Epílogo

259 30 7
                                    

Epílogo


Se sentó sobre el cómodo sillón de piel sintético con manchas frente a la mesa de café que Jung Hoseok tenía, como siempre, en la pequeña mesa había galletas y té listos para ser servidos y a su disposición. Pero desde hacía algún tiempo tenía la sospecha de que su psicólogo no era un hombre de té en absoluto, posiblemente se tomaba la molestia de prepararlo exclusivamente para sus secciones juntos. Meses atrás había llegado de improvisto hasta la puerta de su terapeuta porque la necesidad de hablar con él se había hecho demasiado grande y su impaciencia no le permitió esperar por su cita a mediados de semana, el hombre lo había dejado pasar y había sido lo mismo de siempre, pero no había té y galletas sobre la mesa.

Entonces, Hoseok se tomaba demasiadas molestias, pero estaba agradecido.

Jung Hoseok era un tipo agradable, siempre intentaba hacer que sus secciones con él—y sus pacientes en general, podía apostar—parecieran más una conversación casual con un amigo mientras tomaban distraídamente el té a media tarde que lo que realmente era, una sección de terapia. Para ser honesto estaba realmente agradecido con él, habían logrado muchas cosas juntos y el camino desde el punto de partida fue largo y extremadamente intrincado—y lo sería también en el futuro—pero podía decir que su psicólogo realmente sabía tratar con él y eso era mucho decir, para él chico cerrado y enfadado que había llegado a su consulta y además, luego de los fatídicos hechos luego de la primera sección.

—¿Cómo te encuentras hoy, Jimin?, ¿has tenido una buena semana?—preguntó, mientras casualmente se ponía cómodo en el sillón blanco del frente, acomodándose la bata y flexionando uno de sus pies como solía hacerlo.

—Estoy bien, es un bonito día, he logrado que Jungkook me dejara un par de cuadras más lejos esta vez y he venido caminando, ha sido agradable—comenzó como de rutina, explicando su día a su psicólogo que lo miraba con una sonrisita en su bonita cara. Jimin suspiró y se acomodó, ahí iba—La semana por otra parte ha sido un poco estresante, el centro de ayuda donde soy voluntario está hecho un desastre estos días, hay demasiada gente y no hay lugar para todos.

Hoseok se re acomodó en el asiento—Entiendo, pero este tipo de cosas son inevitablemente, se acerca el invierno y las personas de las calles no pueden resistir una nevada a la intemperie, debido al número, en casos como estos es que es tan complicado ayudarlos a todos, ¿y tú quieres ayudarlos a todos, no es así?.

Se reclinó sobre el mueble y cuando suspiró su psicólogo tenía ese brillo en sus ojos, mostrando que había dado justo en el clavo—Si, siento que si lo intentara podría hacer más de lo que realmente hago, que no es suficiente.

—Oye, un paso a la vez, es difícil pero cada año ha sido posible, recuerda, un paso a la vez.

—Si, como digas, un paso a la vez.

A pesar de su sarcasmo Hoseok le dio una brillante sonrisa y tomó una galleta, mordió y cuando tragó preguntó:—¿Qué hay de las pesadillas?.

Oh, eso.

—Sigo despertando gritando por las noches—cuando la amargura se filtró en su voz, el hombre le dió una expresión alentadora—pero Jungkook se encarga de asegurarme de que estoy bien lo suficiente hasta que vuelvo a ser consciente de mi alrededor y vuelvo a respirar con normalidad. También, los últimos 2 días seguidos he logrado volver a conciliar el sueño sin usar la medicación como me sugeriste, creo que finalmente está funcionando.

—Bien, eso está muy bien. ¿Qué hay de tú relación con Jungkook?—ante su mirada seria Hoseok se rió y elevó las manos—se lo que piensas y no, no estoy cotilleando sobre tu vida personal más allá de lo ético, necesito saber como te sientes en el ambiente en donde estás.

Suicide | Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora