『15』

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Dos meses. Ese era el tiempo que había transcurrido desde la operación, el tiempo que Jimin se había ausentado del colegio.

Reconocía que no verlo lo desesperaba, siempre manteniendo la de que algún día aparecería... pero nunca lo hacía. Sin embargo, poder ir a "visitar" a su padre al hospital, era una gran excusa para pasar por la sala de rehabilitación y verlo desde el pasillo. Se veía sin ánimos.

Le pedían hacer ejercicios para la pierna y hacía lo justo. Al menos tras dos meses, ya caminaba con normalidad.

Y sobre la sordera... su padre lo había revisado en varias ocasiones y siempre le decía lo mismo: ese chico no volverá a ser él mismo. Estaba desmotivado, sin energías; no quería hacer absolutamente nada. Había perdido toda la motivación. Era algo que Jungkook entendía pero en lo que no podía hacer nada.

La campana del recreo fue un alivio para el moreno. Por fin podía salir y aunque levaba a su merienda, no tenía hambre. Seguía pensando alguna forma de ayudar a Jimin... de animarlo y que volviera a sentirse vivo, que quisiera hacer cosas. Pero nada se le ocurría.

—Por favor, Whono —esa voz. Jungkook se detuvo al oírla.

Justo cuando iba a girar para llegar a la cafetería, vio al hermano de Jimin. Mierda, sin dudas vino en bicicleta, estaba jodidamente empapado. Jungkook había intentado varías veces en acercarse a él en el hospital, pero no se atrevía. Jungkook solo se limitaba a observar como ese niño se enfocaba en animar y apoyar a Jimin en las rehabilitaciones, pero no solía conseguir mucho.

—Taehyung, ya te lo dije. Fui varias veces al hospital a verlo y ni siquiera me responde o voltea a verme.

—Pero ahora ya está en casa, lleva un par de días, pero no quiere salir de su cuarto. Por favor, intenta convencerlo, tal vez a ti si te haga caso. —suplicaba el menor.

—¿En serio crees que ver a sus amigos hará que salga de la habitación? Porque yo no, Jimin es muy terco —dijo Whono sin expresión alguna, tratando de no ser muy duro con el chico. Pero tenía que decirle lo que pensaba.

—Sólo inténtalo, ¿si?

Whono suspiró.— Pasaré luego por tu casa, ¿está bien? —el niño asentía rápidamente.— Y regresa a la escuela, no deberías saltarte clases.

—¡Mis padres saben que estoy aquí! —gritó el chico alejándose por el pasillo.
Whono negó con la cabeza mientras lo veía desaparecer y él entraba a la cafetería.

Por otro lado, Jungkook parecía estar en un trance desde que escuchó al chico decir que Jimin no quería salir de su habitación. Otra actitud propia de haber perdido la audición.

Ni siquiera Whono conseguiría sacarlo de su cuarto, era la zona donde se sentía seguro, donde nada había cambiado. se estaba refugiando allí. Intentar encajar en la sociedad estando así debía aterrarme, debía pensar que ya no podría hacer las cosas que hacía antes; seguramente estaba muriendo de miedo por el abrumador silencio que se había creado a su alrededor.

*

El jugador de fútbol americano no estaba contento, y desde luego, Jimin no apareció tampoco al día siguiente. Eso sólo significa una cosa: Jimin no claramente no había salido de su habitación.

Decidido como estaba a arreglar esa situación, Jungkook se había pasado toda la noche investigando aunque seguía sin ideas claras. Hasta le preguntó a su padre por si sabía alguna forma de ayudarle a superar el proceso de adaptación, pero sólo le había dicho que tuviera cuidado. No quería romper su coraza pero tenía sacarlo de casa y demostrarle que podía volver a hacer cosas normales en su vida.

Listen to me [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora