Capítulo 24

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Capítulo 24

La luz del sol se colaba brillante y tortuosa por las ventanas con las cortinas abiertas, haciéndolo despertar. Parpadeó observando a su alrededor, seguía en la sala, con la mejilla apoyada sobre el cuero del reposabrazos y una manta cubriendo su desnudez, por supuesto, aún sobre el sofá en él que Jungkook lo había jodido maravillosamente la noche anterior.

Pero el hombre no estaba ahí.

Al menos no a la vista, la sala estaba vacía aparte de él y Gennadi que se encontraba acostado en el suelo mirándolo adorablemente desde abajo frunciendo la expresión, pereciendo que hacía “ojos de cachorro”. La cocina estaba silenciosa así que el hombre tampoco estaba ahí, era un poco raro, no sabía la hora pero no debería ser muy avanzada la mañana y Jeon tenía su rutina del café en la mañana. Esa mañana no olía a café y de alguna manera una mala sensación lo recorrió causando que se retorciera en su propia piel y se levantara del sofá de un salto, colocándose la ropa interior que estaba doblaba sobre el espaldar del mueble y se la deslizó tan rápido como pudo por los muslos antes de comenzar a caminar como un errante.

La cerámica estaba fría contra sus pies desnudos y se estremeció, con el frío lamiendo su piel y dándole escalofríos que lo hicieron abrazarse a si mismo mientras avanzaba. Cuando gradualmente se escucharon murmullos a medida que se acercaba a la puerta de entrada sólo apresuró el paso, siendo tan silencioso como podía y la ansiedad picando. Las voces se hicieron nítidas cuando se acercó a la puerta, era Jungkook y había otra persona con él, también.

—Gracias por ayudarme con esto Yoongi—la voz de Jeon estaba ahogada por la madera pero era lo suficientemente clara para ser entendible—¿cómo has estado estos días?, cuando he hablado con Sun a dicho que estabas bien pero no te he preguntado directamente.

La otra persona se rió bajo, una mezcla en el tono entre grave y fino que le daba un timbre rico a su voz—Puedo sobrevivir un par de semanas sin ti, Jeon, no te creas demasiado importante—él era un hombre, uno con un tono sensual y casual que le ponía los cabellos de punta.

Se sentía torpe y estúpido escuchando una conversación ajena a través de una puerta como un si fuera un jodido espía, ¿qué demonios?, debería meterse en sus propios asuntos.

—Lamento no haber llamado en estos días—la voz de Jungkook volvió a escucharse mientras se alejaba lentamente de la puerta para no hacer ruido, debería preparar café, tal vez intentar hacer algo de desayuno para Jungkook cuando entrara de vuelta o si su invitado se quedaba un rato más así tendría algo que ofrecer.

Sin embargo, cuando el hombre volvió a hablar, sus palabras se sintieron como agujas que se le clavaron directamente en las extremidades, paralizándolo, sintiendo los músculos tan duros como si se transformaran en piedra. El corazón latiendo duro en sus oídos —Soy lo suficientemente mayor para entender que no estabas de humor para follar, Jeon. Aún así podías haber llamado si necesitabas algo, ya sabes que estoy aquí.

¿Qué demonios?. Jimin parpadeó aturdido.

A la mierda, definitivamente no estaba escuchando eso, no estaba escuchando esa conversación, no, no, no.  Recorrió el pasillo directamente rumbo a la cocina, con pisadas rápidas y sonoras, daba igual si se escuchaba en el pórtico donde los hombres estaban o en la jodida luna, daba igual. Abrió el refrigerador de un tirón y tomó una botella de agua, de la cual bebió directamente, como un hombre con un terrible caso de deshidratación que engullía el liquido desesperado, sin embargo, por más agua que bajara por su tráquea el nudo nunca se fue, solo se apretó y se apretó, hasta que el hecho de que algo bajara por su garganta no era una opción.

Suicide | Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora