Un Lugar En Dónde Tú Y Yo Podamos Respirar. [+18]

Capítulo 27| Otro Amor.

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AREN

Su cabello rojo fuego se movía suavemente con el viento de la noche, y sus ojos verdes y serenos estaban cerrados mientras la llevaba en brazos hacia el auto.

El susto que me acaba de dar no fue para nada gracioso.

La preocupación me había estado carcomiendo desde el momento en que Skaylar se desplomó en frente mio, después de que aquel hijo de puta la tocara y asustara con ese cuchillo. Ahora, mientras la recostaba en el asiento trasero del auto, podía sentir la adrenalina mezclada con el temor por toda la situación montada.

La sostuve justo a tiempo para que no se desplomara sobre el suelo. Unos minutos después, ella se despertó, confundida y diciendo incoherencias por el alcohol que había estado tomando hace un rato en la fiesta de Cord y luego de eso volvió a dormirse. Por cierto, mataré a Cord apenas lo vea en el gimnasio por no decirme que Jasper estaría allí con Skaylar, en plan cita.

No podía creer cuándo los vi entrar a los dos por la puerta principal, muy felices y despreocupados. El enojo y los celos me consumieron por dentro. Jasper, mi supuesto amigo, había tenido la audacia de traer a Skaylar, mi Skaylar, a esta fiesta de playa. Aunque Jasper no fuera responsable del ataque de ese desconocido, ni mucho menos que ese mismo la tocara sin su permiso, verlos antes en una cita con ella me había hecho hervir de rabia y ese sentimiento nuevo lo consumía todo.

Cada. fibra. de. mi. maldito. ser.

La rabia seguía ardiendo en mi pecho mientras me sentaba en el asiento del conductor, no sin antes tomar una respiración profunda y encender el motor. El auto rugió suavemente mientras lo aceleraba con precaución, llevando a Skaylar a un lugar lejos de esta fiesta. Mis pensamientos seguían atormentándome, una mezcla de furia y preocupación. Había sido una noche infernal, y ahora tenía que asegurarme de que ella estuviera a salvo.

La miré por el retrovisor. Estaba profundamente dormida, su respiración regular y tranquila. Su cabello rojo se esparcía sobre el asiento, contrastando con su piel pálida. A pesar de todo, se veía tan vulnerable y hermosa.

Aceleré por las calles desiertas, cada semáforo en rojo aumentaba mi ansiedad. Los recuerdos de la fiesta me asaltaban, el momento en que vi a ese tipo acercarse a Skaylar y el impulso incontrolable de protegerla. La ira que sentí cuando ella mencionó a Jasper como su cita. No podía soportar la idea de perderla, de que alguien más intentara ocupar mi lugar, aún sabiendo que ella y yo no somos nada.

Ni siquiera es mía.

Finalmente llegamos a nuestro edificio. Aparqué el auto y salí rápidamente, abriendo la puerta trasera con cuidado de no despertarla. La levanté en mis brazos, su cuerpo se amoldó al mío de manera natural. Sentí su calidez y su fragilidad, y una vez más, mi corazón se aceleró con tan sólo mirarla dormir.

Me dirigí directamente hacia el ascensor con rapidez, agradeciendo el silencio del edificio a esta hora de la noche. Al llegar a mi piso, saqué las llaves de mi bolsillo como pude y abrí la puerta de mi apartamento.

Entré y llevé a Skaylar directamente a mi habitación, recostándola suavemente en la cama. Sabía que Adam estaría de guardia en el hospital otra vez, por lo tanto, no llegaría hasta dentro de unas horas; al menos eso era lo que me había dicho por mensaje, hace unas horas atrás. La cubrí con una manta y me quedé allí, observándola por un momento para asegurarme de que estuviera bien.

Verla dormir podría convertirse en una de mis actividades favoritas.

De hecho, quiero que lo sea.