CAPÍTULO 20

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Beomgyu ya había dejado de despertarse por las madrugadas, estaba agradecido y feliz que Tae estuviera en todo momentos con él. Aunque había algo que le molestaba y era que ahora, antes de que Tae lo besara le pedía permiso, sabía que lo hacía por lo que le había contado, pero no quería que siempre le preguntara.

Quería hacer algo con Tae el día de hoy, así que después de que almozaran lo sacó de la casa y caminaron. Aunque a mitad del camino ya se habían cansado, pero Beomgyu insistió en que continuaran ya que faltaba poco. Al llegar al lugar Tae se quedó sorprendido.

//06: 37 PM// Domingo

— ¿Qué hacemos aquí? — preguntó Tae.

— ¿No es obvio? — señaló el lugar y miró a Tae sonriendo.

— Te recuerdo que no se andar en bicicleta y me acabas de traer a un lugar donde se pueden rentar...no me digas que...

— Yo te voy a enseñar — le sonrió y tomó su mano para que entraran al lugar.

Después de que cada uno escogiera su bicicleta salieron del lugar y fueron a un lugar donde Beomgyu frecuentaba ir.

— No creo que sea una buena idea — dijo Tae

— Ya estamos aquí y ya tenemos las bicicletas. No hay ninguna excusa.

— Beom...

— Nada, empecemos. Súbete, mira, como yo.

Tae no insistió más e hizo caso a la petición de su novio. Beomgyu le enseñó cómo subirse, después de eso le dijo que avanzará moviendo los pies al suelo y que fuera subiendo los pies a los pedales mientras avanzaba. Al momento de alzar los pies perdía el equilibrio y caía.

— ¡Vas muy bien! — lo alentó.

— Ya me caí como 10 veces. ¿Eso es ir bien? — no era mentira lo que había dicho Tae.

— Pero ya no te has caído.

Mientras pasaban los minutos Tae empezaba a dominar un poco más la bicicleta.

— ¡Dame la mano! — dijo Beomgyu mientras aún avanzaba.

Tae le hizo caso y con cuidado apartó su mano derecha del manubrio y tomó la mano de Beomgyu. Beomgyu avanzó de manera más rápida obligando a Tae a hacer lo mismo, no soltaban sus manos. Se reían las veces que perdían el equilibrio, el sonido de su risa era lo único que se podía escuchar por las calles.

 Se reían las veces que perdían el equilibrio, el sonido de su risa era lo único que se podía escuchar por las calles

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— Ya me canse — le dijo Tae ya que llevaban más de una hora.

— Igual yo. Si quieres podemos ir a las bancas que están cerca — sugirió.

Bajaron de las bicicletas y caminaron a las bancas, Beomgyu fue el primero en sentarse y Tae después ya que había acomodado las bicicletas para que no se cayeran.

𝑵𝑼𝑬𝑽𝑨𝑺 𝑫𝑰𝑹𝑬𝑪𝑪𝑰𝑶𝑵𝑬𝑺 𝑰𝑰 - 𝑺𝑶𝑶𝑱𝑼𝑵/𝑻𝑨𝑬𝑮𝒀𝑼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora