Valeria:
Me quedo observando por unos instantes la carta que él ha colocado en medio de la mesa, analizando el significado que me ha explicado y tratando de controlar el miedo que siento. Observo el enorme corazón que tiene la carta y dejo escapar el aire con bastante frustración.
Un maldito dos de corazones es lo que ha hecho que nos reunamos los cuatro en el despacho de Gabriel. Me perturba ver la tranquilidad pintada en su rostro, pero más ese rastro de satisfacción por el motivo que sea.
-Esto es bastante inusual...-dice el abogado después de unos instantes en silencio. Sin despegar la mirada de la carta, acuesta la espalda en el respaldar de la silla.
-¿Alguna vez ha ido de cacería, abogado?...-pregunta Gabriel mientras se inclina un poco hacia adelante. Arrastra la carta hasta que queda frente al abogado y ambos levantan la mirada para hacer contacto visual.-los cazadores suelen dejan marcas en ciertos lugares en los que abundan las especies y todo para poder volver nuevamente cuando sea la época indicada...-golpea con un dedo la carta y acuesta su espalda nuevamente en el respaldar de la silla. Tanta mierda empieza a darme dolor de cabeza.
-¿Esta diciendo que ella es la cazadora?...-Gabriel separa la botella de agua de su boca y niega con la cabeza en respuesta.
-No, ella es el rey en el tablero de ajedrez y todas las demás piezas la protegen de la amenaza del otro jugador...-paso una mano por mi cabello con fastidio y enojo de escuchar cuan cobarde es esa arpía.-el juego sucio es su especialidad, ya que las cartas de la muerte son elegidas al azar y el que las elige puede sacar cualquier carta que tenga la baraja, pero evidentemente ella no sigue las reglas y las envía a sus víctimas en orden...-nuevamente golpea la carta con un dedo y posa su mirada en cada uno de nosotros.-sacará carta por carta hasta que salga el as y cuando salga, enviará a su perro a matarme...-dejo escapar el aire con frustración y aprieto los puños con fuerza. Es una mierda tras otra.-hasta entonces, debo ganar los juicios y hundirla hasta el fondo..-sé que pertenezco a ese mundo de extravagancia y dinero, pero estas mierdas no las entiendo en lo absoluto.
-¿Hay algo que usted pueda hacer?...-le pregunto al abogado con tono cansado. Quizá la ley pueda ir a favor de Gabriel con esto y protegerlo de esa mujer.
-Olvidé mencionar que la policía, los abogados y el gobierno también son piezas del ajedrez...-giro mi rostro lentamente hacia él y clavo la mirada directamente en sus ojos. Se ve tan tranquilo ante ese dato que me ha tirado sin anestesia.-¿ahora entiendes porque tu padre investigó a tantos?...-todo esto me hace creer que estamos enredados en una maldita tela de araña.Me levanto de la silla y comienzo a caminar de un lado a otro, nadando en el mar mental que se ha creado ante las revelaciones de este día. Deseo acabar con Hope de una vez por todas, pero no sé como atacarla y el diario de mi padre no me ayuda lo suficiente como para hacerlo.
-Parece que estamos en una especie de juego mafioso...-dice el abogado después de soltar el aire con frustración. Me sujeto del respaldar de la silla en la que me encontraba sentada y clavo la mirada en Gabriel.
-Voy a librarte de esto...-sus ojos se encuentran con los míos y casi puedo oír lo que está pensando.
-No intervengas...-suena más como advertencia que como petición y por ello me ha calentando la sangre.
-¿Esperas que me quede con los brazos cruzados?...-desvía la mirada con latente rabia y niega con la cabeza. Su comportamiento me fastidia tanto.
-La regla es que nadie puede intervenir porque terminará muerto, ¿lo entiendes?...-dice mirándome con fastidio. Camino unos cuantos pasos para acercarme a él y me inclino un poco para quedar cerca de su rostro.
-Me importan una tremenda mierda las reglas...-puede que él sienta frustración conmigo por dejarle claro que no lo dejaré morir, pero yo siento más frustración que él por su desinterés.
-Valeria, ¿en serio me harás arriesgar nuevamente mi vida solo para salvarte? Es que acaso no crees que ya hice demasiado por ti como para que seas tan imprudente y te metas en cosas que no te importan...-en un instante, un gran pedazo de mi corazón cayó con violencia y un enorme agujero quedó en su lugar.
-Gabriel...-dice Samuel con voz firme y llena de regaño. Me incorporo lentamente, con la derrota en mis venas y el dolor incrustado en mi pecho.
-Nadie te ha pedido que hagas ese acto de caridad...-le escupo con furia antes de avanzar hacia la salida y salir dando un portazo. Maldito hijo de puta.Me detengo a medio pasillo que conduce al elevador, aguardando a que la puerta se abra y él aparezca para remediar esto. Mi mayor miedo era que me sacara en cara todo lo que ha hecho por mí y que yo no haya podido hacer nada por él.
Al cabo de unos instantes, giro mi rostro hacia la puerta y la decepción me invade deprisa. Y este es Gabriel Stoker. El multimillonario, desalmado y maldito que no se arrepiente de una mierda que diga o haga, sin importar el dolor que deje marcado en los demás.
Limpio la lágrima que baja por mi mejilla y sigo mi camino hacia el ascensor. Cuando me enamoré de él, sabía que el amor no era sencillo y que tarde o temprano me dolería, pero jamás creí que este dolor fuera tan insoportable.
Mi pecho duele como la mierda, los gemidos escapan de mi boca sin permiso y las lágrimas queman como nunca mis mejillas. A duras penas logro apretar el botón para que el cúbico metálico baje al primer piso.
En el instante en el que las puertas empiezan a cerrarse, Gabriel sale apresuradamente del estudio y nuestros ojos hacen conexión por unos segundos antes de que las puertas se cierren. Acuesto la frente sobre las puertas y dejo salir el llanto desconsolado que ese débil encuentro ha provocado.
Es la primera vez que siento lo que temía sentir por Gabriel, aquello que he odiado toda la vida y que creía una completa estupidez cuando lo oía: odio. Siento odio por él, por mí y por este matrimonio que solo ha sido una condena para él. Yo soy una condena para él y desearía dejar de existir para liberarlo de una buena vez.
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Prometida Liberación. ¤
RomanceTercera parte de: Tentación prohibida. ♤ Tras las revelaciones sobre el doloroso pasado y presente de Gabriel, la sed porque se haga justicia aumenta en el interior de Valeria y esta, con su latente deseo, desatará la ira de las culpables y dará ini...