Capítulo 23

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Capítulo 23


—Mi madre debe haber sido de esas chicas jóvenes que se casaron con un hombre mayor que ellas, no podría decirlo con detalle porque era pequeño cuando, ella s-se fue, pero debía ser así—tragó saliva, con la lengua como algodón en su boca—Mi madre era jóven y frágil y mi padre un borracho amargado y agresivo que no escatimaba en hacernos daño.

Su voz sonaba nasal pero él no se detuvo, tragó saliva y continuó—Nunca hubo alguien más parte de nosotros así que tal vez mamá no tenía padres o se había ido de casa y cortado lazos. No me imagino como pudo haber sido para ella, podía ver el terror en sus ojos cuando sonaba el mazo de llaves de mi padre abriendo la puerta de entrada, ella le tenía pavor, y yo también.

Jimin tragó saliva, su mirada estaba enfocada en sus dedos que se retorcían entre sí e inevitablemente Jungkook estiró su mano y le acarició los brazos, en una muestra de apoyo, de que estaba ahí con él, que nadie volvería a hacerle daño otra vez si podía evitarlo—Ese hombre, mi padre—las palabras salieron amargas— era un bueno para nada que se gastaba lo poco que teníamos en alcohol, hasta yo siendo un niño podía saber eso, que ironía—los labios de Jimin se estiraron en una mueca amarga y su expresión se ensombreció aún más—Cuando regresaba a casa, luego de beber hasta casi un coma etílico con sus amigos de mierda descargaba su rabia y frustración del día sobre mi madre y yo, era como su puta terapia propia, la tomaba de saco de boxeo para relajarse.

—Que hijo de puta—Jungkook tenía los dientes apretados y un brillo salvaje de rabia en sus ojos.

Eso, de alguna manera, lo impulsó a continuar, con el sentimiento que estaba haciendo lo correcto al contarle eso. Él realmente quería hacérselo saber aunque estaba abriendo una brecha de una parte de si mismo que luchaba cada día por cubrir. El confiaba en Jungkook y por eso le estaba desnudando su alma, ahí y ahora.

—Si, era un hijo de puta—estuvo de acuerdo, mientras la sonrisa amarga se extendía y podía sentir las bilis revolverse en su estómago, desesperadas por salir.—Supongo que de alguna manera él se había metido en su cabeza y le había hecho creer que no podía escapar de ahí, que ella solo podía esperar que fuera mejor al día siguiente y que mi padre la próxima tarde se bebiera dos litros menos de cerveza. Eso nunca pasó—se le apretó la garganta—Tengo un recuerdo en específico grabado en mi memoria, ¿sabes?

—Mamá estaba allí. Ella se veía exhausta y desolada, tenía el labio roto cortesía de la ronda de golpes de la noche anterior, tenía unas marcadas ojeras y no se podía ver más consternada mientras jugaba en los bloques conmigo. Esa tarde cuando escuchamos la puerta abrirse me dijo que fuera a mi habitación, supongo que no fui lo suficiente rápido. Juwon llegó especialmente agresivo ese día y logró atraparme entes de que llegara a la habitación y me escondiera—el nudo en la garganta era fuerte y sentía sus ojos picar, con el amague claro de que pronto se derramarían las lágrimas—Me arrastró con el por el cabello hasta la cocina y le escupió un par de frases a mamá que empezó a llorar mientras le suplicaba que no me hiciera daño, que ella podía tolerarlo pero que yo no.

Se le escapó un sollozo, su cuerpo temblando.

—Al minuto siguiente, sus manos estaban apretando tan fuerte en mi garganta que pensé que la rompería. Tenía 7 años y para mi fue la experiencia más aterradora que había vivido jamás; mamá siempre se las había arreglado para que saliera lo más ileso posible pero esa tarde realmente pensé que Juwon me mataría—no estaba exactamente seguro de poder continuar con esa historia, pero el dique estaba abierto y sus emociones a flor de piel. Podía dejarlo salir, tenía que—Cuando el me soltó de repente apenas pude incorporarme en el suelo y volver a respirar cuando caí sobre la madera y una vez pude ver a través de las lágrimas mamá tenía una estatuilla que solía decorar como centro de mesa en su mano con manchas de sangre y mi padre se acariciaba la cabeza sangrante con un herida abierta por el golpe. Mi madre parecía aterrorizada de sí misma y de mi padre porque él se fue sobre ella en un parpadeo.

Suicide | Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora