Pov Beatriz
Han pasado unos minutos desde que dejamos a Juliana en la puerta de mi apartamento, sé que no debería preocuparme por ella, a gran distancia se nota que tiene mucha experiencia con los hombres, pero no puedo dejar de hacerlo, me preocupa demasiado que pase una noche con el Dr. Calderón, sé que no tiene escrúpulos, que no le importan los sentimientos de nadie, que es capaz de cualquier cosa por conseguir lo que quiere, espero que mis advertencias hayan servido para que al menos tenga cuidado.
Se siente algo extraño pensar que una persona a la que aprecio tanto, se relacione con otra a la que no puedo ver ni en una foto, me parece una locura que alguien tan especial como Juliana quiera tener algo con él, un tipo repulsivamente egoísta.
Una caricia que deja Armando en mi pierna me hace volver al carro, a su lado, he estado tan abstraída con esta situación que no disfruté de su regreso, sé que fueron solo unos pocos días separados, pero lo extrañé muchísimo.
-En unos minutos llegamos mi amor- ha notado que estoy hundida en mis pensamientos, me acero a él, apoyo mi cabeza en su hombro mientras paso mi mano por su abdomen, han sido semanas duras de trabajo y nos esperan otras de mucho más, la primera junta de accionistas será en pocos días, debemos finalizar muchas cosas para poder salir de ella con la cabeza en alto.
-Estoy agotada- además tampoco he podido dormir bien.
-Yo también Betty, en cuanto podamos nos tomamos unos días para descansar, tal vez podamos ir a la playa- me besa la cabeza mientras mantiene las manos en el volante.
-Me encantaría, aunque estuve en Cartagena no fui capaz de meterme al mar- aunque lo deseaba no fui capaz de hacerlo.
-¿No?
-Me da mucho miedo- digo casi avergonzada por ser tan tonta.
-Conmigo te meterás.
-Solo si no me sueltas.
-Yo no voy a soltarla nunca más doctora- me estiro lo suficiente como para poder dejarle algunos besos en la mejilla- mira, allí es- señala un edificio que parece bastante antiguo, las ventanas abiertas dejan ver que en su interior hay mucho movimiento.
Nos bajamos frente al edificio, en la fachada hay unos obreros trabajando, están colocando un cartel de Ecomoda, uno similar al que hay en la fachada de la empresa.
Entramos y nos sorprende ver la magnitud de la planta, es el doble o triple de la planta de producción que teníamos.
El ruido de las maquinarias nos confirma que ya está cien por ciento funcional, recorremos algunas zonas hasta que damos con mi papá, se encuentra controlando algunas prendas.
-Buenas tardes don Hermes- dice Armando acercándose con confianza a saludarlo.
-Hola Armando, no sabía que ya había regresado- mi papá le devuelve el saludo para luego acercarse a mí.
-Hola mija- me da un abrazo fuerte, sé que le está costando demasiado no verme a diario.
-Hola papá- me mantiene abrazada por los hombros mientras conversamos, me quedo allí, yo también necesito este contacto con él, aunque tener mi espacio era lo que necesitaba, no quita que los extrañe y que desee recibir su cariño.
-¿Cómo ha comenzado la producción don Hermes?- Armando nos mira con ternura, es difícil para él no tener algo así con sus propios padres.
-Como esperábamos, todo lo que habíamos planificando está sucediendo, tenemos la cantidad de producción que nos habíamos propuesto.
-Entonces supongo que la primer entrega está a punto de terminar de confeccionarse.
-Ya está lista, vengan- vamos en dirección a un espacio que se encuentra llena de cajas con etiquetas que dicen Macys- en esa bodega ponemos las entregas pendientes, todo eso va para Estados Unidos, mañana temprano viene el camión.
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Por el brillo de tus ojos.
Fiksi PenggemarDespués de la fatídica junta, Beatriz decidió irse con Catalina Ángel a Cartagena, los sucesos de esa parte de la historia se dieron de la misma forma, excepto que Armando jamás fue a su casa a reclamarle nada a Don Hermes y Doña Julia, había llamad...