『43』

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El día en el colegio empezó como de costumbre para Jimin. Su padre lo llevó en auto hasta la puerta y él entró en el edificio. Lo primero que hacía siempre era ir a su casillero a descargar la mochila y cambiar los libros por los de las siguientes clases.

Hoy estaba nervioso. En cualquier momento aparecería Jungkook y no estaba seguro de cómo mirarlo a los ojos sin pensar en lo sucedido ayer.

Cambió los libros, revisó que llevaba las libretas de los ejercicios y los apuntes de la asignatura correcta y cerró su casillero metálica. Se asustó ligeramente al ver al moreno tras la puerta, apoyado sobre otro casillero y mirándole con seriedad. Sus manos se elevaron un poco para hablar.

—'Ey, ¿estás bien?' —preguntó el pelirrojo.— 'Lo siento si te asusté.'

—'Estoy bien' —sonrió Jimin. Su corazón empezaba a acelerar de nuevo.

Los dos observaron el pasillo. La gente los miraba. Podrían haber pensado que ya habían corrido los rumores de su romance, pero no era así, en realidad, tanto Jungkook como Jimin entendían lo que ocurría. Ver al "pandillero" hablando con el que había sido el mejor "quarterback" del colegio era raro.

—'Ven conmigo, hablaremos en otro lado' —sugirió el más alto al ver que las miradas no dejarían de estar fijas en ellos.

Jimin siguió a Jungkook por los pasillos hacia las escaleras. Subieron al tercer piso.

El castaño sólo había subido allí cuando tocaba la guitarra en el aula de música. Tan sólo había aulas para algunas asignaturas optativas y extraescolares, poca gente estaba por ese pasillo. Jungkook lo guió por el pasillo contrario al aula de música y abrió una de las puertas. Cuando Jimin entró, se dio cuenta de que estaban en el laboratorio.

Miró las cubetas y los pósters sobre elementos químicos y cosas que él apenas entendía. Esperó hasta que Jungkook cerró la puerta tras él.

—'¿Me cuentas cómo te sentiste ayer?' —preguntó Jeon, tomando una de las banquetas y sentándose en cuanto terminó de hacer los gestos con su mano.

De su mochila, sacó una libreta y un bolígrafo para poder continuar las conversaciones más complicadas y que no pudieran seguir en lengua de
signos. Jimin tomó asiento a su lado. Hablaba del deporte casi seguro. Ni siquiera quería sacar todavía el tema sobre el beso.

—'Me gustó jugar con los chicos' —sonrió el más bajito a la vez que hacía los gestos.— 'Aunque, es difícil coordinar a todos cuando no puedo escucharlos. No me costó tanto fijarme en las señales que Who hacía en su espalda cuando iba a pasarme el balón. Es difícil siendo quarterback decirles la jugada que quiero llevar a cabo cuando ellos no me entienden. Debería hablar con ellos, pero, aunque puedo hacerlo porque no tengo problema en mi voz, me da miedo hablar demasiado alto y que nos escuchen los demás o demasiado bajo y que no me oigan. Además, yo no me escucho a mí mismo así que... no puedo regular cómo lo estoy diciendo o si lo he dicho bien. Me siento limitado en ese aspecto. Si no fuera quarterback tendría problemas para escuchar las instrucciones que me den.'

—'Entiendo. Trabajaremos tu voz si quieres seguir como quarterback y dame un tiempo para ver si se me ocurre algo con lo que tú puedas llegar a entender instrucciones. Quizá leer los labios. El quarterback o el entrenador podrían hablar más despacio y si algo no lo llegas a entender, siempre puedes preguntar a
un compañero, ¿no?'

—'Sí. Eso estaría bien.'

—'Bien. Trabajaremos en eso. Sabiendo los puntos que más se te dificulta, podemos arreglarlo.'

—'Jungkook. Lo del beso...'

Dudas, eso era lo que Jungkook veía en los ojos de Jimin cuando preguntó sobre el tema. Había hecho el amago de levantarse para retirarse, pero al ver que quería hablar de ese asunto, volvió a sentarse.

—'Dime.'

—'Lamento no haberlo hecho la noche de la cita. Quise hacerlo, pero me entraron dudas.'

—'Es normal. Que nos estuvieran espiando también nos limitó un poco, ¿no crees? —sonrió Jungkook.— Jimin, me gustó el beso y de hecho, me gustas tú... desde hace bastante tiempo. La primera vez que me fijé en ti fue antes del accidente, tocabas la guitarra en un aula vacía.'

—'Lo recuerdo' —sonrió Jimin.— 'Un profesor se enojó con unas chicas que se agrupaban en la puerta del aula y las echó del pasillo para poder seguir con
su clase.'

—'Sí' —sonrió Jeon al recordarlo.— 'No sabía si estabas preparado para hablar de relaciones sentimentales con todo lo de tu accidente y quería darte tu espacio.'

—'Lo sé. He estado centrado en intentar recuperar las clases, en aprender lengua de signos, en volver a una cierta normalidad, pero... creo que estoy
listo para avanzar un poco y, me gustaría avanzar contigo a mi lado.'

—'¿Eso implica que quieres salir conmigo? ¿El mariscal de campo del colegio me está pidiendo salir?'

Jimin le dio un golpe con su puño en el hombro al ver que Jungkook sonreía como si bromease con él. El moreno no era de las personas a las que les importaba salir con alguien popular en el colegio, no era como el resto de chicas que intentaban ligar con él sólo por ser el quarterback. La verdad era que desde que se quedó sordo y dejó de jugar, ninguna se había interesado en él. Eso decía mucho de la gente.

—'Eres un idiota' —se quejó Jimin.

—'Oh, algo' —sonrió Jeon antes de poner su mano tras la nuca de Jimin e impulsarle hacia él hasta unir sus labios.— 'Pero acepto salir contigo.'

Jimin miró sus manos diciendo que aceptaba en cuanto soltó el beso.

—'Por cierto, hoy comemos juntos. Whono nos ha invitado a sentarnos con ellos en la mesa de la cafetería. Creo que recibió demasiados golpes para hacer algo así, pero... no lo cuestionaré mientras pueda pasar más tiempo contigo.'

El castaño sonrió ante los gestos de Jungkook. Whono intentaba ser amistoso con el chico que le gustaba y eso también decía mucho de su mejor amigo.

—'Entonces, te veo en la comida' —le expresó Jimin con las manos.

Él asintió.

Listen to me [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora