Gabriel:
Intento que el masaje que me estoy haciendo en la frente con los dedos me relaje lo suficiente para no mandar a la mierda a estos tipos. Su ideas son una porquería, pero lo que más me enferma es estar escuchándolos.
Paso la mano por mi cabello con rabia cuando entiendo que mi frustración no es con ellos, sino con la noche anterior. El recuerdo de la llamada telefónica de Valeria ayer por la noche, su tono de voz cargado de preocupación, rabia, tristeza y quizá miedo. Pero...¿Miedo a qué? ¿Porque demonios no quiso venir a casa anoche y se quedó con Nath? No entiendo una mierda de nada.
Algo debe andar realmente mal para que se haya refugiado en Nath y no en mí. Es por eso que no dejo de pensar que esa situación que esta mal y que la hizo alejarse tiene que ver conmigo. Casi toda la mierda que frustra a quienes amo me involucran directa o indirectamente.
-¿Eso es todo lo que tienen?...-escupo mientras arrastro la mano por mi rostro. No puedo trabajar ahora mismo si estoy pensando en ella.-deberán trabajar mejor para impresionarme en la próxima junta porque lo que han hecho hoy ha sido una completa porquería...-digo tirando las hojas lejos de mí mientras me pongo de pie de la silla.-gracias a ustedes siempre quedo como el maldito demonio de este sitio, pero si para que hagan un buen trabajo debo dejar que me miren de esa forma, entonces que así sea...-la puerta de la sala de juntas se abre y entra mi secretaria con una familiar carpeta negra en sus manos. Que extraño, aún no se ha cumplido el mes para que envíen las fotografías.-pueden retirarse...-ellos se levantan de las sillas al tiempo que le indico a ella que se acerque con la carpeta.-¿dejaron algún mensaje?...-le digo mientras pongo el contenido de la carpeta sobre la mesa. Poso mi mirada en ella cuando no consigo respuesta alguna de su parte.-¿me escuchó?...-su expresión carga tanto miedo que casi pareciera que lo que tiene en frente es un fantasma.
-Ella está aquí, señor Stoker...-una corriente eléctrica recorre mi columna vertebral rápidamente. Bajo la mirada hacia la mesa y comienzo a ojear las fotografías qué han llegado de sorpresa.
-Llama a seguridad y pídeles que saquen a esa maldita de mi empresa o voy a...-me quedo sin voz en cuanto veo la clara imagen de Valeria en una de las fotografías y no esta sola, Nath y el bastardo de Sam están ahí con ella.-dile a Samuel que venga a mi oficina enseguida...-digo sin alzar la cabeza. No entiendo una mierda de nada.-¡AHORA!...-grito con furia mientras golpeo la mesa con el puño. No entiendo que demonios pasa aquí, pero no debe de ser algo bueno.En cuanto ella sale de la sala, mis piernas se niegan a dejarme más tiempo de pie y me obligan a tomar asiento. Tomo la fotografía con una mano y la observo detenidamente, como si esperara que algo vaya a cambiar.
*Latido* *Latido* *Latido*
No pude poner un pie fuera del auto, a pesar de que deseaba verlo retorcerse de rabia por el castigo que le asigné por el resto de su miserable vida. Repetía una y otra vez que al haberle pedido a esa maldita mujer que tuviera sexo conmigo yo mismo había cavado mi tumba.
Él debía ser mi soporte, debía investigar a fondo toda la mierda, pero en su lugar me dejó caer nuevamente en el infierno y ahora yo le estaba dando el infierno que merecía. Pero sentía que el infierno lo estaba viviendo yo en mi carne.
Giro mi rostro hacia el exterior cuando mis hombres pasan junto a mi auto. Agradezco tener las ventanas cerradas o él estaría mirando mi rostro lleno de frustración por esto.
Como en cámara lenta, veo como se suelta del agarre de mis hombres y se acerca corriendo hasta el auto. El golpe de sus manos contra la ventana suena en eco en mi cabeza, el odio en su mirada me carcome la carne y más al verlo mirándome fijamente desde afuera.
-Eres un hijo de puta, Gabriel...-veo la locura en sus ojos y solo puedo visualizar a un Samuel, a una Valeria y a un señor Rowell envueltos en la locura por mi culpa.-juro que te irás al infierno, yo mismo te enviaré ahí...-dice mientras golpea el vidrio con las palmas de las manos. Mis hombres lo quitan de la ventana y lo obligan a girar en el sitio para avanzar con él casi alzado por el camino que lleva a la casa.
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Prometida Liberación. ¤
RomanceTercera parte de: Tentación prohibida. ♤ Tras las revelaciones sobre el doloroso pasado y presente de Gabriel, la sed porque se haga justicia aumenta en el interior de Valeria y esta, con su latente deseo, desatará la ira de las culpables y dará ini...