Capítulo 22

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Capítulo 22


Cuando la cabellera oscura revoloteó por debajo de la puerta de entrada Jungkook se levantó del sofá de un tirón, como un resorte que ha sigo llevando al límite para que salte en respuesta.

—¿Y bien?, ¿encontraron algo?—los dedos de sus manos se retuercen entre si y sus hombres se sienten de hierro.

Yong-sun no respondió, solo se acercó a él y dejó sobre la mesa una de esas bolsa de plástico que se usaban para extraer la evidencia que eventualmente sería analizada en el laboratorio, cuando reparó el interior había un pequeño objeto brillante, un cartucho de metal dorado, con líquido rojo escurriendo de él en gotitas gruesas que manchaban el interior de la bolsa transparente, cuando sus ojos se fijaron en el rostro de la mujer ella negó, como si estuviera a punto de rendirse.

—Solo hemos encontrado esto—su voz destila cansancio cuando habla—hemos barrido tu casa de punta a punta, sin huellas dactilares, sin huellas de calzado u olor, sin nada—sus dedos alisan el cabello negro que se eriza cerca de los sienes—debemos revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad, pero si te soy franca, dudo que encontremos algo que ayude. Intentaré con los vecinos a ver si han notado algo fuera de lo normal.

Que Kim y el equipo forense no encontraran nada era algo que había esperado, aún así arraigaba la ansiedad a él. Si no había huellas que es básicamente el carnet de identidad de un ser humano dudaba que una cámara del vecindario captara algo que sirviera o algún vecino con un testimonio revelador, su vecindario es bastante tranquilo y solitario, sobre todo en las tardes.

—¿Qué se supone que significa eso, detective?—la voz de Jimin intervino sin aviso, saltó de repente como una fiera que no puede reprimir sus instintos por mucho más, el había estado en silencio por mucho tiempo y parecía tan colérico ahora que sus cejas se movieron hacia arriba en lo que miraba el chico que continuó hablando con más fuerza que antes—¿alguien se mete en propiedad privada y le dispara a una persona y no se puede hacer nada?, ¿qué tipo de mierda de sistema de justicia es este?—las palabras eran un gruñido gutural y su rostro comenzaba a colorearse de la furia.

Yong-sun lo miró a él, a Jimin y de vuelta a él. Suspiró, acercándose hacia Jimin que parecía lanzar dagas de sus ojos hacia la mujer parada al otro lado de la habitación. Tenía puños apretados y los ojos enrojecidos porque había estado llorando tiempo atrás y ahora parecía capaz de destazarte en un parpadeo, que ironía.

—Hey, cálmate—sus manos fueron a sus hombros y acarició la zona rígida que no cedió bajo su palma, intentando drenar la furia intensa de él de alguna manera—debemos esperar, con teorías no hacemos nada. No funciona así.

Los ojos avellana se clavaron en los suyos y lo miraron como si hubiera perdido la puta cabeza junto con la bala falsa que había dado en su pecho. Del destello en sus ojos y el lenguaje corporal podía adivinar que una respuesta mordaz vendría luego de eso.

—¿Qué mierda vamos a esperar Jeon?—escupió con amargura— ¿qué la próxima bala si te atraviese la frente?—gruñó—no se cuál es el problema de todos ustedes pero si quieres terminar como ese tipo policía no esperes que me quede de brazos cruzados y te vea morir.

Ante la mención de Jackson todo su cuerpo se puso tenso como una cuerda, su mandíbula se apretó entre si con fuerza, su mirada viajó hacia Yong-sun que tenía los ojos muy abiertos y brillantes, muy quieta, sus manos se aferraron a su estómago en un reflejo y parecía que podría pedir en baño para vomitar en cualquier momento. Suspiró.

Suicide | Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora