『25』

5.5K 727 18
                                    

No podía evitar mirar constantemente el reloj de la cocina esperando ver a su hijo. Desde que se enteró del accidente de su compañero, Hoseok tenía constantemente un nudo en el estómago. No dejaba de pensar en desgracias con esa moto del hijo suyo.

—Está cenando en casa de los Park, no te preocupes tanto —escuchó a Yoongi a su espalda.

Hobi intentaba lavar los platos, pero no era capaz de concentrarse... no sin mirar el reloj y la puerta del jardín por si se abría y veía la moto de su hijo. Resopló, tratando de calmarse una vez más mientras su esposo tomaba su té.

—¿Acuestas tú a Chris? —preguntó a su esposo.

—Claro, le leeré un cuento.

Miró la media taza que le faltaba por beberse y asintió. Escucharon el ruido de la moto de Jungkook entrando e hizo que Hoseok se calmase inmediatamente al verlo a salvo.

—¿Ya ves? —Hobi sólo asintió de nuevo.— Sé que el accidente de ese chico te tiene nervioso, pero no puedes mantener a Kook siempre metido en una burbuja —sonrió.

Hoseok también le sonrió, su esposo tenía razón.

—Además, es un buen chico, y los accidentes pasan. No podremos evitarlos.

Toda la conversación cesó en cuanto el ruido de la moto dejó de escucharse y seguidamente, los pasos de Jungkook subiendo las escaleras del garaje hacia la primera planta fue lo que se escuchaba. La puerta se abrió y ambos observaron cómo se quitaba la chaqueta y dejaba las llaves en el recibidor.

—¡Estoy en casa! —gritó removiendo su cabello para sentirlo libre tras la presión del casco.

—Kook, Dios mío, tu-

—¿Cabello? —preguntó divertido.— Si, ya sé, papá. Peínate, arréglate...

Hobi sonrió al escucharlo, pero era imposible convencer a su terco hijo de que se comportara como a él le gustaría. Él tenía su propio estilo.

—¿Qué... qué es ese olor? —preguntó al acercarse un poco a él.— Hueles a pez muerto.

—Huelo a pez muerto —afirmó Jungkook con una sonrisa.— Tuve un pequeño percance con un besugo.

—¿Un... besugo? No entiendo.

—Jimin se enojó conmigo y me golpeó con la cena. No te preocupes, echaré toda la ropa a lavar y me ducharé ahora mismo.

—Hazlo rápido, estás apestando la casa —dijo Hoseok con un gesto de desagrado.

El moreno sonrió antes de moverse rápido hacia su papá y plantarle un sonoro beso en la mejilla pese a la cara de asco que éste puso al oler el pescado tan cerca.

—¡Jungkook, a la ducha, ya!

—¡Creí que te gustaba el pescado, eres chef! —gritó desde la segunda planta.

—¡En un plato servido me gusta más que en tu ropa! —se giró encontrándose con Yoongi conteniendo su risa.— Y tú, a leerle el cuento a tu hijo, ahora mismo.

Volvió a la cocina a terminar lo que había empezado. Unos minutos después apagó todo en el primer piso, subió las escaleras para comprobar que su hijo menor ya estuviera dormido, y al ver que así era, cerró la puerta despacio para no despertarlo. Después fue a la habitación de Jungkook. Tocó la puerta primero y esperó a que le dijera que podía entrar.

Estaba terminado de ponerse la parte superior de su pijama, lo que hizo que Hobi viera la cantidad de tatuajes que tenía en el brazo. La última vez no recordaba que fueran tantos, aún así no dijo nada.

—Bebé, te tengo que pedir un favor.

—Si, ¿qué es? —preguntó con incertidumbre.

—A final de mes tú padre y yo iremos a una gala benéfica por su trabajo, cae fin de semana, así que quería saber si podrías cuidar de tu hermanito ese día.

—¿El sábado o el domingo?

—Sábado.

—Okey, sin problemas. Anotaré que me toca quedarme de canguro. ¿Cuánto me pagarán? —bromeó.

—Gracias, amor —Hoseok se acercó, y esta vez, él fue quien le devolvió el beso en la mejilla mientras aplastaba su rostro con amabas manos para que no pudiera irse.

—Papá~ —se quejó él. Al ver como sus papá se iba mientras sonreía, él también lo hizo.

*

Hacía frío aún con el sol afuera. No había una nube que cubriera el cielo, todo despejado y con los rayos del sol invernal que apenas calentaba, el frío se calaba por sus huesos. Jungkook subió el cuello de su chaqueta y caminó hacia el edificio. Al fin era viernes.

Y aunque las clases eran aburrida, al menos podía ver a Jimin. Los fines de semana no suele ir a su casa para no fatigar a la familia Park.

Desde su lugar vio como unos minutos después el auto de Namjoon se parqueaba frente al colegio, ahora él era quien traía a Jimin. Sabía que éste no se atrevería a salir sólo de casa, mucho menos a tomar la bicicleta.

Esperó a que el auto se fuera, y sobre todo, a que los amigos de Jimin —en especial, Whono— le dieran un poco de espacio para entonces elevar la mano y saludarlo. No quería cometer el mismo error del día pasado, sin embargo, pese a que Jimin si logró verlo, sólo se quedó parado en su lugar y luego giró la cabeza.

Jungkook sonrió con incredulidad... aún seguía enojado, pero eso cambiará hoy.

No quiso acercarse a él en todo el día, en cambio en el receso, si observaba desde su lugar habitual como Jimin había regresado con su grupo. Sentando en el calor de la cafetería, veía como todos sus amigos hablaban; a él se le notaba raro, incómodo. Jungkook sabía que era porque a los demás se les olvidaba que el ya no podía seguirles la conversación, y no decía que le estaban faltando al respeto, simplemente, no se daban cuenta de que su vida había cambiado. Jimin ya no era el chico que ellos conocían.

Cuando terminó el colegio, tomó su moto y se dirigió a casa. Comería rápido y después volvería a salír, tenía un sitio importante al que ir. Su papá no se interpuso, sabía lo cabezón que podía llegar a ser Jungkook, además, estaba haciendo algo altruista con ese chico del accidente, así que dejó que se fuera.

La biblioteca municipal estaba a seis minutos en moto, era un lugar que el moreno solía frecuentar cada cierto tiempo. Tomaba los libros prestados y volvía a los quince días a devolverlos, o más bien, a cambiarlos por otros.

Por lo general, estos eran de medicina. Hoy, sólo se llevó los que eran sobre lengua de signos.











Note:

Link de propina:

ko-fi.com/justasimpperson24

Listen to me [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora