<En algún punto de Reino Unido, en algún momento del siglo XIX. Línea 526>
—Estás haciendo demasiado ruido —le dijo Chang Kyun a Ho Seok.
Él, que no podía creerse que tuviera a Chang Kyun bajo la falda de su vestido, apretó con fuerza los párpados y respiró hondo.
—De quién será la culpa.
Estaba intentando mantener la calma, pero Chang Kyun se empeñaba en ponérselo difícil.
Pero, ¿cómo iba Chang Kyun a resistirse? Ho Seok con vestidos era la cosa más hermosa que se pudiera contemplar. Ese era marrón con bordados dorados: con un corsé terriblemente apretado, con sus clavículas al aire y unas enormes hombreras que casi llegaban hasta los codos. La falda tenía tantas capas de tela que le había costado mucho trabajo encontrar el final, pero el esfuerzo había valido la pena.
Al menos no llevaba crinolina. No hubiera podido tener a Ho Seok sentado en esa silla con las piernas abiertas, sino.
Lamió sobre su entrada tras haberse deshecho de su ropa interior, y Ho Seok se sacudió. El gemido que escapó de su boca casi sonó como un maullido, y Chang Kyun apretó con más insistencia su cabeza contra los glúteos de Ho Seok y siguió lamiéndole, entrando en él con la lengua y obligándole a taparse la boca mientras se sacudía sobre la silla.
Con la parte de arriba desatada por delante como la tenía, estaba exponiendo por completo el pecho falso que llevaba. El pelo de su peluca, recogido en tirabuzones, parecía al borde de deshacerse.
Siquiera sabía cómo había terminado así.
Antes de esa misión habían ido al S.XXXII, al S.XXIX y brevemente también al S.XLV, a misiones importantes que habían acabado más bien regular (menos la del S.XXXII, que había sido un fracaso del tamaño de una catedral), en lugares que era opuestos a ese: con menos luces, más tecnología y más higiene.
Esa misión, al fin, no era de las que implicaba arriesgar sus vidas. Era complicada, pero más en un sentido de precisión. Tal vez por eso no deberían estar haciendo lo que estaban haciendo, pero era difícil parar a Chang Kyun cuando se le metía algo entre ceja y ceja.
De todos modos, la mayoría del plan ya estaba hecho.
A veces, provocar una guerra era tan sencillo como jugar con el orgullo de un hombre importante, y para Ho Seok era terriblemente simple hacer eso, y más luciendo semejante vestido.
La cosa era que, si Chang Kyun era algo, era un gatito celoso.
Quizá (y solo quizá), Ho Seok había flirteado un poquito más de la cuenta con el general por eso.
Notarle insistir más a la hora de usar su lengua contra su piel hizo que Ho Seok jadeara y temblara.
Iba a perder la cabeza cuando Chang Kyun dejó de empujar su lengua dentro de él y subió sobre su piel, primero presionando con su nariz y con su lengua en su perineo para luego atrapar sus testículos con la boca.
Demasiadas cosas a las que atender.
La cabeza de Ho Seok daba vueltas como si fuese una peonza, siquiera podía pensar. Deslizó una mano entre sus piernas en un intento de agarrarle el pelo, pero había demasiados obstáculos y solo pudo sujetar la tela de la falda.
Sus dedos rozaron la entrada de Ho Seok, y él se sacudió otra vez.
—Fóllame ya, idiota —farfulló, quitándose la mano de la boca. Estaba cansado de ese juego.
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Let's start From Zero » Wonkyun. MONSTA X
FantasyViajando línea arriba y línea abajo por el tiempo, Chang Kyun y Ho Seok hacían equilibrios sobre el delgado hilo entre ser uno de los comandos más eficientes del Clan y ser el que más problemas causaba.