The silence, the fox, the big wolf #42

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Ki Hyun dejó salir todo el aire de sus pulmones y contempló el vaho que se formó frente a su boca. Frío. Un frío insoportablemente extraño en un lugar donde no había más que escombros.

Dio el primer paso, y a pesar de la grava que había bajo sus pies, no produjo ningún sonido.

Ese lugar violaba las reglas de la lógica de una forma que resultaba inquietante.

Ki Hyun preferiría no estar allí.

Ki Hyun preferiría estar en casa, en su cama a poder ser, acurrucado junto con Min Hyuk y olvidando que el mundo fuera de la línea cero necesitaba ser arreglado en demasiados puntos. Sin embargo, Min Hyuk no estaba en la línea cero, sino en algún lugar de ese sitio donde no había nada, y aun así algo había conseguido atrapar a Min Hyuk e impedirle volver con él.

La idea de llegar tarde y que Min Hyuk estuviera muerto estaba aterrorizando a Ki Hyun.

Era difícil respirar allí, y nada tenía que ver con lo denso que era el aire.

Sacudió la cabeza, y comenzó a avanzar con pasos firmes y el ceño fruncido.

Le hubiera gustado chillar el nombre de Min Hyuk mientras se adentraba en la estación, pero no saber qué acechaba allí le hacía preferir mantenerse en silencio. Incluso si hubiera deseado tener algo que acallara las voces en su cabeza que conspiraban haciéndole imaginar los peores escenarios posibles.

Una parte de él se arrepentía de haberse metido en esa máquina sin conocer todos los detalles ni tener un plan de rescate, pero no podía permitir que nadie más fuese. No podía permitir que le dejasen fuera. Si Min Hyuk estaba muerto; si Min Hyuk estaba vivo, pero no sobrevivía antes de volver al Clan, Ki Hyun quería estar con él. Quería llevarle de vuelta, incluso si era solo su cuerpo.

Aunque él sabía que no iba a volver a ninguna parte si Min Hyuk no estaba vivo. Pero si lo estaba y no sobrevivía, Ki Hyun merecía estar esos últimos momentos con él. No iba a dejarle ese privilegio a nadie más. Era su derecho. Min Hyuk era suyo, no de nadie más.

Avanzó entre muros derruidos, vagones descarriados y oxidados y vías de tren torcidas de formas imposibles, adentrándose más y más profundamente en esos pasillos subterráneos.

Dejó atrás la estación y un escalofrío que le recorrió el cuerpo le obligó a detenerse.

Fue como si algo le sacudiera por dentro, y fue entonces cuando se dio cuenta que se estaba acercando a la zona cero. No creía ser capaz de notarlo, con su porcentaje, lo que le hacía pensar que debía estar bastante cerca de la brecha que se abrió en el tiempo en ese lugar.

Retrocedió un paso, dispuesto a darse la vuelta. Había descendido demasiado. Debía haber pasado por alto algo. Min Hyuk no hubiera dejado que Joo Heon se acercara tanto a esa especie de agujero negro.

—Caperucita, caperucita —resonó una voz cerca, conocida. Ki Hyun abrió los ojos como platos mientras se daba la vuelta a toda prisa.

Min Hyuk estaba allí, a varios metros a la izquierda de él. Estaba rodeado de escombros, cubierto de polvo, magulladuras y sangre. Pero sonreía, como si no pareciera que le hubiera caído un techo encima.

—¡Min Hyuk!

Sin pensárselo dos veces, se apresuró a acercarse hasta a él.

O al menos lo intentó, ya que solo consiguió dar dos pasos antes de que Min Hyuk alzara la mano en un gesto que le pedía que se detuviera.

Ki Hyun frenó en seco.

—No estoy aquí.

Ki Hyun frunció el ceño. Claro que estaba allí. Le estaba viendo.

Let's start From Zero » Wonkyun. MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora