Capítulo 3

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Hacia mucho tiempo que no rompía mi rutina y a partir de hoy, mi día a día va a cambiar. Quizás suene raro decirlo así, solo son dos semanas las que voy a tener que cuidar a Seungmin, pero no puedo evitar sentirme nerviosa. Las cosas pueden salir muy bien o realmente mal. Lo único bueno que encuentro a estas dos semanas, es el no tener que madrugar, siempre he odiado tener que levantarme temprano, soy muy dormilona.

Mientras desayuno sentada en el balcón del apartamento, echo un vistazo a mis redes sociales y contesto algunos mensajes. Mack, que debería estar trabajando ahora mismo, me ha mandado una tanda de ellos, cagándose en la suerte que tengo. Desde que se enteró ayer que quizás voy a ver a Chan más seguido, está enfadada conmigo, obviamente de broma, pero se ha tomado muy a pecho lo de insultarme.

–Tía, deja el puto móvil y ponte a analizar muestras– me quejo inmediatamente en un audio –Si me dejas tranquila a partir de ahora, te compraré varios tomos del manga que te estás leyendo–

Durante unos segundos me deja en visto, seguramente tenga un conflicto interno ahora mismo. Al final, termina por responderme al audio con un “Valr”, hasta su corrector se ha acostumbrado a sus fallos al escribir, ya ni la corrige. Dejo el móvil a un lado y me termino el desayuno rápido, con la tontería voy a llegar tarde. Mackenzie es la que conduce, así que yo tengo que ir andando a todos sitios si quiero llegar a tiempo, ya que el transporte público suele dar demasiadas vueltas.

Salgo del departamento con la bolsa llena de utensilios médicos cargada al hombro, agarro mis auriculares y los conecto a mi móvil, enseguida comienzo a reproducir mi playlist de Spotify. En ella hay de todo, desde trap, rap, pop y rock, hasta K-pop y canciones de series y películas. Conecto también el maps y añado la ubicación que el señor Woo-seok me pasó anoche, no está muy lejos, pero tampoco está cerca.

El sol brilla en lo alto a pesar de que los grandes edificios lo tapan, podríamos decir que el día está bueno si no contamos con el frío que hace. Meto las manos en los bolsillos de mi sudadera y me acurruco, llevo como dos capas más a parte y aún así siento que me congelo poco a poco. El camino lleno de edificios cambia de repente, me adentro en una parte llena de casas, bastante grandes a decir verdad. Me fijo en la dirección que me dió el señor Woo-seok y voy mirando todo a mi alrededor, por aquí tiene pinta de vivir gente adinerada.

La voz de Google Maps me avisa de que he llegado a mi destino, frente a mí hay una urbanización llena de casas preciosas, totalmente modernas, en las que predominan el blanco y el negro. El guardia de seguridad que custodia la puerta me hace un breve interrogatorio, al parecer por aquí tienen mucho cuidado con a quien dejan pasar. Por suerte, ya le habían avisado de mi llegada y solo me hace falta enseñarle mi identificación para que me abra paso.

Me dirijo hasta la casa que supuestamente es, tengo que subir varios escalones para llegar hasta la puerta de entrada. A mi derecha está el timbre, pulso el botón durante unos segundos hasta que una campanita resuena. Escucho voces dentro, y pasos apresurados acercándose a la puerta, mentiría si dijera que no estoy nerviosa, es como si fuera la novata de nuevo, como cuando empecé a trabajar en la clínica.

Un chico bajito de pelo oscuro abre la puerta y se queda estático frente a mí con cara de sorpresa. Digo bajito, porque a diferencia de Chan y Seungmin, este chico me saca poca altura. Algo contrariada por su reacción al verme, me quedo parada frente a él, sin saber que hacer.

–Chicos...– dice de repente alzando la voz –Hay una extraña en la puerta–

–¡Oh mierda!– exclama alguien desde dentro de la casa –Se me olvidó avisar de que vendría alguien a cuidar de Seungmin, ¡lo siento!–

Inmediatamente reconozco la voz de Chan, el peli azul corre hasta la puerta y se sorprende al verme.

–Tú...– murmura haciendo que el otro chico lo mire.

Hold Me (Felix, Stray Kids)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora