Capítulo 7

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Los fines de semana por lo general suelo pasarlos visitando a mis padres, otras veces intercambio turnos en la cafetería ya sea con Chan oppa o Sol, y a veces los paso con Lia yendo de compras o saliendo a algún sitio con Chaeyeon onnie, pero sin duda alguna mis fines de semana favoritos son cuando me quedo recostada en la cama todo el día mientras veo mis doramas favoritos.

Había pasado un tiempo desde que pude descansar un domingo al medio de esta manera. Desde que Yeji se había ido a Japón, los fines de semana que Lia onnie no los pasaba con sus padres o de compras con sus compañeros del departamento de modas, se la pasaba conmigo de compras y haciendo cualquier tipo de actividad que requiera desgaste físico y social, y siendo honesta era agotador.

Para mi buena suerte, Lia y Yeji onnie se encontraban en medio de una cita, mis padres se encontraban en medio de un viaje exprés de enamorados y mi turno en la cafetería lo cubrí ayer, por lo que tenía el domingo solo para y mis doramas.

Después de agotar todas mis energías en la pijamada del viernes, me merezco este descanso.

He estado intentando no sobre prensar lo del viernes, es comprensible que reaccionara de ese modo al encontrarme con Ryujin, especialmente si consideramos las circunstancias que nos llevaron a estar en la vida de la otra nuevamente.

Después de todo no había mucho que pudiera hacer, ni en un millón de años pudiera haber imaginado que Yeji y Ryujin se encontraría en la misma academia de danza en Japón y claro, tampoco podría haberme imaginado que se convertirían en las mejores amigas.

Nunca me he considerado una persona afortunada, al contrario, siempre he considerado que al destino le gusta reírse en mi cara, creo que está situación es un excelente ejemplo de eso.

La vida suele darte sorpresas todo el tiempo.

Soy consciente que no tengo ningún derecho sobre las elecciones de las demás personas, solo tengo derecho sobre las mías y las consecuencias de ellas. Ayer decidí que podría manejar la situación con Ryujin así que debo hacerme responsable de ello.

No somos nada, no nos debemos nada la una a la otra, solo somos dos chicas que tuvieron una relación, la cual terminó y ahora comparten una amiga en común que ocasiona que tengan que interactuar en los mismos espacios y tiempos, nada mas.

— Muy bien Ryeong, no es nada por lo que tengas que preocuparte, puedes hacerlo.

Me dije en voz alta mientras me daba unas palmaditas en los hombros. Deje escapar un suspiro por mis labios y me deje caer nuevamente sobre la cama.

—Tengo hambre.

Por lo general me prepararía algo para comer o pediría algo a domicilio para tener que evitar abandonar mi cómoda cueva de mantas, pero para mi desgracia había aceptado la invitación para almorzar de Yujin, ella es mi menor en la clase de danza y me he estado ayudando las últimas semanas con unos pasos que se le dificultaron en la última coreografía por lo que en agradecimiento me invitó a comer y no pude rechazarla.

Reviso nuevamente la hora en mi teléfono, falta poco más de una hora, el lugar donde quedamos en vernos me queda relativamente cerca porque lo que debería empezar a cambiarme de ropa.

Una hora después después, estoy esperando a Yujin en el punto de encuentro, al ser fin de semana la plazoleta se encuentra repleta de personas de todas las edades, quizá me resulte difícil encontrarla con tanta gente. Tomo mi teléfono y me dispongo a marcarle mientras camino por los alrededores cuando siento el impacto de mi cabeza con el cuerpo de otra persona, enseguida la cubro intentando aliviar el dolor.

— Lo lamento de verdad, no pude verla entre tantas personas... ¡Ryeong!

Ante el reconocimiento de la familiar voz, levantó la vista para encararlo.

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