Hold Me (Felix, Stray Kids)

Capítulo 13

Los nervios afectan a cada persona de manera diferente, hay quien come más debido a la ansiedad, otros menos, incluso algunos hablan mucho. Sin embargo, a mí se me descompone el cuerpo y me dan ganas de vomitar, como si en vez de nervios estuvieran haciendo obras en mi estómago y estuviera revuelto. Esta semana he debido de dormir seis horas en total, entre todo lo sucedido y lo que está por suceder, conciliar el sueño ha sido imposible.

Me encuentro tomándome mi tercera taza de café, llevo desde las siete de la mañana dando vueltas, pensando que ponerme, cómo actuar y qué es lo que voy a decir. Mack ya está en el trabajo, no puede faltar, así que Minho se ofreció a llevarme con él a JYP entertainment, ya que queda a un buen camino de mi casa. Miro el reloj y suelto un suspiro, en menos de diez minutos estará aquí, tengo que terminar de prepararme.

Me meto de nuevo en mi habitación y abro el armario, tengo tres conjuntos en mente, pero no sé cuál es el más adecuado para ir a hablar con el que en breves será mi jefe. Agarro diferentes pantalones y blusas, las dejo caer sobre la cama y las empiezo a combinar hasta dar con un conjunto que me guste.

–Bingo– murmuro mirando la segunda combinación.

Sin pensármelo dos veces me pongo los pantalones vaqueros rasgados, junto a un top lila y acompaño todo con una chaqueta de cuero larga, dando más seriedad al conjunto. Por último me calzo mis botas negras y me dejo el pelo suelto con la ralla al medio.

Mi teléfono comienza a sonar, es Minho, en cuanto descuelgo, el chico me avisa de que ya está abajo. Rápidamente agarro mi bolso y mi móvil, me despido brevemente de los mininos y salgo del apartamento, cerrando la puerta con llave. El ascensor me deja en el hall en cuestión de segundos, solo me queda cruzar la puerta. Antes de tomar el valor suficiente para salir, observo a toda la prensa que está congregada fuera, llevan ahí desde ayer, tratando de buscar declaraciones por mi parte, pero yo no estoy dispuesta a decirles nada.

Respiro hondo y abro las puertas, enseguida empiezan a bombardearme con preguntas y los flashes me ciegan. Agacho la cabeza y paso rápido, empujando a alguno que otro por el camino. Minho se baja rápidamente del coche y abre la puerta del copiloto, permitiéndome entrar rápidamente. Una vez cierra mi puerta, escapa de los periodistas y se mete en el vehículo. No tarda en arrancar y perder de vista al cúmulo de buitres que no deja de acosarme.

–No se cansan nunca...– murmura el chico de pelo violeta echando un vistazo por el retrovisor.

–¿Cómo sois capaces de lidiar con ellos?– pregunto con curiosidad –Es agobiante la manera en la que te acosan–

–Te acabas acostumbrando a la fuerza– explica Minho haciendo una mueca –Aunque hay veces que llega a ser insoportable y se pasa realmente mal. Hannie lo sufre más que nadie–

Miro fugazmente a mi amigo, al nombrar a Han aprieta el volante y suelta un suspiro.

–¿Ansiedad social?– le cuestiono haciendo que me mire sorprendido y asienta –Sé lo que es...–

En España, salir a la calle era misión imposible, prefería quedarme en la comodidad de mi casa, donde nadie me juzgaba. Muchas veces llegué a perderme cosas importantes por mi miedo a salir y tener que lidiar con la gente. Y cuando daba el paso y conseguía armarme de valor, me tenía que volver por la ansiedad que me causaban las miradas, los cuchicheos, las risas. Muchas veces he pensado que estaba paranoica, y otras, era demasiado real para dudarlo.

El resto del camino lo hacemos cantando a todo pulmón, los pequeños momentos así, me encantan. Lino es como ese hermano mayor que una vez tuve, ese que te cuida a su manera, pero te protege como sea.

El chico de pelo violeta entra en el parking del gran edificio de JYP entertainment, parking único y exclusivo para los artistas y la gente que trabaja allí. Me bajo del coche y me dedico a seguir a Minho para no perderme. Entramos en el edificio y nos dirigimos a los ascensores, Lino pulsa uno de los botones y se apoya en la pared del ascensor.