Los días siguientes me la pase dándole vueltas al asunto de Ryujin en mi cabeza.
No voy a mentir, lo que dijo Rosé en la cafetería me hizo sentir realmente mal y por más que le de vueltas en mi cabeza no hay forma alguna en la que no haya jodido las cosas.
Realmente no era mi intención herirla o hacerle más difíciles las cosas, ¡Dios mío! Ella solo quería aclarar las cosas conmigo, ni siquiera le di la oportunidad de hablar solo comencé a gritarle y aunque odie admitirlo también quise hacerla sentir mal.
Una parte mía me decía que simplemente dejara las cosas como están, después de todo ella había hecho conmigo lo mismo pero la parte más racional de mi no me permitía si quiera en plantearlo como una posibilidad real.
Ya no somos aquellas adolescentes enamoradas tratando de tener una relación, ahora somos un par de adultas que tienen que hacerse cargo de sus acciones. Lo que hice no estuvo bien y tengo que disculparme, lo qué pasó entre nosotros hace tres años, es algo que ahora mismo debería pasar en segundo plano.
– ¡Tú puedes Chaeryeong! Esto es lo correcto.
Me repetí en voz alta mientras miraba el techo de mi habitación, intentaré buscar un momento para hablar con ella y me disculparé, no creo que sea tan difícil...
Me retracto de lo que dije... pensé que yo era buena tratando de evitar a las personas pero subestimé por mucho a Shin Ryujin.
El resto de la semana y parte de la siguiente, me la pase tratando de buscar un momento en el que pudiéramos estar a solas para poder hablar, pero ella lograba escabullirse o simplemente se alejaba de mi con solo verme. Cuando estábamos con las demás, intenté establecer conversaciones con ella pero a penas conseguía un par de palabras como respuesta.
Estaba evitándome y realmente era buena haciéndolo.
A juzgar por la mirada de las chicas, pude notar que se daban cuenta que algo estaba ocurriendo entre Ryujin y yo, pues yo trataría de hablar con ella pero Ryujin simplemente desviaría la conversación o miraría a otro lugar.
Y hoy no sería la excepción, nos encontrábamos en nuestra mesa de siempre tomando el almuerzo, Lia y Yeji estaban compartiendo el último trozo de pay que Lia había conseguido, mientras que Ryujin conversaba con ellas. Yuna tenia una reunión con su equipo por lo que no pudo acompañarnos, dejándome a mi picando mi ensalada sin mucho ánimo.
– Deberías probar el pay de nuez que preparan en la cafetería donde trabaja Chaery.— comento Yeji regalándome una mirada.— Te juro que es otro nivel de sabor.
– Por más que intento no logro sacarle la receta a Chaeryeong, incluso aplique la tortura pero no funciono— bromeó Lia mientras me daba pequeños toques en mi vientre.
– ¡Onnie!— fue inevitable que diera un pequeño salto sobre mi asiento, realmente detesto las cosquillas.
Lia soltó una pequeña risa y se apresuró a capturarme entre sus brazos. Yeji me devolvió la sonrisa y Ryujin, bueno... al parecer su lata de soda era más interesante.
– Ryujin todavía no conoce tu lugar Chaery.— señaló Yeji intentando unir a Ryujin a la conversación.— Deberíamos ir todas juntas el fin de semana, tienes que probar los postres que...
– Estoy bien— se apresuró a interrumpirla Ryujin.— Te agradezco la invitación pero tengo planes este fin de semana... así que...
– No tiene porque ser este fin de semana.— intervino Lia soltándome de su abrazo.— Podríamos ir después de clases o en cualquier otro momento.
– Hmmm.— respondió Ryujin rascando desde la nuca.— Quizá, hmmm...
Era evidente que no mostraba ni el mínimo interés en ir, pude sentir la mirada de preocupación de Lia y Yeji, temían haber hechos las cosas aún más incómodas para Ryujin y para mi, rápidamente les sonreí tratando de tranquilizarlas y decidí no darle importancia.
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Almost do
RomantikDespués de tres años de haber terminado su relación con Ryujin, Chaeryeong nunca se imagino que volvería a encontrarse con la chica que le había roto el corazón. Una historia donde las heridas del pasado se niegan a soltar el corazón de las protago...