POV: CLARISSA.
Por más que ocultará mi cabeza bajo la almohada, me levantara por agua, o tratase de buscar una posición más cómoda para dormir no era capaz de conciliar el sueño. Estaría sería la séptima noche consecutiva sin dormir bien. Era estresante, pero era mucho más difícil tratar de explicarle a mi madre que la habitación se sentía como una cámara que parecía comprimirse más y más cuando intentaba dormir. Sentía morir a mitad de la noche, como si algo me apretara con fuerza el cuello y no me dejara respirar hasta que abriera los ojos. Mi madre y mi abuela habían hecho de todo para ayudarme, pero no era tan valiente como para decirles la verdadera razón de mi insomnio.
Mi alma se desprendió de mi cuerpo cuando aquel titular retumbó en mis oídos, quise creer que era una broma y que seguramente se trataba de una de las tantas parodias que durante meses estuvieron haciendo después de enterarse de lo sucedido. Mi primer impulso fue arrebatarle el celular al desconocido para estar segura de lo que mis oídos habían escuchado, pero no lo hice, eso quizás me hubiese costado mi trabajo. Entré en pánico y un sentimiento de zozobra comenzó a nublarme el juicio. Tenía que hacer algo para estar segura, para enfrentarme con la realidad que durante meses buscaba ignorar. Esa noche no regresé a casa , y casi a las 11:30 p. m. de la noche, no tuve otra opción que regresar a mi oficina para poder ver en internet lo que horas antes había escuchado.
Por primera vez en cinco meses conecté el cable de Ethernet a mi computadora, y con el corazón desbocado escribí el nombre de Jonathan en el buscador. Aquello se demoró solo un par de segundos, pero el dolor que mi corazón sintió en ese momento estaba segura que me duraría para siempre. Todo el aire fue expulsado en un sollozo ahogado que detuvo la palma de mi mano al ver todas las cosas que se decía de la multitudinaria boda que el señor y la futura señora Edevane estaban por dar. Habían retomado su relación hacía no más de dos meses y la propuesta vino un mes después de estar saliendo nuevamente. Había cientos de fotos y videos que probaban lo felices que estaban. Habían asistido a cientos de galas, eventos y fiestas juntos, mientras que aquí yo cargaba con la pena de la humillación.
Quise desgarrarme la garganta gritando, destrozar todo a mí alrededor y callar para siempre el dolor que en ese momento me embriagaba la existencia. Volví a llorar esa noche, en esa oficina, en silencio cuando lo que realmente quería era que el mundo finalmente me cayera encima. Tuve que ocultar mi llanto, a pesar de que sentía un animal desgarrándome las paredes internas del cuerpo. Jamás había sentido un dolor así, fue entonces cuando me di cuenta lo mucho que dolía amar a alguien como yo amaba a Jonathan. Esa noche no quise volver, solo quería desparecer, lo único que quería era apagarme y hacerlo esta vez para siempre. Sin embargo, volví a pensar en mi madre, en la sonrisa que ahora había en el rostro de mi abuela y, sobre todo, en mi vientre abultado.
Como era de esperarse, y en estos casos donde la emocionalidad tenía más poder que mi propio sistema inmune, me enfermé hasta alcanzar una fiebre de treinta y ocho grados. No era grave, pero necesitaba reposo ya que en mi estado y con mis meses de gestación lo menos que necesitaba era un fuerte resfriado. Tomé un par de días de descanso que rápidamente se convirtieron en una semana, y no tuve de otra que recibir el mes de mayo en la asfixiante comodidad de mi habitación. Hacía hasta lo imposible para poder dormir.. Así fueron pasando los días, pero mientras más me obligaba a no pensar en el matrimonio de Jonathan y Danielle, con más fuerza recordaba que la fecha poco a poco se acercaba.
En mi cabeza las preguntas daban vueltas como una ruleta de la fortuna, y ninguna razón me resultaba coherente para justificar ese matrimonio. Aunque, cuando lo pensaba con claridad, todo siempre tuvo sentido. Jonathan había hecho todo por una razón, y esa era simple, él seguía amando a Danielle más de lo que una vez me dijo que me amaba a mí. Sin embargo, con esa nueva decisión todas aquellas palabras perdían toda su credibilidad. Jonathan nunca me amó, solo me utilizó mientras Danielle convencía al resto del mundo que ella sería para siempre la única mujer en la vida Jonathan. Pero como todo en la vida, este dolor tendría que pasar.
![](https://img.wattpad.com/cover/302252195-288-k137324.jpg)
ESTÁS LEYENDO
A término indefinido©. [+18]
Genç Kız EdebiyatıClarissa Jones se mudo a los 18 años a la gran ciudad de Nueva York motivada a cubrir el tratamiento su abuela. Ha tomado cada trabajo que tocó su puerta, pero durante dos años ha sido una secretaria más del Emporio joyero mas grande de todo Estados...