Me levanto de golpe, sobresaltada por otra puta pesadilla. Al principio eran flashbacks de nuestro cautiverio, pero poco a poco mi mente ha ido amoldando lo ocurrido para crear un final totalmente diferente, final en el mis amigos mueren por mi culpa. Suelto un suspiro mientras me froto la cara con frustración, después de estar yendo al psicólogo tras la muerte de mi hermano, creí que estaba lo suficientemente bien para no volver, pero creo que lo necesito.
Félix está dormido en el sillón que hay a mi izquierda, desde que estoy en el hospital no me ha dejado sola en ningún momento. Aún recuerdo la conversación que tuvimos cuando nos quedamos a solas el primer día, después de despertar, saber que Lino había salido adelante y ver a todos mis amigos. Lix rompió en llanto y se aferró a mí, me pidió perdón por no haber estado ahí para ayudarme y me rogó que no volviera a darle un susto así. Se me partió el alma al verlo de ese modo y por mucho que le dije que todo estaba bien, mis palabras no lo tranquilizaron. Creo que, necesitaba soltar todo lo vivido en esa larga semana y yo lo acompañé desahogando me también.
Desde que me abrazó por primera vez cuando mi mundo se venía abajo, desde ese primero contacto, supe que Félix era de las personas que sanan, de las que te sostienen y juntan todas tus piezas rotas.
La puerta de la habitación es golpeada levemente, enseguida se abre, dejando ver a Mackenzie cargada con varios papeles y una bolsa de papel.
–¡Buenos días!– exclama contenta.
–Shhhh– le digo rápidamente señalando con la cabeza a Lix.
–Ups– murmura ella riendo levemente –He traído el desayuno–
Me pasa la bolsa de papel, al abrirla la boca se me hace agua, ha comprado Donuts zebra, mis favoritos. Agarro uno, le doy un gran mordisco y lo saboreo hasta el último instante, mientras pongo cara de satisfacción. Mack se acerca a la ventana, abre las cortinas de golpe y le grita a Félix que despierte, provocando que este pegue un salto del sillón del susto y se caiga del culo.
–¡Mack!– me quejo al ver a mi novio asustado y desconcertado.
–Son las 10 de la mañana y ya es hora de que salgas de aquí– dice mientras airea los papeles sonriendo ampliamente.
–¿Que es eso?– pregunta Lix mientras se soba el culo.
–El alta de tu novia, puede irse a casa– comenta mi amiga haciéndome muy feliz.
Después de varios días entre estas cuatro paredes, ya era hora de poder irme. Nunca había tenido tantas ganas de salir del hospital, mira que trabajé turnos dobles en la clínica, que era prácticamente lo mismo, pero estar en el lado del paciente es agobiante.
A Cielo le dieron el alta enseguida y le recomendaron ver a un psicólogo, aún así, estar de nuevo con Hyunjin y su mejor amigo la ha animado bastante. Ahora mismo debe de estar en su casa, con su familia, disfrutando de un descanso merecido. Lino ha estado dormido a base de analgésicos para el dolor, así que nadie ha tenido la oportunidad de comunicarse con él, ni siquiera Han, que lleva durmiendo en su habitación desde que salió de quirófano.
Agarro el papel del alta y lo leo, el médico me ha pautado reposo, tengo que usar muletas para movilizarme y no apoyar mucho la pierna. No es mucho, realmente el que peor parado ha salido ha sido Minho, al que voy a visitar en cuanto esté lista para irme.
Félix me echa una mano con los pantalones, ya que no puedo apoyar la pierna, veo el cielo abierto si lo hago. Luego yo me pongo la camisa y agarro las muletas, nunca se me han dado bien estas cosas, veremos. Mackenzie me espera fuera de la habitación y me va animando mientras trato de caminar, Félix está a mi lado, cuidando que no me caiga.
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Hold Me (Felix, Stray Kids)
FanfictionA veces, cuando menos te lo esperas, aparece alguien en tu vida que pone todo patas arriba, aunque, en este caso no es una sola persona. Ocho famosos chicos entran a la vida de Ruby y Mackenzie por casualidad, y deciden quedarse, cueste lo que cuest...