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Skaylar
-Lo siento, Cariño. Lo siento mucho por asustarte. - escucho el susurro suave y cálido de Aren, resonar en mi oreja, mientras me sostiene sobres sus brazos.
No sabía que responder.
A estas alturas tenía muchas emociones contenidas y las palabras se me aglomeraban en mi garganta, como una barrera infranqueable, impidiéndome decir algo coherente con él abrazándome y diciéndome que lo lamentaba.
Diosito dame fuerzas para después alejarme de sus brazos.
Ver lo vulnerable que sonó con sus palabras me produjo una extraña sensación en el estómago. Sentí culpa. Sé que Aren no es una persona muy abierta con sus emociones y dado a cómo se comporta a mi alrededor es bastante visible que es un poco cerrado.
Entonces, es raro verlo en ese papel y a la vez es chocante, ya que deja entrever un poco de ese lado que no conozco del todo.
No quería hacerlo sentir mal y mucho menos por mi culpa. Entendía que gran parte de mi susto fue por ver la cantidad de sangre y los puños, ya que eso me recordaba a mi pasado, mi detonante, no obstante él no podía adivinar mi problema con la agresión física, puesto a que nunca se lo dije o mencioné y yo creí que podría controlarlo.
Debí de hacerlo. Debí de contarselo.
Ilógico que ahora mismo esté trabajando en un gimnasio; en dónde viven lanzando puños al aire, golpenado los sacos de boxeo constantemente como entrenamiento diario, mientras que también perfeccionan sus golpes con los entrenadores del gimnasio, sin embargo sé diferenciar las cosas, porque es un deporte de élite y no ejercen agresión física intencional como tal a sus oponentes, allí tienen el consentimiento, pero lo de hace rato no era una pelea en un ring y eso fue lo que me asustó.
No preguntaré que es lo que hizo ese chico, para que Aren saltará de esa manera sobre él y tuviera que golpearlo, ¿Quería saberlo? Obvio que si, pero no quería admitir que si me lo decía no me iba a gustar en lo absoluto.
Gran parte de eso es por culpa de esas chicas del baño. No puedo sacarme esa accidental información que me brindaron de la cabeza y me molesta. ¿En serio pelearon por esa chica que dicen? ¿Aren es ese tipo de chico? ¿Dónde estará esa chica misteriosa?
Pregúntale, Dah.
No lo haré. No podría y sabría que él no me dirá nada.
Sé que abrirse a alguien nuevo y confesarle algo tan íntimo y personal es complicado y difícil. Al menos yo no ando por allí, contando que tuve un novio abusivo y mucho menos que huí de él, porque no sabía cómo terminaría mi vida a su lado si seguía en ese ambiente tóxico. Obvio que no lo hago.
Eso no es algo como para hablarlo en este momento y menos con mis sentidos entumecidos por culpa de mi vecino. La atracción inevitable que tengo por este chico no puedo ocultarla y mi cuerpo menos, ya que parece estar muy agusto en su pecho, sin generarme incomodidades.
Aren 1- incomodidad física 0
-Por favor dime algo, Pelirroja. Tú silencio me está matando. - su voz medio ronca, me devulve al presente, en dónde todavía seguimos abrazados contra el capó del auto de Margaret. ¿En qué momento nos movimos hacia allí?
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Un Lugar En Dónde Tú Y Yo Podamos Respirar. [+18]
RomanceElla era el atardecer. Él era el anochecer. Ella era alegría y tranquilidad. Él era tristeza y sequedad. Ella era habladora y le gustaba mucho los libros de romance. Él era observador y odiaba los libros de romance. Estaba claro que ellos eran polo...