Archy:
Sabía lo que tenía que hacer, aunque probablemente Ellie me mataría, pero llegados a este punto no tenía más remedio. Estreche la mano a Luke, para sellar el trato. Luego me vi en la obligación de aclarar algunas cosas.
— No quiero ningún tipo de beneficio de lo que quiera que estéis haciendo, lo único que quiero es recuperar a Ellie. — Luke abrió un poco los ojos con sorpresa.
— Muy honrado por tu parte. — admitió dedicándome una ligera sonrisa. — Veremos qué le parece a Elizabeth.
— ¿Qué toca hacer ahora? — dije yo ignorando por completo su comentario.
— Escalar esa muralla.
— ¿No puede abrirnos desde dentro vuestro topo? — Luke puso los ojos en blanco como si hubiese dicho la mayor tontería en lo que llevaba de carrera.
— Dejó de contestarnos hace unos días, cuando la reina cerró fronteras.
Seguía sintiendo curiosidad por ver quien era el desgraciado que se había propuesto engañar a uno de los clanes mágicos más grandes y poderosos del mundo. Y a pesar de que había sido una de las mayores tonterías de la historia, también era increíble cómo había conseguido ocultarlo durante tantos años.
— Nuestros hombres ya han comenzado a escalar, será mejor que te prepares. — Sin duda mi entrenamiento arcano no me había preparado para este tipo de situaciones. Hacía años que no entrenaba y subir esa muralla me parece prácticamente imposible.
A lo largo del muro que se extendía frente a nosotros, cientos de seres mágicos habían comenzado a escalar o aun estaban intentando. Los licántropos eran los que llevaban más ventaja, pero aun así les era complicado escalar con todo el hielo que recubría la pared. Casi todos los atlanos aun seguían en el suelo, les era complicado controlar el agua en estas circunstancias y lo estaban pasando verdaderamente mal. Los arcanos, los pocos que se habían atrevido a venir conmigo, no parecían tener ningún problema para escalar la muralla. Llevaban unos zapatos con cuchillas y con un piolet en cada mano se iban abriendo paso entre los licántropos. Tomaría nota para futuros entrenamientos.
Seguía mirando para ellos cuando un estruendo hizo que temblara todo el hielo que nos rodeaba. Algunos de los escaladores tuvieron que sujetarse pegados al hielo para no caerse. En ese momento, las puertas del palacio se abrieron con gran esfuerzo. El hielo había arraigado en las juntas y a las enormes bisagras les costaba girar.
De la enorme puerta doble, salieron varios guardias feéricos con unas enormes lanzas en alto. De detrás de ellos, apareció probablemente el único ápice de color que podrías encontrar ahora mismo entre nosotros. Un hombre, con pelo rojizo y vestido completamente de negro, nos miraba con mirada astuta, aunque a mi me parecía que solo iba dirigida a mi. Me parecía que ya lo había visto antes, pero no sabría decir donde. Mientras lo analizaba intentando averiguar de qué me sonaba, Tritón me dio un ligero golpe en el brazo y me señaló sigilosamente hacia arriba. Sin que nos diéramos cuenta, más feéricos se habían apostado en las cornisas del palacio, con arcos y flechas. Estábamos jodidos.
El hombre de pelo rojo se adelantó de entre los guardias y su cara pareció cambiar por completo a enfado.
— ¿Se puede saber qué narices hacéis aquí? ¿Es que no podéis vivir un par de días sin polvo de hadas? — Luke se adelantó hacia él.
— No estaríamos aquí si te molestases en responder nuestros mensajes — parecían una pareja de enamorados peleando por no responder los mensajes del otro.
— Hola, Allister. — dijo Tritón en tono amigable. Pero el tal Allister le respondió de la peor manera posible.
— No me vengas con "holo Allister". — dijo haciendo una mueca de asco. — Habéis echado a perder todos mis planes. — esto último lo dijo en un tono más bajo, para que solo Luke pudiese oírlo, pero obviamente los susurros no eran lo suyo.
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Marcada por las Hadas
FantasíaLiv y Blake pertenecen a mundos totalmente diferentes que han sido enemigos desde hace miles de años. ¿Pero qué pasaría si se conociesen? ¿Podrían llegar a ser amigos? ¿O algo más? Liv es una mestiza nacida de la unión de hada y humano. Sus poderes...