Tras veinte horas o más de viaje en avión, todo mi ser pide a gritos tumbarme y descansar, pero aún me queda conocer a la familia de Chan, así que tendré que sacar fuerzas por él. Es verdad que he tratado de no pensar mucho en ello, pero ahora que estoy a escasos minutos de llegar a su casa, todos los miedos e inseguridades se agolpan en mí.
¿Y si no les gusto?
¿Y si hago algo mal?
¿Chan me seguirá queriendo si sus padres se oponen?
Suelto un suspiro mientras observo la ciudad por la ventana, Sydney es demasiado bonito. Estamos parados en un semáforo, noto como Channie deja reposar su mano sobre mi pierna y me da un leve apretón haciendo que lo mire.
–¿En qué piensas?– me pregunta con curiosidad –Desde que te has montado en el coche no dejas de suspirar–
–Solo estoy nerviosa...– me limito a decir mientras hago una mueca, a él no puedo mentirle –¿Tus padres tienen algún prototipo de chica pensado para tí?–
–¿Qué?– pregunta algo confundido –Amor, no te preocupes por mis padres, ellos se conforman con que yo sea feliz. Les caerás bien, pero si eres un osito achuchable...–
Lo fulmino con la mirada, haciendo que ría levemente, una cosa es que con él sea cariñosa y otra es llegar a este nivel de cursilería.
–Christopher Banhg, como vuelvas a decirme osito duermes en el sofá– le regaño enseguida.
–Vale, tranquila– murmura sonriendo levemente –Por cierto, descansa bien hoy, mañana se viene un día movidito–
–¿Qué has pensado?– pregunto con curiosidad.
–Es una sorpresa– se limita a decir él mientras arranca el coche.
Volvemos a ponernos en camino, y unos diez minutos después ya estamos entrando en lo que parece ser una urbanización privada. Chan aparca el coche frente a una de las casas, es bastante grande, aunque no tanto como la grupal en Corea. Sus paredes son de piedra, dándole un estilo antiguo, es realmente preciosa. Mientras Chan baja mis maletas, escucho la puerta abrirse y una perrita muy mona corre hacia mí, su pelaje es blanco con manchas marrones. Mueve su colita rápidamente, contenta de verme y me deja que la acaricie, sin embargo, en cuanto ve a Chan corre hacia él y empieza a ladrar contenta.
–Oh, mi querida Berry, te he echado de menos– murmura mi novio agachándose a saludarla.
La coge en brazos y empieza a hacerle mimos, nunca había deseado tanto ser una perra como ahora mismo. Sonrío ante la tierna escena hasta que una voz a mis espaldas llama mi atención.
–Tu debes de ser Mackenzie– me giro justo a tiempo de ver a la que supongo será la madre de Chan salir de la casa _Llevo esperando tanto tiempo poder conocerte... Que niña más guapa, Chan tiene mucha suerte–
–Muchas gracias señora Banhg, es un placer conocerla– digo haciendo una leve inclinación, para no perder la costumbre.
–Llamamé Jessica, por favor– me pide amablemente –Debes saber algo, cuando está Berry de por medio, olvídate de que tienes novio–
Ambas comenzamos a reírnos al ver que Chan entra a la casa cargando a Berry y deja mis maletas junto al coche. Niego levemente mientras agarro mis cosas, con la ayuda de Jessica que lleva mi equipaje de mano, entro todo en la casa. Enseguida nos recibe el menor de los hermanos, Lucas, que amablemente me quita las maletas de las manos y se las lleva arriba. Parece ser bastante tímido, sin embargo, a veces hasta Chan lo es, es cuestión de coger confianza. Jessica me da un pequeño tour por la planta baja, hasta llegar al jardín, donde su marido está asando en la barbacoa.
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Hold Me (Felix, Stray Kids)
FanfictionA veces, cuando menos te lo esperas, aparece alguien en tu vida que pone todo patas arriba, aunque, en este caso no es una sola persona. Ocho famosos chicos entran a la vida de Ruby y Mackenzie por casualidad, y deciden quedarse, cueste lo que cuest...