Capítulo 9

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Capítulo 9

Era de madrugada, una fresca y silenciosa, cuando su celular se encendió sobre la mesita de noche empezando a sonar. El sonido estrepitoso y molesto de su tono de llamada rompiendo el silencio de la habitación ese domingo y filtrándose en sus sueños hasta hacer que volviera la consciencia.

Sintió el cuerpo a su lado removerse sobre las sábanas, causando los crujidos de estas por el roce de la piel en lo que se escuchaban gruñidos y un par de palabras que no pudo entender pero que podía apostar que eran un par de maldiciones.

—Haz algo con tu puto teléfono, Jeon—espetó Yoongi, con la voz áspera y rasposa, arrastrada por el sueño y la irritación que irradiaba estando marcada por ser despertado por el molesto tono de llamada.

Medio dormido aún se sentó sobre el colchón, tomando el aparato de la mesita de noche que justo dió su última sacudida ruidosa antes de quedar en silencio, con la pantalla iluminada y una notificación de una llamada perdida.

El sonido volvió, igual o más irritante que antes y Yoongi volvió a gruñir alto mientras se removía, saliendose de las mantas y mostrando las líneas de su figura marcadas y perfiladas por la poca iluminación. Las líneas tonificadas de los músculos resaltaban atrayentes por la poca luz de la luna que se colaba del exterior por las rendijas de las ventanas medio cerradas, antes de que volviera a maldecir o quejarse Jungkook presionó la tecla de volumen de su teléfono silenciándolo y se apresuró a salir de la habitación tan pronto como sus pies torpes se lo permitían, cerrando la puerta a sus espaldas y observando la pantalla que brillaba en el pasillo en penumbras.

Era una llamada entrante de Sun. Un peso se asentó en su estómago y se sintió como un nudo cuando su pulgar se deslizó sobre el aparato para contestar.

—Aquí Jeon—dijo, sintiéndose demasiado despierto y consciente de si mismo de lo que normalmente lo estaría una persona que acababa de despertar hacía apenas dos minutos. Se sentía en estado de alerta.

Su respiración hacía ruido en la silenciosa casa.

—Lamento molestarte a estas horas Jungkook—escuchó la voz de la mujer a través de la línea. El sonido de garras tintiniando sobre la madera lo hizo voltear a la escalera y caminar hacia allá, conociendo a su mascota haría un alboroto apenas necesitara su atención sin importarle la hora—Dijiste que te llamara si encontrábamos algo.

La voz de Yong-sun regresó de fondo cuando bajaba los peldaños, viendo a Gennadi en el piso de abajo moviendo animadamente la cola, a través de la línea se escuchaba movimiento constante y la frase le había provocado un escalofrío, causando que quedara estático junto a su perro que lo observaba con los ojos brillosos de felicidad.

Apretó el celular entre sus dedos con la incertidumbre golpeándolo y en su intento de relajarse rascó detrás de las orejas del can que se relajó al instante, calmando su bola incesante de energía para volverse maleable y mimoso en cuestión de segundos con solo unos pocos roces de sus dedos en los lugares correctos.

—¿Qué ha pasado?—fue imposible no preguntar cuándo el ruido en la línea se establecía y Kim no le daba los detalles o una respuesta meramente informativa al menos.

—Un camionero nos ha llamado hace unos cinco minutos—dijo y luego la pudo escuchar soltando un suspiro—conducía por las afueras de la ciudad y no había ninguna gasolinera cerca así que se detuvo al lado del camino para ir al baño y ha encontrado algo—hizo una pausa. Jungkook tragó saliva—Un cuerpo.

Suicide | Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora