Hold Me (Felix, Stray Kids)

Capítulo 11

Me levanto de la cama a eso de las nueve, tras otra noche sin pegar ojo. Mi cabeza no me ha permitido dormir tranquila, he estado dándole vueltas al qué le diré a los chicos cuando me presente en la casa. Primero de todo tengo que disculparme con ellos, se han preocupado por mí y no lo he tenido en cuenta, solo he pensado en mi desgracia y me he sumido en ella. También quiero contarles lo de mi vuelta a España, aunque no sé muy bien como van a digerir la noticia. Seguramente al final no diga la mitad de cosas que he pensado, conociéndome bien, me quedaré en blanco.

Mack se ofreció a llevarme y entrar más tarde a trabajar, pero me negué, un paseo no me viene mal. Me despido de nuestros gatitos antes de salir, y enseguida me pongo en marcha. Sin prisa, pero sin pausa, hago el camino hacia casa de los chicos, disfrutando del aire libre y las calles de Seúl, por si es la última vez que puedo recorrer las. De vez en cuando me giro para mirar tras de mí, tengo la sensación de que alguien me observa, pero no sé quién, la calle está abarrotada. Decido dejar de lado esos pensamientos y continuo andando, quizás me estoy volviendo loca.

Sobre las diez llego a la puerta de la urbanización, el guardia se sorprende al verme y me saluda alegremente antes de dejarme pasar. Poco a poco acorto la distancia con la casa de los chicos, mientras me preparo mentalmente para lo que estoy apunto de hacer. He prometido no llorar más y ser fuerte, ellos no se merecen ver a una Ruby depresiva, no si va a ser una de las últimas veces que nos veamos.

Llamo levemente a la puerta y espero unos segundos, se escuchan pasos acercarse y cuando la puerta se abre, me encuentro de frente con Changbin. El chico Dark parece sorprendido de verme, rápidamente abre sus brazos y me invita a abrazarlo. No me lo pienso y acepto su oferta, ambos nos fundimos en un gran abrazo bastante reconfortante.

–¿Cómo estás?– me pregunta una vez nos hemos separado –Sé que no es la mejor pregunta, pero me gustaría que fueras sincera–

–Estoy– me limito a decir haciendo una mueca.

Binnie sonríe apenado y me deja pasar, agradezco que no haga muchas preguntas. Recorremos el pasillo hasta el salón, donde se encuentran sentados Chan, Minho y Han, parecen estar hablando de algo importante. En cuanto los tres me ven, sus rostros se iluminan y en cuestión de segundos tengo al peli azul abrazado a mí. Han lo sigue, así que abrazo a ambos antes de mirar a Minho, que simplemente se ha levantado y está observando todo.

–Te debo una disculpa Lino– murmuro algo cohibida –Siento haberte hablado así y siento mucho haber actuado como una cría. Odio alejarme de mis problemas, pero siempre he sido una cobarde–

Minho me observa mientras hablo y hace una mueca antes de acercarse lentamente hacia mí.

–No eres ninguna cobarde Ruby-doo, cada quién sobrelleva sus problemas a su manera– dice el chico de pelo violeta –Yo también siento haber sido tan brusco, a veces no mido mis palabras, pero quiero que sepas que lo que dije era por tu bien–

–Lo sé, tenías toda la razón de mundo...– murmuro sonriendo levemente –Entonces, ¿me perdonas?–

–No hay nada que perdonar pequeña– responde Minho sonriendo –No puedo enfadarme contigo–

Dicho esto, sus brazos me envuelven en un abrazo cálido y acogedor, me aferro a él y suspiro aliviada, la primera parte no ha ido tan mal, después de todo. Chan sube mientras me acomodo en el sillón a avisar a los demás, enseguida, los cuatro chicos que faltaban bajan las escaleras rápidamente. Cruzo mirada con Félix, que parece preocupado pero trata de disimularlo, le regalo una pequeña sonrisa y luego me dedico a saludar a los demás. Abrazo a Minnie y le revuelvo el pelo mientras le doy las gracias por lo de ayer.

–Gracias por venir princesa, estábamos muy preocupados por tí– comenta Hyunjin quien se ha sentado a mi lado.

–Siento no haber dado señales de vida, necesitaba un tiempo para asimilar todo– explico brevemente mientras juego con mis manos –Gracias por preocuparos por mí, pero enserio, estoy bien–