4. El After Party

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Liv:
De camino a la escuela, Mark tuvo que dar un par de volantazos bruscos para despertarnos, ya que nos habíamos quedado hablando hasta tarde del hombre misterioso con el que mi tía había estado hablando. Yo sabía que era el tío de Blake, pero no lo conocía de verdad.

— Parece que la fiesta fue buena — dijo Mark riéndose de nosotras.

— En verdad fue bastante extraña — admití yo. Apenas había estado dentro de la fiesta.

— No te lo pierdas, nuestra pequeña Liv ha encontrado el amor — dijo Lotty llevándose las manos al pecho.

— ¿Has ligado? — frenó de golpe antes de llevarse por delante a una anciana y a su perrito.

— Yo no diría eso. Me caí encima de él y luego nos quedamos hablando.

— Madre mía, si que vas a saco.

— No me tiré encima de él por gusto. — estaba indignada.

— ¿Es feérico?

— No, es arcano, y muy guapo he de decir — dijo Lotty metiendo la cabeza entre los asientos delanteros.

— Bueno, algo malo tenía que tener — dijo Mark. La relación con los arcanos siempre había sido un poco frágil debido a su pasado. — Lo que me extraña es que te haya gustado un Arcano, son unos estirados y elitistas. — Hasta a mi me costaba creer que me hubiese caído bien.

— No me gusta, solo me pareció majo — dije yo — Y dejad este tema ya, probablemente no lo vuelva a ver más, y casi mejor.

— Vale, vale, no te enfades.

— ¿No te apetece volver a verlo? — preguntó Lotty.

— Si...No, ¿Qué más da?

— No tiene nada de malo que te lleves bien con un arcano. — admitió ella.

— Lotty tiene razón, te seguiremos queriendo. Aunque a él no. — su cara se endureció al decir la segunda frase.

— Gon se lleva con algunos arcanos. ¿Por qué a él no le decís nada? — argumenté yo.

— Porque él no tiene intereses amorosos con ellos.

— Que sepamos. — y levanté las manos en señal de duda. — Además yo tampoco tengo interés amoroso por ellos.

— Ajá y yo te creo porque se que no puedes mentir. Pero se te acaban de poner las orejas rojas como dos pequeños tomates. — dijo Mark. Me llevé las manos a las orejas para taparlas rápidamente, lo cual no hizo mas que empeorar la situación. 

— ¿Ves como sí que te gusta? — Lotty volvió a asomarse entre los dos asientos delanteros.

— ¡QUE NO ME GUSTA!

Llegamos al instituto y yo ya tenía la cabeza como un bombo de todos los comentarios de esos dos. Menos mal que no teníamos muchas clases juntos, porque si no acabaría por matarlos. Salí del coche dando un portazo y Mark me gritó desde dentro.

— ¡Ten más cuidado! ¡Que mi coche no te ha hecho nada! — rodé los ojos y esperé a que se bajaran del coche. A lo lejos vimos a Josh sentado en un banco con la guitarra sobre las piernas y montones de papeles esparcidos por el suelo y a su lado en el banco.

— Buenos días. —  Josh pareció no darse cuenta de nuestra presencia.

— Holaa ¿Qué estás haciendo? — Mark agitó su mano delante de su cara para ver si podía sacarlo del trance. Tenía la guitarra encima pero los papeles de al lado estaban llenos de fórmulas y símbolos que no era capaz de entender. Sus dedos se movían solos por las cuerdas mientras sus ojos estaban fijos en las formulas de los papeles. 

Marcada por las HadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora