Feliz cumpleaños ¡Viajemos a Italia!

diez

Cuando respira un cosquilleo ataca su naríz, mueve su mano y se rasca, pero la sensación vuelve y el tiene que despertarse para ver qué es lo que lo molesta tanto. Se encuentra entonces con mechones de cabello rojo rosando su nariz, siendo los culpables de causar cosquillas, también que esos cabellos pelirojos le pertenecen a su amigo y que actualmente su rostro está tan cercano al suyo que, si el moreno lo quisiera, podría contar las pestañas de su amigo y no se siente tímido al respecto, al contrario, piensa que es hermoso y tierno que lo acompañara durante toda la tarde. Pero tienen que despertar, se ha hecho de noche y en realidad a escuchado el llamado de su tutor desde afuera de su puerta, diciendo que se levante o no recibirá más regalos.

Y lo hace, o eso intenta pero, mientras se preguntaba porque no ha entrado su tutor e invadido su privacidad como cualquier otra ocasión.
La pregunta luego se responde cuando mira hacia abajo, nota entonces que los brazos de él y los de su amigo están enredados en un abrazo, también sus piernas de algún modo las siente atascadas.

—Umm ¿C-como sucedió esto?— piensa el jefe un poco avergonzado—Enma, despierta, ya se hizo de noche— ha este punto no murmura,porque lo que busca es levantar a su amigo y poder salir de esa situación que extrañamente lo pone nervioso.

Se levanta para desatarse ese brazo que lo mantienen atrapado, cuando su amigo murmura —Hmm...no quiero...hay que seguir durmiendo— balbucea arrastrando de nuevo al moreno a su lado, lo que hace que se ponga más rojo

—Si no vas a despertar, entonces dime cuál es tu regalo para mi— susurra en su oído para ver si podía persuadirlo. Y asi sucedió.

—De acuerdo, celebremos y terminemos bien tu cumpleaños— responde todavía medio adormilado pero se talla los ojos y se despide del calor que sentía al estar abrazado de su amigo.

—Y yo que creí que podía chantajearte...

◜❁◝

Bajan de nuevo y está vez se encuentran en la sala principal, una zona más abierta y la que está cercana al gran comedor. De nuevo están los alumnos reunidos y sus guardianes, aunque a este punto a los alumnos ya no les interesa tanto pues ya de alguno han abierto sus regalos.

—Creo que ya deberías abrir los nuestros, Tsuna — propone su lluvia sonriente

—Tienes razón, pero de todas maneras...—mira a la bola de compañeros que tiene en otro extremo de la sala y les sonríe— Gracias por sus obsequios,  se que de alguna manera pensaron en mi aunque no sabían quién era— dice divertido y les guiña un ojo. Ellos solo suspiran derrotados y exasperados, nada que decir a eso.

Tsuna toma entonces  una caja pequeña que estaba a lado de otra más mediana, específicamente esa porque su guardián de la tormenta insistió de alguna manera contento.

—¿Entonces estos dos?— los muestra para confirmar y una vez eso, abre las envolturas. Adentro de la primera caja había  un bolígrafo muy bonito, uno tan elegante que pensó que no iba para nada con él, luego abrió el siguiente y encontró una agenda mediana, también era bonita y elegante, su pasta era de cuero marrón claro.

Levantó los ojos de dichos objetos y miro a su guardián peli-plata para sonreirle, después mira a su nube quien podía sentir también lo miraba. Ahora entendía, la agenda fue de parte de Hibari, tenía sentido porque la pluma y la agenda tenían colores similares que coincidían

—Seleccionaron el regalo juntos...Gracias chicos, que lindo detalle— y no mentía al volvera a mirar sus regalos, apreciaba todo lo que fuera dado por su familia.

—Tch ¿No le iba a dar yo una pluma similar? En cambio me pidió una Nintendo Switch—

Acercó otra caja cuadrada mediana, tenía curiosidad por ser una más grande. No tenía envoltorio así que fue fácil solo abrir la tapa, para así encontrar un peluche suavecito de Leon, muy parecido a su Natsu. Sus ojitos brillaron por ver la similitud y como un niño emocionarse por tener un nuevo peluche para su colección, la cual residía en Japón y ahora más que nada ese objeto le agrado.