『10』

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Los jadeos se escuchaban en la solitaria habitación. La oscuridad del lugar sería el único testigo de lo que allí ocurría, entre densímetros, pinzas y tubos de laboratorio, los dos chicos disfrutaban de una noche de placer y lujuria descontrolada.

Quizá aquel no era el mejor lugar para mantener relaciones, ni el colegio... ni el laboratorio, pero era sin duda alguna, el lugar que a él más le excitaba.

Sus mano tatuada quitaba la ropa a gran velocidad, lanzándola al suelo antes de besar una vez más a su amante. No podía retomar el control de aquella situación y tampoco quería. Colocó con impaciencia y rapidez las manos en las nalgas de su compañero y lo impulsó sobre la mesa. Unos tubos se cayeron, resbalando por la gran mesa de pino, pero tampoco eso impidió que su desenfrenados besos continuasen con ese ritmo pasional.

Se separó. Dos segundos, es el tiempo que le costó quitarse la sudadera y lanzarla al piso antes de hundir una vez más su rostro en el cuello del joven. Los dedos del más bajito se enredaron en su revoltoso cabello.

—¿Así es como estudias para un examen de química? —preguntó el chico.

—Es tú culpa que esté así —susurró Jungkook, bajando la bragueta del pantalón con rapidez para dejar ver su pene erecto.

—No, no tengo nada que ver. Yo estaba estudiando la "plata líquida".

—No digas tonterías ¿Quieres? Me enciendes más —susurró con una sonrisa.

—Adoro el mercurio —Jimin murmuró en su oído. Si, lo estaba provocando.

—Mierda, deja de intentar ponerme más duro...

—Mercurio —susurró una vez más, volviendo los labios de Jungkook todavía más posesivos y demandantes.

La alarma sonó con fuerza, con tanta, que casi le da un ataque cardiaco al pelirrojo. Ni siquiera recordaba haberla puesto.

Se incorporó con rapidez apagando el despertador. Unos segundos, su mente se quedó en shock. No reconocía donde estaba, hasta que vio un cartel de la tabla periódica colgado en la pared frente a su escritorio. Okey, estaba en su cuarto, en su cama. Destapó la sábana y miró su entrepierna ¡Estaba completamente erecto!

—Mierda —dejó caer la cabeza contra la almohada una vez más.

Había tenido un sueño húmedo con Jimin y por raro que pareciera... le había excitado de sobremanera que le susurrara un elemento de la tabla periódica.

Si que era un friki morboso de la ciencia.

—¡Kook, baja de una vez! ¡El desayuno está en la mesa!

¿Bajar? ¿Con ese problema entre las piernas? Imposible. Ahora mismo era imposible. De hecho... sentía unas ganas horrendas de orinar y ni siquiera podía hacerlo con toda las sangre ahí abajo.

Otro problema sería llegar al baño sin ser descubierto, sobre todo por su hermanito.

—¡Jungkook! ¡Vas a llegar tarde! —okey, no era bueno que Jungkook hiciera gritarle más de dos veces a su papá.

—¡Estoy despierto! —gritó de vuelta para que le diera algo más de tiempo.

Se incorporó y enrolló la sábana como mejor pudo a su cintura intentando ocultar su problemita. Por suerte para él, el baño estaba vacío y el pasillo despejado, así que caminó hacia el cuando su hermano pasó a su lado.

Corría como alma que lleva al diablo y se coló en el baño, cerrando la puerta tras de sí.

—¡Yo primerooooo! —gritó el niño ya dentro.

—Chris... abre la puerta. Necesito el baño ahora mismo.

—Será sólo un momento.

—Mierda... —se quejó el moreno, pensando otra solución donde poder orinar sin problemas.

Vio la maceta a un lado, pero con la erección que llevaba, era muy probable que no atinase. En realidad tenía pensado orinar en la ducha, allí no tendía problemas de acertar, pero Christopher le había arruinado el plan.

—¿Qué pasa, Jungkook? —preguntó su padre al verlo en el pasillo con sábana enrollada.

—Yo...

No hicieron faltas las palabras, su padre entendió al instante lo que ocurría, y como buen médico, supo que era algo normal. Hoseok quizá no lo viera de la misma forma, así que susurró para evitar que nadie más se percatase de su problema.

—Usa el baño de nuestra habitación.

—Gracias papá...

Su padre asintió.— Hazlo rápido o Hoseok subirá a buscarte.

Menos mal que su padre lo entendía. Entre ellos era todo más sencillo, y para ser sincero, su padre era un gran aliado. Era su mejor y más Preciado apoyo en esa casa. Adoraba a su familia, pero con su padre tenía una complicidad que no tenía con el resto.

De camino al baño de la habitación de sus padres, el moreno no dejó de darle vueltas al motivo de haber tenido un sueño semejante con Jimin. Precisamente con él, un chico al que apenas conocía, un deportista... con lo que los odiaba.

Y, sin embargo, pensar en él, le hizo sacar una estúpida sonrisa.

Quizá hoy lo vería.













Note:

Link de propina:

ko-fi.com/justasimpperson24

Listen to me [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora