•🧡🧡🧡•
Aren
No había visto a Skylar desde que se fue aquella madrugada.
Me sentía como un verdadero hijo de puta.
Los recuerdos de nuestra última conversación seguían vivos en mi mente, y el peso de su ausencia en el gimnasio esta semana y las anteriores a nuestro primer beso, incluso en nuestro edificio, se hacía sentir en cada rincón de mi estúpido y confuso corazón.
Después de que ella descubrió lo de Grace, no hacía falta darse cuenta de que todo cambió entre nosotros a partir de esa noche. La historia que había intentado enterrar resurgió con el aniversario, trayendo consigo una marea de emociones y dolor que no había anticipado. Ver su expresión de desconcierto y tristeza mientras trataba de protegerla de mi historia con mi exnovia fue desgarrador; fue como estar atrapado en una pesadilla de la que no podía despertar.
Cada palabra que intentaba pronunciar se quedaba atorada en mi garganta, y el miedo a perderla me paralizaba. Intenté explicarle que Grace era solo una parte de mi pasado. Pero sus ojos reflejaban una mezcla de desconfianza y dolor que me rompía el alma.
Sentía que la había perdido, aun sin haberla tenido.
En ese momento intenté acercarme cómo pude, tomar su mano, pero ella se apartó, su mirada estaba fija en algún punto invisible, como si intentara procesar todo. La burbuja de confianza y seguridad que habíamos construido sin darnos cuenta los dos se había roto, y no sabía si sería capaz de repararla.
La noche en que Skylar se fue, el apartamento quedó sumido en un silencio opresivo. Poco después, apareció Adam y me dio la bronca del año, acompañado con un café cargado, para bajar la borrachera que llevaba encima y una explicación sobre cómo la pelirroja había descubierto mi pasado, del cual yo no estaba al tanto. Intenté enojarme con mi mejor amigo, pero no pude; entendía sus motivos y sabía que no lo había hecho de mala intención.
Pasaron los días y las semanas, y el vacío que dejó se hizo cada vez más palpable. Cada rincón del gimnasio, cada esquina del edificio y la playa de nuestra cuadra me recordaba a ella y ya sabía el motivo de ello.
De hecho, ya lo sabía desde hace semanas...
Me encontré yendo al gimnasio a horas inusuales, esperando encontrarla allí cómo siempre desde estos dos últimos meses, pero cada vez que empujaba la puerta, la realidad me golpeaba como un puñetazo en el estómago. No estaba y probablemente lo que me dijo Margaret sobre que Skylar estaba enferma no me lo creía en lo absoluto. Me parecía más bien una excusa para evitar encontrarse conmigo.
Y entendía su motivo.
Intenté concentrarme en mis entrenamientos con los chicos de mi equipo, ya que en menos de una semana arrancan las competiciones de verano, pero con el paso de los días, se volvieron más intensos y furiosos. Parecía como si el esfuerzo físico pudiera de alguna manera aliviar el dolor y la culpa que sentía. Sin embargo, no importaba cuánto levantara, cuánto corriera o cuánto golpeara la bolsa de boxeo, nada podía llenar el vacío que dejaba su ausencia.
Se había vuelto una rutina mirarla a escondidas mientras se enojaba con los repartidores de carga, cuando traían los nuevos equipos en un mal horario, o cuando me descubría mirándola y se sonrojaba, o incluso cuando tenía un mal día y me mostraba el dedo corazón.
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Un Lugar En Dónde Tú Y Yo Podamos Respirar. [+18]
RomanceElla era el atardecer. Él era el anochecer. Ella era alegría y tranquilidad. Él era tristeza y sequedad. Ella era habladora y le gustaba mucho los libros de romance. Él era observador y odiaba los libros de romance. Estaba claro que ellos eran polo...