Un Lugar En Dónde Tú Y Yo Podamos Respirar. [+18]

Capítulo 26| Amor En El Cerebro.

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Skylar

Verlo de nuevo fue como un baldazo de agua fría.

Seguía alborotando mi corazón.

Intenté mantener la compostura y tomar el control de mis propias emociones frente a Aren en la playa esta tarde, pero me sorprendío cómo mi cuerpo reaccionó después de días de no verlo. Mis manos temblaron ligeramente, y una oleada de calor subió por mi cuello hasta mis mejillas. Traté de enfocarme en su mirada, intenté descifrar si él también sentía lo mismo, pero lo que descubrí me sorprendió.

Por primera vez pude ver a través de él.

Las emociones fuertes y no dichas se arremolinaban en sus ojos como una tormenta en el horizonte. En ese instante, entendí que a veces las palabras sobran y que las miradas, si sabes leerlas, pueden decirlo todo y Aren por fin me dejó ver emociones fuertes en él y eso me hizo sentir más cerca. Sus ojos, profundos y oscuros como la noche, revelaban una mezcla de dolor, esperanza y algo más, algo que aún no podía descifrar del todo.

No les mentiré, me sorprendió haber caído tan fácilmente en la mentira de Adam hace unas horas antes. Esta mañana, cuando me lo encontré casualmente en el lobby de nuestro edificio, él se comportó de manera extraña. Mientras ponía al día a Bob y Nelly sobre cómo me había adaptado rápidamente a la ciudad y la llegada de Margo, quien ya conocieron y amaron al instante que mencionó la idea de quedarse un tiempo conmigo. Adam me sonrió de forma extrañamente amable y me dijo que debía ir a la playa en la tarde sin hacer preguntas, solo esperar allí.

Mencionó que quería hablar conmigo sobre Margo. Inocentemente, sin entender del todo sus palabras ambiguas y sin sospechar de la mentira, decidí seguir sus indicaciones y fui a la playa cómo él me dijo.

Siempre tan ilusa.

No recuerdo muy bien cómo es que salí del mar y dejé a Aren con mi mentira a medias sobre la distancia entre nosotros, pero se sintió bien tomar el control sobre lo que fuera que pasaba entre mis sentimientos y él. No obstante, se sintió como una nube pesada a punto de romper en tormenta.

Caminé por la orilla, dejando que la arena se metiera entre mis dedos, tratando de anclarme a la realidad. Miré hacia atrás y lo vi allí, de pie, con la mirada fija en el agua, como si buscara en el vaivén de las olas una respuesta que yo no podía darle, por lo menos no ahora, no cuando sentía que tendría que quererlo en la sombras por su pasado con Grace.

Sabía que al dejarlo ahí, con mi verdad desnudada entre nosotros, había dado un paso hacia un territorio desconocido. Un territorio donde las palabras dichas no podían ser retiradas y los sentimientos expuestos no podían ser ocultados de nuevo.

Aún no estaba preparada para escuchar sobre la chica que amó desde pequeño, y mucho menos sobre su trágica historia de amor.

Quería estarlo, de verdad que sí.

Pero me da miedo.

Seguí caminando, aguantando las ganas de mirar de nuevo hacia su dirección, pero no lo hice porque al salir de la playa, levanté la mirada hacia el cielo por pura inercia y vi una avioneta que volaba cerca de la costa. Detrás de ella, un cartel colgaba con letras rojas formando las palabras: "Chica fuego perdona a mi Arensito". Mis ojos se abrieron de par en par, conteniendo el nudo en la garganta y la risa en partes iguales. ¿Adam había organizado esto? No veía a Aren aceptando este tipo de cosas y menos con aquel apodo.