Capítulo 4

261 24 11
                                    

A eso de las doce de la noche, Bang Chan se comunicó conmigo mediante varios mensajes, algo que agradecí, ya que mi preocupación por el estado de Seungmin era bastante grande. Una vez más, volvió a disculparse conmigo y traté de quitar hierro al asunto. Tampoco quiero que entre ellos peleen por el enfrentamiento que tuvimos el rubio y yo, después de todo, llevarse bien con todo el mundo es imposible.

He decidido mantener en secreto el hecho de que ahora tengo el número de Chan, si Mackenzie se entera, se volverá loca. Hablando de ella, hoy tiene el día libre, así que está ahora mismo dormida en el sofá, donde ha pasado la noche. La viciadas que se pega con la PlayStation no son normales, pero la comprendo, si no tuviera que trabajar, yo hubiera hecho igual.

Antes de salir del apartamento decido dejarle a Mack una nota, sé que me echará la bronca por no despertarla para que me acerque a casa de los chicos, pero me rehuso a molestarla en su día de descanso.

"No sé cuánto tiempo estaré fuera, te aviso cuando termine y me vienes a buscar. R."

Dejo la nota sobre su móvil, que será lo primero que vea cuando despierte. Con cuidado cierro la puerta de la entrada tratando de no hacer ruido y pillo el ascensor para bajar al hall del edificio. De nuevo, vuelvo a conectar mis auriculares al móvil y pongo mi música a todo volumen, para amenizar la caminata. Al saber el camino tardo menos en llegar, lo que ayer fueron cuarenta minutos, hoy han sido veinte.

Saludo con una inclinación al de seguridad de la puerta, que enseguida me da los buenos días y me deja pasar. La urbanización está muy tranquila, veo a dos señoras caminando y las saludo alegremente ganándome una sonrisa por parte de ambas. Cuando subo las escaleras de la casa, siento que me observan, y así es, están pendientes de cada uno de mis movimientos. Supongo que no están acostumbrados a tener a gente nueva por aquí.

–¡Buenos días Ruby!– me saluda alegremente en cuanto abre la puerta un chico rubio, tiene una sonrisa preciosa –Ayer no nos pudimos presentar... Soy Yang Jeong-in, puedes llamarme Jeong-in o I.N–

–Es un placer– murmuro haciendo una leve inclinación.

El chico, que al parecer es el menor de todos, se hace a un lado y me deja entrar. Aún conociendo el camino, espero a que él me guíe, sigue siendo una casa ajena y no quiero faltar el respeto a nadie. En el salón se encuentran Changbin y Han charlando, ambos me regalan una pequeña sonrisa al verme y me saludan. De lo que parece ser la cocina sale Minho con un delantal de gatitos y una espátula en la mano.

–¡Llegas justo a tiempo!– exclama el chico de pelo violeta al verme –Estoy haciendo tortitas, te serviré unas–

–Oh, gracias de verdad, pero ya he desayunado– comento haciendo una leve mueca.

–En ese caso, al menos deja que te prepare un batido de los míos, vas a tocar el cielo cuando lo bebas– agrega Minho sonriendo con arrogancia.

Acepto gustosa su invitación, rápidamente me pide que lo siga y me lleva hasta la cocina. Al adentrarme en ella me doy cuenta de que es enorme, además de eso, no estamos solos. Un chico de cabello rojo fuerte come tortitas despreocupadamente sobre la isla de la cocina. En cuanto nota mi presencia, clava su vista en mí, he decir que su mirada es bastante intensa.

–H-hola– murmuro algo nerviosa bajo su atenta mirada.

–Oh vamos, estás asustando a la chica, deja de ser tan intenso– se queja Minho golpeando al chico en la cabeza con una revista.

–Auch, solo estaba jugando...– murmura mientras se toca la cabeza.

Minho rueda los ojos y vuelve a ponerse manos a la obra, termina de hacer algunas tortitas y prepara varios ingredientes para hacer su batido.

Hold Me (Felix, Stray Kids)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora