Capítulo 4

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Pov Beatriz

Han pasado algunos días y estoy más tranquila, a pesar de que no dejo de ponerme nerviosa cada vez que lo tengo cerca, puedo mantener la calma gracias a que él mismo se comporta de esa forma.

Me trata con muchísimo cuidado, cómo intentando medir cada palabra para no hacerme sentir incómoda, puedo darme cuenta de eso y lo agradezco.

Es como si de alguna forma los dos guardáramos nuestra historia en un armario, poniéndole pausa, hasta que seamos capaces de enfrentarnos a nuestro pasado o simplemente dejarlo ir, dejarnos ir.

Es sábado, aunque deseaba dormir un poco más y descansar de la ajetreada semana de trabajo, le pedí a mi mamá que me acompañara a ver un apartamento.

Esta semana vi un par que no terminaron de convencerme, por nada en especial, solo no lograba verme viviendo en ellos, tal vez es una tontería y debería elegir uno y ya, pero tengo la ilusión de entrar y sentirme en casa.

Desayunamos con tranquilidad, charlando con mi papá sobre economía, sobre las novedades en Ecomoda, siento que poco a poco la vida se va ordenando, sé que he puesto en pausa a mi corazón, pero necesito encargarme de otros aspectos de mi vida, de mi independencia, de la relación con mis padres, de cosas que he dejado de lado por poner siempre a otros sobre mí.

A media mañana tomamos un taxi hasta el edificio donde nos espera el empleado de la agencia que nos mostrará el apartamento. Le pedí a mi mamá que le dejara a mi papá algo para almorzar así podemos salir las dos solas a algún restaurante, hace mucho que no pasamos tiempo juntas, salir no era algo que podíamos hacer periódicamente ya que la economía no nos lo permitía, ahora que puedo me gustaría comenzar a darme esos gustos, sobre todo con ella.

El edificio me parece muy bonito, frente al él hay una plaza con muchos árboles y espacios verdes donde la gente disfruta de los días soleados como hoy.

En la recepción nos espera el agente inmobiliario, nos acompaña hasta el tercer piso, apenas al entrar me quedo embobada con la vista de la sala, una enorme ventana que ocupa casi toda la pared, detrás del cristal hay un pequeño balcón, no se ven edificios, solo el juego de las de las sombras con los rayos de sol que atraviesan la copa de los árboles, esto se repite también en la habitación, puedo verme amaneciendo allí definitivamente.

En la recepción nos espera el agente inmobiliario, nos acompaña hasta el tercer piso, apenas al entrar me quedo embobada con la vista de la sala, una enorme ventana que ocupa casi toda la pared, detrás del cristal hay un pequeño balcón, no se ven ...

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Por el brillo de tus ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora