Capítulo 12

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Pov Armando

Me cuesta demasiado creer que lo que estamos viviendo es real, muy dentro mío aún pienso que no merezco esto, que mi vida estaba destinada a la soledad y sufrimiento, bien merecido, después de haberle hecho tanto daño a demasiadas personas, pero sobre todo a Betty.

Pero aquí estamos, ella está dándome la increíble oportunidad para poder calmar mis miedos, para sanar mis heridas.

Al fin, después de tanto tiempo puedo ofrecerle algo más allá que unas salidas a lugares oscuros, puedo y voy a ofrecerle mi vida entera.

-¿En qué piensa?- ha notado que mis pensamientos me han invadido por completo.

-En que tardé demasiado en hacer esto, usted no se merecía estar en las sombras de mi vida- es terrible haberla hecho pasar por eso.

-No se torture, yo acepté que fuera de esa manera- me toma de la mano y me sonríe tratando de aliviar mi angustia.

-Lo aceptó porque jamás le ofrecí algo más que eso- sé que es así.

-Armando, nuestro pasado no es perfecto, pero nos trajo hasta aquí, no voy a decirle que esos lugares a los que salíamos eran de mi agrado, pero lo único que me importaba era tenerlo a mi lado y fui feliz, cómo no se imagina, no quiero que los recuerde con tristeza porque para mí fueron muy especiales- me emociona que recuerde nuestros encuentros de esa forma.

-Para mí también Betty, yo me enamoré de usted, con cada momento que compartimos, con cada beso que me daba, pero me enoja no haberme dado cuenta antes de todo lo que sentía y el daño que le causaría saber toda la verdad.

-Creo que soy muy afortunada- dice con seguridad mientras da un bocado al almuerzo.

- ¿Por qué?

-Porque a pesar de todo, usted se enamoró de mí, porque el hombre que creí inalcanzable está regalándome los momentos más especiales de mi vida- me acaricia el rostro, tratando de borrar mis gestos tristes al recordar todo aquello.

-Yo jamás podré agradecerle lo que usted hizo por mí, usted me salvó de mí mismo- apoyo mi mano sobre la suya, tratando de alargar su caricia.

-El amor nos salvó, a los dos- se acerca para dejar un beso suave en mis labios- sé muy bien que aún quedan demasiadas cosas para aclarar entre nosotros, cosas que nos dolerán, pero que tarde o temprano deberemos enfrentar para dejarlas ir, no podemos esconderlas cómo si no hubieran ocurrido, cómo si no formaran parte de lo que somos hoy, pero creo que debemos hacerlo poco a poco ¿no le parece?

-Si mi vida, pero quiero que sepa que usted puede preguntarme con confianza todo lo que quiera, yo le contestare con la verdad, siempre- de ahora en más no habrá mentiras entre los dos.

-Y yo quiero que usted deje la culpa de lado, yo también me equivoqué, hice cosas que le hicieron demasiado daño, desconfié de cada gesto, de cada actitud que usted tenía hacia mí, aunque fueran totalmente sinceras.

-Yo me gané esa desconfianza.

-Pero desde que regresé, ha hecho que poco a poco yo pueda volver a confiar en usted, pero tengo que pedirle disculpas.

-¿Por qué?- no hay nada por lo que ella tenga que disculparse.

-Porque en la mañana, cuando lo escuché hablar con el Dr. Calderón, volvieron a cruzar por mi mente las palabras de esa carta y por un segundo desconfié de usted y me sentí una tonta por haberlo hecho- me duele que esa maldita carta se haya arraigado tanto en ella.

-Me alegra que pueda decírmelo, quiero que confíe en mi para decirme cómo se siente, lo que la angustia o la hace feliz, poco a poco iremos superando todo lo que nos hace daño, pero sepa que mi relación con Mario no es la misma después de lo que pasó.

Por el brillo de tus ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora