Capítulo 15

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Capítulo 15

El silencio se cernía en el auto, como una bestia en cacería, sintiéndose el espacio demasiado reducido para el cargado ambiente que se extendía en el vehículo como una sombra oscura. La tensión estaba ahí, tan cruda y palpable, danzando entre ellos como una burla sádica a la incomoda situación establecida.

Jungkook iba al volante,  apretando el cuero como manifestación inevitable de su incomoda ansiedad mientras Jimin observaba tranquilamente el paisaje en constante movimiento a través de la ventanilla del coche. El silencio, como una fiera cruel y jadeante, apretando los afilados colmillos en sus gargantas para que las palabras no salieran, con la realidad dura de que de alguna manera loca o por alguna jugarreta del destino estaban viviendo juntos ahora, como una insania lejana en un momento de diversión brumosa y con el recordatorio de que tendría que tolerarse el uno al otro.

Cuando el tiempo siguió corriendo constante como el movimiento de las llantas del automóvil Jimin se removió en el asiento, sacando del bolsillo de su chaqueta una caja de cigarrillos de la cual ya solo quedaban unos pocos. Jungkook lo miró extrañado y el chico le devolvió la mirada elevando las cejas de esa manera arrogante y exasperante que le correspondía a Park Jimin.

—¿Podrías bajar las ventanillas?, voy a fumar—lejos de un pedido era una afirmación clara de que iba a hacerlo, estuviera el auto cerrado o no.

Jungkook suspiró, presionando el botón correspondiente haciendo bajar los cristales oscuros. Su humor no era exactamente el mejor, estaba agotado y su paciencia era extremadamente reducida ese día.

—Gracias.

Era una de esas veces que su voz no tenía un doble fondo debajo y el oficial se sintió ligeramente agradecido con eso, no estaba con los ánimos necesario para tratar con ese chico, tal vez le agradecería luego porque a su propia manera Park Jimin intentaba darle valor a su luto. Pudo observar por el rabillo del ojo como el chico tatuado tomaba uno de los cigarrillos y sacaba un encendedor del bolsillo del pantalón, prendiendo la llama y cubriendo la punta de la colilla con la mano mientras aspiraba para que prendiera, cuando finalmente lo hizo suspiró y se desparramó en el asiento, viéndose tranquilo y relajado mientras tomaba las caladas y el viento le revolvía el sedoso cabello negro con ahínco, causando que las puntas se interpusieran y le cubrieran la cara. Jungkook notó que estaba un poco menos delgado y su piel había perdido el color enfermizo que tenía esa última vez que lo había visto, recuperando ese aspecto de “vivo” que en su momento había perdido.

—No sabía que fumabas—dijo, en un intento de conversación que no tuviera un final desastroso y como una distracción incluso para si mismo —Eres jóven, no deberías hacerlo.

Park resopló desde su lugar, como si él y sus sermones no tuvieran remedio, sacudió la ceniza por la ventana y se arregló lo más posible el cabello inquieto con parsimonia, que igualmente volvió a desparramarse y simplemente lo dejó, luego dió otra profunda calada y soltó el humo en su dirección, cuando Jungkook arrugó la nariz escuchó una risilla maliciosa.

—Deberías salir en esos comerciales de mierda de la TV recalcando los daños nocivos del cigarrillo, considéralo, lo harías genial.

Jeon negó con la cabeza divertido.

—Nadie toma en cuenta ese tipo de cosas hasta que el daño ya está hecho, deberías considerar eso también.

Suicide | Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora