Chang Kyun suspiró, antes de meterse en el maldito ascensor.
Había vuelto hecho un desastre de la última misión: con un montón de cardenales, un pómulo hinchado, un labio partido, y seis puntos que le había cosido Ho Seok en una brecha en una ceja.
Le dolía todo al caminar y, aun así, siquiera suspiraba por eso.
Ho Seok no mintió al decir que se pasaría días llorando por las esquinas al volver de los ochenta, y Chang Kyun había decidido que no podía soportar verle así más.
Lo había intentado todo, y solo le quedaba una opción: pasar por el Archivo, para asegurarse de que a esas personas les hubiera ido bien tras marcharse ellos.
Esperaba que fuese así y eso consolara a Ho Seok, porque ya no sabía qué más hacer.
Su vuelta al Clan tras la fiesta había sido caótica. Ho Seok había bajado de la máquina, achispado como estaba, haciendo equilibrios sobre sus tacones para no caer escaleras abajo. Lo había hecho con una gracia fascinante dado su estado, pero, aun así, había ignorado dos cosas: que había dejado a Chang Kyun recogiendo cosas en la máquina él solo, y que absolutamente todo el mundo se había levantado a mirarle.
Había llegado con un vestido rosa brillante ajustado, con escote corazón no muy pronunciado cubriendo su enorme (improvisado aunque convincente) pecho falso que no era el de silicona de siempre. Bajo el vestido, llevaba un corsé para hacer más estrecho su torso y destacar todavía más su cintura.
La falda caía lisa hasta sus rodillas, con un lateral abierto casi hasta sus caderas. Llevaba medias compresivas del color de su piel para hacer sus muslos más uniformes y sus músculos más discretos, y los stiletto eran fucsia, con tacón de aguja de cinco centímetros solamente y la punta redonda.
Por encima del vestido, llevaba un abrigo enorme aunque corto, de piel sintética y color beige, que ocultaba sus hombros y bíceps anchos, además de darle un aire aún más sexy y sofisticado.
Su peluca era negra y larga hasta el pecho, ondulada con un montón de volumen, y llevaba unos pendientes de aro enormes. Su maquillaje, aunque no tan perfecto como al principio de la noche, seguía haciéndole parecer precioso. Llevaba un contouring que hacía su cara aún más redonda y resaltaba sus pómulos; un lunar falso bajo su ojo izquierdo; unas pestañas postizas; un lápiz de ojos negro en la línea del párpado inferior y superior; y una sombra de ojos de un rosa súper llamativo y exagerado (terriblemente ochentero) en todo el párpado superior y en parte del inferior. Había restos del pintalabios rosa intensísimo que había llevado, ya completamente emborronado, adornando sus labios. Los estaba haciendo parecer todavía más rosados y más grandes.
La mitad de las personas de su sección no habían conseguido reconocerle, pero, igual que los demás, se habían perdido en esa cara bonita, ese movimiento de caderas y esas piernas tan espectaculares. Y eso que Ho Seok se había olvidado el pecho de silicona en el Clan. Si no, ese escote hubiera sido más pronunciado, añadiendo una provocación más al atuendo.
Chang Kyun había deseado olvidarse de las cosas e irse detrás de Ho Seok, porque en un momento de despiste de Ho Seok en su camino a su habitación, Min Hyuk había decidido meterle mano por debajo de la falda.
Ho Seok siquiera se lo había visto venir. No había esperado que nadie intentara toquetearle, mucho menos metiendo la mano bajo el vestido y apretando uno de sus glúteos como si fuera una pelota antiestrés. Sin embargo, al girarse con la cara toda roja, se había encontrado de bruces con Min Hyuk, sonriendo como si no hubiera roto un plato en su vida, y de repente la situación había dejado de ser tan rara.
No porque fuese normal que le metieran la mano por debajo de la falda, sino porque era Min Hyuk. Nada era raro cuando se trataba de Min Hyuk.
Min Hyuk solo estaba jugando, y Chang Kyun y Ho Seok lo sabían, pero a Chang Kyun, todavía herido tras que los perros de la policía le apalearan en esa protesta, no había estado de humor para semejantes tonterías.
ESTÁS LEYENDO
Let's start From Zero » Wonkyun. MONSTA X
FantasiaViajando línea arriba y línea abajo por el tiempo, Chang Kyun y Ho Seok hacían equilibrios sobre el delgado hilo entre ser uno de los comandos más eficientes del Clan y ser el que más problemas causaba.