no tengo un solo recuerdo de los que él tiene, no tengo una sola imagen de nosotros o de lo que vivimos juntos y eso...-estoy llorando nuevamente y es por la rabia que me da no saber nada de la vida que viví con el hombre que amo.-eso me mata porque sé que él tiene todas...-mi agonía suena tan malcriada y egoísta en comparación con la situación en general.-ahora se ha enfrentado a una desilusión por no haberse curado y no estuve ahí...-desvío la mirada de sus ojos para poder llorar en paz. La pantalla del edificio más cercano muestra el rostro de Gabriel.-¿cómo le explico a mis ojos que jamás lo volverán a ver?...-la simple idea quema mi sistema e introduce la daga con más profundidad en mi corazón.

Desearía que mis recuerdos vinieran sin que me lastimen o me provoquen un dolor como de mil cuchillos en mi piel. En este momento deseo tantas cosas y sé que no obtendré ninguna.

-Abogado...-la voz del juez suena en eco por toda la ciudad. Sabía que el juicio sería transmitido por todos los rincones pero no creí que tantas personas estarían sentadas en ese parque mirando la enorme pantalla.-¿podemos proceder entonces?...-debo estar al lado de Gabriel en esto, no puedo abandonarlo cuando esta a punto de ser libre.
-Sí señor...-me levanto lentamente del sitio y avanzo con paso firme hacia el interior del edificio. Tengo miedo por lo que sucederá.

En la entrada, el humo de un maldito cigarrillo me hace detenerme en el sitio. Pasaré junto a un imbécil que no puede fumar lejos de este sitio en el que esta a punto de verse el mejor juicio de la historia.

Reúno valor y sigo avanzado hacia ese individuo que parece una puta cafetera y no un ser humano. Su mirada está puesta sobre una pantalla que hay pegada a la pared en la que se ve el juicio de Gabriel y en la que varias personas están haciendo lo mismo que él.

Mi cabeza envía una extraña alerta a todo mi cuerpo en cuanto estoy más cerca de él. Hay algo en su mirada que me inquieta terriblemente pero no sé el motivo de ello.

Suelta el humo justo cuando me paro frente a él. Cuando posa su mirada en mí, siento un escalofrío y un frío endemoniado comienza a recorrer mi cuerpo con violencia.

"¿Quién mierda es este hombre y porque me siento así cerca suyo?"

Mis ojos bajan al cigarro que tiene entre sus dedos y no entiendo de donde mierda agarré valor pero levanto la mano lentamente, tomo el objeto con dos dedos y lo boto frente a mis zapatos. Vuelvo a posar la mirada en sus ojos al tiempo que piso el objeto con el zapato.

-Las personas merecemos caminar sin que nos tiré el maldito humo a la cara...-para mi sorpresa mi voz suena firme y clara. Giro en el sitio y tengo la intención de ir a la sala del juicio pero su mano se adhiere a mi antebrazo con firmeza para impedirmelo.
-Mis disculpas, señora Stoker...-esa voz me hace sentir los pies como si fueran piedras enormes y pesadas. Pero es peor cuando siento su presencia más cerca de mí.-no me he dado cuenta de mis acciones...-susurra en mi oído. No puedo moverme ni girar la cabeza para enfrentarlo.

Cuando su mano me suelta y ya no siento el calor de su cuerpo cerca de mí, giro rápidamente para buscarlo por todos lados pero ya no está. No sé quién demonios es ese tipo pero todo mi cuerpo me ha demostrado el terror que siento hacia él.

Me tomo unos instantes para recobrar la línea del pensamiento y de mis sentimientos antes de seguir mi camino hacia la sala del juicio. Este día será una puta montaña emocional, estoy segura de ello.

*Latido*

-Dios por favor no, no otra vez, no aquí, no ahora...-me sostengo de la pared cuando el dolor en mi cabeza es insoportable y reviso rápidamente nariz por si hay hemorragia.-no quiero recordar, por favor no...-digo en un susurro mientras mantengo los ojos cerrados y bien apretados.

*Latido*       *Latido*       *Latido*

Sus ojos están fijos en los míos, no los despega ni un instante de mí. Siento un extraño dolor en mi cabeza, como si algo me sujetará con firmeza y me impidiera moverla.

-Por favor Hope, por favor te lo pido, a ella no por favor...-mi mirada se dirige lentamente hacia el dueño de la voz. Las lágrimas empiezan a descender sobre mis mejillas cuando veo a Gabriel hincado con un hombre atrás sujetándolo del cuello.
-Pero si ella siempre ha sido la meta...-dice ella con voz calmada antes de hincarse frente a él. Sus hermosos ojos azules no se despegan de los míos ni un solo instante.
-Corderito...-dirijo la mirada lentamente hacia ese hombre, ese maldito hombre que me tiene sujeta de la nuca y me impide moverme.-espero que mueras aquí...-él retrocede un paso y me hace retroceder también. El aire de golpea con tanta furia que todo mi cuerpo se tensa de golpe.-porque te aseguro que si sobrevives el siguiente castigo será peor...-dirijo la mirada nuevamente a Gabriel y aunque intento darle el mensaje de que todo estará bien, sé muy bien que no será así.

Pero sé de sobra que nada estuvo bien luego de eso.

*Latido*

Clavo las uñas en mi brazo con fuerza para volver al ahora y giro mi cabeza con rapidez hacia la entrada, justo donde se encontraba ese hombre. Ese hombre, ese maldito hombre....

"Él

              Me arrebató

                                         Mi memoria...."

Prometida Liberación. ¤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora