Pov Armando
No me detuve a pensar ni un segundo antes de hablar, mi boca muchas veces va por delante de mi mente, así de espontáneo cómo fui con Betty al pedirle que fuera mi esposa fui con sus papás, no puedo creer que en medio de un desayuno tan normal terminé pidiendo la mano de su hija.
No voy a contarle a Betty sobre esto, no quiero tener que decirle que su papá aún no está preparado para verla entrar a un altar, prefiero esperar hasta que se convenza de que mis intenciones son totalmente sinceras.
A pesar de nuestra conversación agradezco que Don Hermes no haya cambiado su forma de ser conmigo, me confirma que su inseguridad no tiene que ver con nuestra relación sino con hacerse a la idea de que Betty comenzará una familia propia, más allá de la que ellos les ofrecen.
El miércoles también me necesitaron en la fábrica, como don Hermes todavía sigue sin carro hicimos la misma rutina del lunes, desayunamos juntos y luego comenzamos con el trabajo, no volvimos a tocar el tema, tampoco lo hicimos el jueves cuando nos quedamos a cenar con Betty después de recoger el informe que don Hermes preparó para la junta.
No logré conciliar el sueño en toda la noche, volver a enfrentarme a una junta de esta importancia me aniquila los nervios, a pesar que los resultados son excelentes, siento que el peso de todo lo que pasó vuelve a caer sobre mis hombros.
Mientras termino de anudarme la corbata, las manos de Betty me rodean desde atrás, pegando su rostro en mi espalda.
-¿Estás listo?- es obvio que no puedo disimular mis nervios.
-Solo me falta el saco y podemos salir- trato de mantener la calma, ni siquiera hemos salido del apartamento, me giro para terminar de prepararme pero ella me detiene tomándome del rostro.
-No lo decía por eso- no hay nada que pueda ocultarle, doy un suspiro, tratando de liberar un poco de tensión.
-Creo que nunca voy a estar listo para las juntas, a pesar de que todas son buenas noticias y que tenemos todo preparado no puedo dejar de sentir terror al pensar que algo pueda salir mal.
-Solo mantén la calma, si sientes que no puedes continuar solos mírame y yo continuaré por ti- Betty es capaz de demostrarme amor de tantas maneras, me llena de gestos que confirman todo el amor que guarda para mí.
-Me tranquiliza muchísimo que estés allí, como antes, como siempre, aunque a veces parece que la Betty de la que me enamoré haya desaparecido, con estos gestos me demuestra que aún sigue aquí.
-Su asistente monstruo todavía no ha desaparecido por completo- me sorprende la forma en la que se describe, no me gusta que se llame así, de la forma en la que el idiota de Calderón se refería a ella.
-Mi inteligente y hermosa asistente, no te llames así mi amor- la rodeo con mis brazos.
-Tú también eras un monstruo jojo- se cuelga de mi cuello esperando su castigo ante tal falta de respeto.
-¿Ha si? No me diga que la doctora monstruo estaba loca por el sexy monstruo que escondía dentro de mí.
-Tampoco estaba tan escondido doctor, solo había que hacerlo enojar un poquitito- intento callar su boca con un beso, pero esquiva mis ataques mientas sonríe disfrutando de este juego.
-Doctora monstruo no se me escape, deme un besito para tranquilizarme ¿sí? - al fin me deja acceder a esos labios que me vuelven loco, si no fuera por la junta no sería capaz de separarme de ellos.
-Mejor salimos ya o llegaremos tarde- nos separamos para terminar de prepararnos y salir hacia la empresa.
Llegamos a tiempo para preparar las carpetas con los informes y balances necesarios, con una tranquilidad que sobrepasa mi entendimiento, Betty ordena perfectamente cada hoja dentro de las carpetas que Mariana acaba de alcanzarnos.
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Por el brillo de tus ojos.
FanfictionDespués de la fatídica junta, Beatriz decidió irse con Catalina Ángel a Cartagena, los sucesos de esa parte de la historia se dieron de la misma forma, excepto que Armando jamás fue a su casa a reclamarle nada a Don Hermes y Doña Julia, había llamad...